La Oscuridad del León

23 - El peligro se acerca

Es una desgracia que no se pueda confiar en los hombres, a menos que se les esté vigilando. ~Bram Stoker.
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Dumbledore se siente irritado, una molestia que crece con cada segundo transcurrido. Lo odia, odia ese sentimiento de ver sus planes tirados en la basura, lo que lleva anhelado desde hace años, eso por lo que ha sacrificado tanto. Pero se mantiene, su rostro anciano totalmente controlado muestra seguridad, no puede permitirse fallar y perder a sus últimos aliados.

No lo entiende, si él fuese Harry ya habría hecho un movimiento, algo que demostrará las mentiras y los maltratos que ha recibido. Dumbledore lo agradece, pues eso da tiempo a una nueva estrategia. Esta vez atacará de frente, en un momento se sabrá que James vive y justo en ese instante Dumbledore demostrará quién es en realidad y cuáles son sus intenciones.

—Los aurores lo buscan Dumbledore, el ministerio está ajetreado. —Advirtió el señor Weasley.

Actualmente se hace una reunión en la madriguera, un desayuno que acabo en una discusión de planes. No podía volver a Hogwarts, los aurores lo esperaban y él no planeaba darle el gusto a Voldemort de verlo derrotado.

—Lo se Arthur, era cuestión de tiempo para que ganarán poder en el ministerio, ya convencieron al jefe de aurores de llevarme a prisión, el juicio no es más que una farsa —dice Dumbledore con pesadumbre—, estoy bastante seguro de que su hijo Percy tiene que ver. —Cuando termino de hablar se escuchó el ruido de cubiertos que caían al suelo.

—Le agradecería Dumbledore que en mi presencia no nombren a ese desagradecido, él no pertenece a la familia, hace tiempo dejó de ser mi hijo —concluyó Molly enojada.

Bill que había conseguido colarse en la reunión apretaba los puños en un intento de calmarse, no queriendo demostrar su verdadera lealtad. Amaba a su familia, pero llegó al punto en que tendría que elegir y ellos no pertenecían a esa elección.

— ¿Sabe dónde está Harry? —preguntó Ginny.

—Harry es un caso perdido —negó cansado—, por más que hemos intentado salvarlo, él no lo permite.

— ¿A qué se refiere?

—Oh Molly, Harry escapó de casa de sus tíos, en estos momentos ha de encontrarse con la mala influencia de su Padrino y peor aún, en la guarida de Voldemort.

— ¿Lo puede asegurar? —Molly estaba horrorizada con esa idea.

—Lo he visto con mis propios ojos. —Dumbledore procedió a contar lo sucedido, el mensaje y secuestro de Regulus y ver a Harry en compañía de mortifagos, omitiendo la identidad de James.

— ¿Que planea hacer al respecto? —la pregunta fue por parte de Bill que necesitaba descubrir los planes.

—Atacar de frente, esperan que me presente en el tribunal, pero lo haré antes. De la mansión Malfoy no quedará rastro.

—El joven Regulus debe estar allí, puede ser riesgoso para su vida.

—Su destino ya no pertenece a nuestras manos Molly, aunque la situación funciona de método para que establezca su lealtad.

— ¿Creerá usted que él nos traicione?

—Realmente no, él sabe lo que le conviene. Y odia demasiado a Voldemort, incluso su odio es mayor al mío.

— ¿Se podría intentar un rescate, a él y a Harry? Realmente pienso que podremos hacer que Harry este de nuestra parte.

—Una noble esperanza señorita Ginny —se quedó en silencio, analizando las opciones—, existe una posibilidad, Regulus mencionó en una ocasión que estaba en contacto con alguien dentro de la mansión, quizás acepte ayudarnos.