Preucacion por los Schneider

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Nos despertamos, bueno se despertó él y se dedicó a hacerme cosquillas para despertarme... le di una débil sonrisa y me volví a acomodar en su abdomen estaba con los ojos abiertos, con mi dedo seguía las líneas de sus abdominales, sentía como cada vez que bajaba de nuevo el dedo se le cortaba la respiración, me daba una enorme satisfacción saber que en cualquier momento podría tenerlo completamente en mi mano... pero no quería, no ahora. Sali de la cama rumbo a la ducha, dejaba el agua caliente caer por mis mejillas, y sentí la puerta del baño abrirse, era el, quien si no, estábamos en su habitación... se abrió la ducha y se incorporó en ella.
-Se puede saber que está haciendo caballero?...
-Ducharme, pero una chica muy hermosa se me a adelantado...
-Pues si esperas 2 minutos salgo y se puede duchar usted tranquilo...
-Dos minutos! Hay que ahorrar agua! -se me escapó una carcajada y a él una sonrisa que derretía a cualquiera... me dio un pequeño beso y se metió bajo el agua, después de la ducha, salimos en busca de comida, íbamos los dos recién duchados, y yo iba con su ropa... Ceci, Marc, Melany, Mary y Serch estaban desayunando, entramos sin saber que estarían ahí... nos vieron vaya que si nos vieron... la mirada penetrante de Melany caía sobre mi, como con odio, se puede saber que le pasa a esta tía? Es bipolar? Ayer estábamos como dos amigas y hoy parece ser que su único placer sería clavarme un tenedor... Serch no sabía dónde mirar, se le notaba como incómodo, Ceci aplaudía.
-Menos mal que estos dos ya son tórtolitos! -Marc sonreía hacia ella y hacia nosotros, Mary hacia una sonrisa de boca cerrada, como un comentario de... "Me alegro, pero no voy a abrir la boca".

Me dispuse a sacar algo de desayuno mientras Albert se sentaba al lado de Marc, Melany se acercó a mi.
-No podré decir me alegro, pero por lo menos ten cuidado... -le sonreí, era obvio que no se alegraba, pero por lo menos fue sincera. Nos sentamos a desayunar un bol con cereales, mientras Marc y Albert hablaban yo me puse con el móvil a ver las noticias en la plataforma de Google. Habían un montón de ellas, pero me sonó mucho un apellido, ósea, como si lo hubiera escuchado, Schneider, no le di importancia, hasta que mi memoria recordó la confesión de Albert esa noche.

Adolf Schneider, trasladado hoy de urgencia a el hospital Universitario de Heidelberg, ha sido herido de bala mientras iba con su hija de 3 años por el paso de peatones. Les informaremos.

Se me cayo la cuchara, no podía creer que el padre de Albert estuviera ingresado, espera, ¿hija?, ¿Albert tenía una hermana? Después de desayunar subimos a la habitación de Albert había un silencio, quería decírselo, pero ¿como?, como se le dice a un hijo que su padre está en un hospital herido de bala...
-Podemos hablar? -le dije mientras me levantaba poco a poco de su pecho.
-Uy, me vas a dejar o a pedir matrimonio... -sonrío pero yo no, estaba seria.
-No, no es eso, hoy viendo las noticias de Google me apareció una... -se cortaron las palabras que le estaba diciendo... - noticia... que decía que tu padre está herido de bala, en el Hospital Universitario de Heidelberg... -se quedó con los ojos abiertos y la respiración acelerada.
-Vengó ahora. -salió de la habitación corriendo, yo solo podía pensar, ¿que le pasa? ¿Porque corre? Me dediqué a quedarme en la cama tumbada mientras le esperaba. Llego con dos maletas vacías, no entendía nada.
-Que es eso?
-Dos maletas, mete tu ropa rápido, nos vamos de aquí.
-Eh eh, espera.
-No tengo tiempo y tú menos, vamos. -le hice caso, sonaba preocupado, como si tuviera algo que decirme pero no quería.
-Estas lista? -me preguntó posado en el marco de la puerta.
-Un segundo.
-Cuando acabe no lo lleves a él deportivo, llévalo al todoterreno negro con los cristales tintados, ok? -asentí con la cabeza, estaba realmente preocupada, pero crei que con él estaría a salvo. Nos subimos al coche, y en ese viaje me dediqué a preguntar como loca.
-Tienes hermanos? -el asintió con la cabeza. -Como se llaman?
-Solo tengo una, de 4 años, se llama Hilda.
-Y ella dónde está?
-Iremos a buscarla ahora que mi padre no puede protegerla.
-Como? Protegerla? De que o quién
-Prometeo responder cada una de tus preguntas, pero ahora no puedo, ya estamos aquí, acompáñame porfavor.

