La Oscuridad del León

19 - Sin plan de escape

Los sinvergüenzas son a menudo especialistas en fingir ser auténticos santos. ~David Lagercrantz.
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Lucius regresa con rapidez a la mansión, sintiendo el peso de las palabras en la carta, su corazón late a toda velocidad y espera estar haciendo lo mejor para su hijo. Se sorprende cuando al salir de la chimenea se encuentra la vista de la habitación casi desierta, solo sigue Harry sentado en un sillón, en su cara se leen las ganas de asesinar al primero que se atraviese en su camino.

El hombre mayor pronto descubre que la única razón por la que el chico sigue sentado sin moverse es que fue hechizado, estando obligado a quedarse allí.

— ¿Que ha pasado? —pregunta Lucius casi de inmediato.

—Se organizará un ataque —dice Harry molesto al estar atrapado—, Por favor —añade después, Lucius reacciona y revierte el hechizo.

— ¿Por qué te hechizaron?

—Mi padre decidió que no puedo participar en nada y se llevó mi varita para asegurarse de que me quedara aquí.

— ¿Que ataque? —Lucius comprende al fin lo primero que le dijo Harry.

—He convencido a mi padre de hacer algo —en realidad fueron más gritos que otra cosa, pero cumplió su misión. Ya Harry se veía con un castigo que mínimo le duraba toda la vida—. Se atacarán lugares públicos, el callejón Diagon, por ejemplo, Hogsmeade, la estación del tren, quizás hasta el mundo muggle, en fin, se tratará de llamar la atención, obligando al ministerio a actuar en contra de Dumbledore.

Lucius comprendió que no se había equivocado, traicionar al lado oscuro nunca fue opción, no solo era poder y ambiciones, esa traición se sentía como hacerlo a su propia sangre, tambien Lucius contaba con la certeza de que Harry lograría convencer a su padre en caso de que él mismo no pudiera.

— ¿Esa es la carta? —Harry señalaba el papel en la mano de Lucius, el hombre asintió y le tendió la carta a Harry.

—Atacar será perjudicial para la imagen que se estaba creando de tu padre —Lucius hablaba de la parte en contra, por supuesto que seguía siendo su hijo lo importante, es que un fuerte trabajo se perdería.

Harry no le respondió enseguida en cambio Lucius escuchó varias maldiciones mientras el chico terminaba la lectura.

—Ya le hablaron a Rita —dijo Harry un rato después—, se encargará de ser la intermediaria explicando al público el porqué de los ataques, igual no se lastimará a nadie.

—Ojalá que eso funcione.

—Te esperan en el jardín, allí te explicaran mejor, lleva la carta, se va a necesitar.

—Perfecto, enseguida voy —Lucius toma la carta y está por irse, pero la curiosidad le hace detener—, Harry.

— ¿Qué sucede? —El chico lo mira esperando que hable.

— ¿Por qué lo haces? —Harry entendió enseguida la pregunta, siendo quien era, las palabras no tardaron en salir de él.

—Estoy enamorado de Draco —se sintió bien decirlo en voz alta, sin duda sería mejor decirlas al propio Draco—, Jamás permitiría que le pasara nada si en mis manos está la posibilidad de impedirlo.

—Es bueno Harry. —Lucius le sonrió al chico, cualquier duda que tuviera sobre esa relación quedo resuelta, obviamente Draco sentía lo mismo, eso Lucius lo tenía claro desde que los chicos se conocieron y Draco mandó dos páginas enteras solo hablando de Harry.

—Lucius, ya iba a buscarte —Rabastan entró de prisa en la habitación—. Te esperan para tomar la decisión final. —Lucius asintió y ahora si abandonó el lugar.