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Minho se dirigía hacia su casillero cuando lo olió, un fuerte aroma a madera, almendras y whiskey se sintió por todo el lugar. Su lobo soltó un quejido y su cuerpo se aflojó. Nunca antes había sentido ese olor y ningún alfa del colegio tenía un perfume tan fuerte.

Trató de restarle importancia, pero sus piernas se sentían débiles y su respiración agitada. Se mantuvo apoyado en la pared unos minutos hasta que el aroma se disipó un poco. Necesitaba sentarse, pero no quería llamar la atención. Pensó que lo mejor sería encontrar rápido a sus amigos e ir a su salón.

Se apresuró hacia el casillero de Changbin, pero cuando pudo verlo a lo lejos hablando con otro estudiante, lo sintió nuevamente, por lo que prefirió esperarlo en su clase.

—Hey Min, ¿Dónde estabas? —lo saludó Changbin sentándose a su lado.

—Mm recién llego —mintió, quizás estaba exagerando, pero creyó sentir un rastro etílico en su amigo que no le pertenecía.

—¿Te encuentras bien? Te ves algo pálido.

—Mm sí, sí —farfulló cubriéndose con sus brazos. La verdad es que no se sentía nada bien. Su cuerpo temblaba, y el uniforme comenzaba a sofocarlo. Pero se dijo así mismo que no debía preocuparse y trató de concentrarse en la clase que había comenzado.

Los minutos pasaron y Minho se inquietaba cada vez más. El sudor caía por su frente y sentía un fuerte dolor en su estómago. Cuando el timbre sonó, salió corriendo sin darle tiempo a su amigo de alcanzarlo. Se encerró en el baño y mojó su cara tratando de calmarse.

No era posible, no había tenido su celo en meses y seguía tomando suficientes supresores como para evitarlo. Pero no había otra explicación posible para su estado. Necesitaba hallar a Changbin o Hyunjin, ellos sabrían que hacer.

Se dirigió hacia la cafetería esperando encontrarlos allí, y advirtió como las personas murmuraban y olfateaban el aire disimuladamente a medida que él pasaba. Subió el cuello de su camisa tratando de aplacar el aroma que estaba desprendiendo, pero este ya era demasiado fuerte. Sus feromonas estaban inundando el lugar y sus piernas se sentían prendidas fuego.

Buscó desesperado a los dos alfas mas no había rastro de ellos. Estaba por salir corriendo cuando una mano se posó pesadamente sobre su hombro.

—Oh Minho había olvida lo bien que olías —susurró Kitae acercándose a su cuello —¿por fin decidiste ser un buen omega?

—Alejate Kitae —gruñó empujándolo bruscamente contra la mesa.

—Vamos perrita, te puedo divertir un ra...

Antes de que pudiese terminar la frase, el alfa recibió un fuerte puño en la mandíbula. Gruñó furioso y encaró al omega dispuesto a atacarlo. Pero éste era más rápido y logró golpearlo nuevamente antes de que llegara a él.

Comenzaron a pelear y la gente se reunió a su alrededor para ver el espectáculo. Los dos rodaron por el piso y Kitae agarró el cuello de Minho, que trataba soltarse sin éxito. Era fuerte para un omega, pero aquel alfa seguía siendo mucho más grande que él.

—Te voy a enseñar quien manda perra —bramó Kitae golpeándolo fuertemente en el estómago. Minho se retorció de dolor y jadeó tratando de recuperar el aliento, pero al inhalar sus pulmones se llenaron nuevamente de la esencia que había sentido esa mañana.

Su lobo enloqueció y aulló desesperado, y una ola de adrenalina lo golpeó. Se soltó con una patada del alfa que lo tenía aprisionado entre sus piernas y lo tomó del cuello sin darle oportunidad de reaccionar.

Comenzó a golpearlo una y otra vez sin detenerse, aun cuando sus nudillos comenzaron a sangrar. Escuchaba a lo lejos los gritos y voces de los demás estudiantes que los rodeaban, pero no podía parar. El olor se hacía más fuerte, lo sentía dentro suyo, impregnado en su nariz. Su lobo estaba eufórico y su cuerpo desprendía feromonas sin cesar.

Sintió que unos brazos lo agarraban por atrás, tratando de separarlo del alfa que se encontraba inconsciente en el piso.

—MINHO, MINHO DETENTE —escuchó gritar desesperado a Changbin que batallaba para sujetarlo y en ese momento un gruñido grave y fuerte retumbo en sus oídos. Levantó la vista enfurecido, preparado para saltar sobre áquel que lo estaba provocando, cuando lo vio.

A su lado, un alfa de cabello rubio y mejillas redondas lo observaba rabioso, mostrando sus dientes en un gruñido y con sus puños apretados a sus costados. Su lobo soltó un gemido y rodó en su interior. Su cuerpo se aflojó y sintió como era arrastrado fuera del lugar, manteniendo sus ojos sobre el alfa hasta que ya no pudo divisarlo.

—Minho, Minho ya basta —Changbin trataba de sostenerlo mientras el continuaba pataleando y luchando para soltarse —YA PARA.

El pelinegro se separó y lo fulminó con la mirada.

—T-tú... tú estás muerto —susurró fríamente antes de ser tomado del brazo por el director y ser arrastrado a la dirección. No podía creer que su mejor amigo hubiese usado su voz de mando con él.

Minho no volvió a decir una palabra en todo el día. No se defendió cuando lo suspendieron ni soltó un quejido cuando su padre lo abofeteó al llegar a casa. Se encerró en su cuarto, tomó un supresor y se derrumbó en su cama tratando de calmar los latidos punzantes en su frente.

Su celo había regresado, y ese alfa al que nunca había visto era el responsable.

ROLLER COASTER - HANKNOWWhere stories live. Discover now