Pensar en tu muerte me hizo quererte.

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Después de haber ido a casa de Albert, decidí, volver a la mía, aun no la había vendido, tenía las llaves y todas mis pertenencias...

Metí las maletas en el cuarto, y decidí darme un largo baño... era mucho estrés.

Después de un largo baño, me puse algo cómodo, quería hacer algo de comer, llame a Chipre, para que me comprara algo de comer, no me apetecía salir de casa. Así que preferí que fuera el.

Más tarde, cuando ya estaba recién comida, puse un poco de música, mientras limpiaba, estaba todo lleno de polvo... mirando en los cajones vi la pistola que me dio Albert, prefería tenerla conmigo, así sabría que aunque fuera un poco, estaba protegida. Sentí el timbre, abrí con la música a tope, sinceramente, estaba bailando como loca... vi a un señor, mayor.

-Desea algo? -pregunté lo más educada. No contestó, solo me dio un sobre, tampoco es que entendiera mucho... era una carta.

Perdón, perdóname, te lo he hecho pasar mal, y no me lo perdono... lo siento mucho, que sepas que mi casa siempre será la tuya, te quiero. Albert.

Tire esa carta, no quería ni leerla, pero algo en mi, decía que la tenía que leer. Esta bien, le mentí, dije que el bebé que espero no era suyo, pero es que vamos a ver, lo hice por ambos, no nos hacemos bien...

Sentí unos disparos, no podía creerlo, volvía otra puta vez, a esta mierda, si no le hubiera hecho caso a Make, no estaría aquí, estaría en una cena con Marco...

Saque mi pistola, y vi como golpeaban la puerta, eran golpes débiles, saqué el arma, tenía miedo, realmente, lo tenía.

-Porfavor... abre... -sentí a Albert, como sin fuerzas para hablar. No me lo pensé dos veces y abrí.

-Joder! Joder! -estaba lleno de sangre, tenía la pierna derecha chorreando, y el brazo izquierdo.

-Llama... a... Chipre... -obviamente no tenía tiempo, fuimos en el coche en el que había venido, lo monte de copiloto y yo conduciendo, yo llevaba mi pistola y le quité la suya para llevarla también.

Llegamos, lo subieron a una camilla, y solo pensaba, "si se muere... mi bebé no va a conocer lo bueno que es" "que pasara conmigo"...

Estaba bien esto de alejarnos, pero sin muertes de por medio, y mucho menos si era la suya... el doctor vino a la sala en la que estaba.

-Buenas tardes señorita, le comento, esta grave, no está precisamente estable, lo único que le podemos decir ahora, es que esta en la UCI, ha perdido mucha sangre, tenemos que ver cómo reacciona a los medicamentos, con permiso...

-Espere! Puedo entrar?

-Solo 10 minutos... no más.

Ya estaba en la UCI, lo vi, peor que nunca, estaba pero no lo tenía besándome, me daba lastima, tener que verle en esas condiciones...  Pensé que diciendo todo lo que decía, tendría un peso menos.

-Cuando digo que te quiero... no significa que solo te quiero en las buenas, significa que te quiero en las malas, significa que te quiero, cuando esté complicado y las cosas sean difíciles y duras. Te quiero cuando sean las 3 de la mañana y no puedas dormir, te quiero cuando peleamos. Pero más importante, te quiero cuando las cosas estén como ahora, para recordarte, lo mucho que te amo... -senti un pellizco en el corazón, sinceramente, le amaba como nunca amé...

Cuando llego el doctor para decirme que ya habían pasado los 10 minutos, sentí que su mano se posó encima de mi pierna.

-Yo también te amo -dijo en un susurro, lo bese, y sonreímos mutuamente. El doctor no se lo creía, solo corría a llamar a las enfermeras.

20 minutos después apareció el doctor.

-Le tengo muy buenas noticias, está completamente estable, ha reaccionado muy bien a los medicamentos, si sigue así de bien, en 2 horas le daremos el alta...

Solo podía sonreír, ojalá pueda decirle lo mucho que le amo, todos los días de mi vida...

Reaccionó bien a todo, así que ahora mismo estamos en casa, en su casa, Ceci y Hilda llegaron dos horas después que nosotros, al verme empezó a llorar, y a lamentarse.

-Lo siento, lo siento mucho... -me decía llorando.

-Que dices, Cecilia, que sientes...

-Lo que te hizo esa rata mugrosa... -la solte, y la mire a los ojos con seriedad.

-No fue tu culpa, tú no lo sientas, debe ser el... y no ha dado la cara, así que no te sientas mal... -senti que Albert se reía. Una risa no de diversión, de "cómo se va a disculpar, si esta muerto" -y tú ahora de que te ríes... -dije

-No... no lo sabes? -decía Ceci... negué con la cabeza. -hace unas semanas, estaban emborrachándose, Albert y... bueno ese, y se lo contó a Albert, en menos de un minuto estaba muerto, de un tiro en la frente... -estaba realmente sorprendida, muerto, Marc, estaba muerto.

-No me juzgues, y no era un balazo, era una cagarruta de paloma, murió de... comer... pienso de... ga... no... perro, si, perro. -decia Albert, no dude en reírme, será un tema delicado, pero lo dijo con tanta naturalidad... que hizo reírme, se tiro encima de mi, al parecer se había olvidado de que los puntos de sus heridas, aun estaban sin curar, pero le valió mierdas, se tiro a mi, he de decir que estábamos en el sofá... y me beso, me beso aún teniendo la sonrisa en la boca, lo que hizo que sonriera más.

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