La Oscuridad del León

20 - Al suelo otra mentira

Ningún hombre es garante fiable de su propia cordura. ~John Verdon.
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Un fuerte golpe, un aterrizaje forzado, no importa, el dolor queda olvidado, al menos mientras se levanta con las secuelas de su viaje, mareado corre a toda velocidad por los jardines de la mansión Malfoy. No sabe cómo, pero ha logrado aparecerse en la mansión, una herida crece en su pierna, cojea en algunos pasos y sigue sin importar.

Cuando llega a la puerta le sorprende la soledad que encuentra, quiere gritar, llamar la atención de cualquiera que pueda ayudarle, no lo hace, en cambio avanza hasta la chimenea, deseando que esté conectada a la otra mansión, donde sin duda estarán reunidos los mortifagos y más relevante hallará a Harry.

Se detiene al frente de la chimenea, sintiendo el aire llenar sus pulmones, agotado. Al lanzar los polvos flu un grito le detiene, voltea para ver a su tía Bellatrix.

—Draco —la mujer no puede creer lo que ven sus ojos—, ¿cómo es que estas aquí? —el rubio no responde y ella sigue hablando—, ¿Draco estas bien?

—Ahora no tía, debo encontrar rápido a Harry —las palabras regresan al chico y Bellatrix no comprende la urgencia.

— ¿Que ha pasado? Los mortifagos han partido, hay ataques por todo Londres. —Draco procesa la información, pero la hace a un lado, necesita hablar con Harry.

— ¿Harry salió con ellos? ¿Su padre? —sus palabras suenan desesperadas, Draco es consciente que no tiene tiempo, en cualquier momento Regulus notará su desaparición, y la posibilidad de rescatar al padre de Harry se hará mucho más pequeña.

—No, el muchacho no fue, el Lord se lo prohibió —dice Bellatrix mostrándose de acuerdo—, Los ataques son para iniciar una negociación con el ministerio, el viejo Dumbledore envió una carta.

Draco lo sabía, Dumbledore intentaba convencer a su padre de traicionar, pero no lo iba a lograr.

—Tía eso me lo cuentan después, es urgente que hable con Harry —Bellatrix por fin pareció entender el desespero del rubio. Paso de largo hasta la chimenea y tomó nuevos polvos flu, los lanzó al fuego y las llamas pasaron a un color verde, luego le dio indicaciones a Draco para que cruzará.

Su mareo solo aumentó al viajar, apenas recuperándose de la aparición, dando algunos trompicones de los que en otro estado se avergonzaría salió de la chimenea. Harry estaba en medio de una discusión con Rabastan, Draco creyó escuchar su nombre, los hombres se quedaron en silencio al verlo, la sorpresa volando en sus rostros.

Harry recorrió la distancia que los separaba de forma veloz, en cuestión de segundo tenía a Draco envuelto en sus brazos. El rubio se perdió durante unos segundos en la calidez del abrazo antes de recordar su misión. Se adelantó a Harry cuando este quiso hablar.

—Tu padre —las silabas salieron pesadas, Harry se alejó un poco y lo observaba sin comprender.

—Fue con los mortifagos a un ataque, están...

—No me refiero a Voldemort —interrumpió Draco a Harry rápidamente, al mismo tiempo Bellatrix salía de la chimenea—, James —la mirada de Harry era confusa—, tu papá está vivo.

Las palabras de Draco quedaron flotando en el aire durante mucho tiempo o tal vez fueron unos segundos en lo que todo pareció detenerse.

—Eso no es posible —La expresión de Harry resultaba un mar de emociones, una pizca de esperanza notándose.

—Lo he visto Harry —el chico negaba, entrando en un estado de shock, su cabeza no aceptaba lo dicho por Draco, han sido demasiados los años de creer a su padre muerto, demasiados sueños llenos de dolor, demasiadas ansias de conocerlo y ahora que la posibilidad existe su mente lo bloquea.