Entramos a esa casa, dichosa casa, era de mármol al completo, me parecía hasta extraño no ver a los asistentes de mármol también... llegamos a una habitación de colores "morado, rosa y celeste", supuse que sería de esa nenita, una nena de pelo castaño, ojos azules, una cara redondita y unos papos para besarlos todo el día, la nena se tiro a los brazos de Albert y luego se tiro a los míos.

-Edes Mi? -pronunciaba mal la pequeña, asentí con la cabeza y le di una sonrisa de boca cerrada. -mi papá me hablo mucho de ti. -fruncí el ceño, como sabía ese señor de mi existencia si Albert me dijo que no se hablaban.
-Vamonos ya! -Dijo Albert preocupado y furioso, dejó a la nenita atrás y a mi, él caminaba rápido con los nudillos blancos, le cogi la mano a Hilda y salimos detrás de él, al llegar a la camioneta me asegure de que estuviera bien amarrada, ya que no quería que se lastimara. Después de 20 minutos conduciendo en un silencio incómodo, Albert vio un coche y aceleró mucho más.
-Albert no me jodas, hay una cría detrás. -decia mientras me agarraba a la manilla.
-Michelle cállate vale?! -decia aún aumentando la velocidad mientras usaba las dos manos al volante y gritaba.
Me giré para ver cómo iba la pequeña y la vi asustada pero me dio una linda sonrisa. Se la devolví y seguí mirando hacia delante. Sentí mi móvil vibrar.

Ceci❤️ llamada entrante...
Le conteste a la llamada poniendo el manos libres.

-Chicos donde estáis? Hay dos hombres preguntando por ustedes.

-Emmm... -No sabía que decirle, estaba realmente asustada.
-En la feria, tomando algodón de azúcar, quienes son esos hombres Cecilia? -respondió Albert al ver que no sabía que decir.

-Amm... okey, son dos hombres altos y fuertes, en traje, hablan ruso, gracias a Marc hemos entendido que decían...
-Estás en manos libres? -pregunto Albert.
-No
-Diles que estamos en la feria de la Universidad, no digas ni una sola frase más, ten cuidado y en cuanto puedas haz la maleta y coge el tren a cualquier lugar donde estes a salvo, ahora solo responde con una sonrisa, okey ahora se lo digo, entendido?
-Ok...okey ahora se lo digo...
-Te quiero amiga, cuídate porfavor. -le decía a Ceci
-Iguálmente, besos.

Colgó, quería saber el motivo de toda esta mierda, pero no podía preguntar no ahora. Llegamos a un hotel a las afueras, parece ser que nos estaban esperando porque nada más llegar le dio las llaves de la habitación y subimos, yo tenia a la nena en cuello que seguía temblando, intente tranquilizarla haciéndole cosquillas, recibí una enorme sonrisa por su parte y una de boca cerrada por parte de Albert. Llegamos a la habitación, le di un pequeño baño a la nena y le eche en la cama de matrimonio para que descansara, en menos de 10 minutos estaba dormida gracias a las caricias que le daba por el cabello.
-Puedes decírmelo ya? -le pregunté a Albert que estaba sentado en una cómoda que había en el cuarto.
-Creo que si... cuando me dijiste la noticia esa... en realidad no es una noticia, es una advertencia, primero fueron a mi padre, luego irán a mi, después a mi hermana y por último... -se paso las manos por cara mientras se apretaba los ojos para no llorar... -y la última eres tu, no te alarmes, todo va a estar bien vale? -decia mientras se levantaba a darme un tierno beso. Asentí con la cabeza y seguí el beso. Eran casi la 1am y nos quitamos la ropa para poder dormir, yo le di la espalda a Albert para poder abrazar a la chiquita, y él se puso detrás mío para abrazarme a mi... cerré mis ojos y solo pensaba en que mañana sería otro día, quizás no como hoy, mejor, o incluso peor.

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