El amor.

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Me desperté al lado de Georgiy, me levanté poco a poco para no despertarle, sali del cuarto y vi a Chipre en el sofa con una taza de cafe.
-Buenos dias oso... -dije frotandome los ojos.

-Buenos dias señorita, tengo que comunicarle que Georgiy estara despedido. -solo odia pensar "le habre jodido pero bien..."
-Porque?
-Mira que horas son, y el aún él no llegar. -dijo con dificultad hablando español.
-No te preocupes, el esta en mi cama. -escupió el sorbo que tenia en la boca de café.
-Tu... tu... ca.... cama...? -asentí con la cabeza al recordar lo que paso, hasta que recordé que Albert nos había visto. se me borro la sonrisa de la cara, pero también pensé ¿el estuvo con cientos de chicas no? un escarmiento, para que viera lo que sentí... Salí en su busca, no sabia donde vivía, donde podría encontrarse, no sabia nada, Chipre estaba harto de dar vueltas con el auto. Fuimos a cada una de las casas, hasta que di con una. Chipre toco al timbre, salio una chica rubia, de ojos marrones, con mi hija de la mano, no pude resistirme a soltar unas lagrimas, Hilda se quedo mirando a ese hombre, calvo, de dos metros, musculoso, de traje negro, hasta que su mirada llego a mi.

-¡MAMI! -grito la pequeña, soltándose de la mano de la chica rubia. Vi salir de la cocina a Albert.

-Cariño, ya te he dicho que Mari no es tu mam... -no le salían las palabras, me vio, se quedo pálido, solo quería pedirle perdón, o no, solo quería uno de sus besos.

-Chipre, ve al coche. -le dije
-Señorrita.. -intento hablar.
-Déjala, seguramente no le valió con haberse acostado ayer con un agente, querrá la revancha -dijo Albert, haciendo que Chipre le amenazara con la mirada.
-5 minutos, no mas. -dijo Chipre mientras se alejaba.

Tenia a mi hija en brazos, Hilda me abrazaba, me daba besos por toda la cara, me decía lo mucho que me había  extrañado, hasta que Albert hablo y jodio ese hermoso momento.

-Cariño, es que tu querida mami, estaba muy ocupada complaciendo a otro hombre. -la pequeña no entendia nada, hasta que vino esa chica rubia y le hablo a Albert.

-Señor me llevo a la niña, para que hablen de lo que tengan que hablar. -dijo, se retiro con la niña.

-A que has venido Michelle. -dijo seco Albert.

-A... a... a ver a la niña. -dije, no queria decirle que lo sentia, el seguramente no fue solo con una mujer, asi que, las disculpas las tenia que recibir yo.

-Ya la has visto, vete. -estaba casi tocando el pomo para irme, hasta que la nena vino corriendo a mi, con lagrimas en los ojos.
-Mami... te vas a ir de nuevo? -dijo sollozando.
-No mi amor, volvere, dentro de 1 hora y si tu padre te lo consiente puedes venir a mi casa, a pasar la tarde vale amor? -la nena asintio.

-No. -dijo Albert de brazos cruzados y serio.
-¿Papi? -dijo la nenita.
-No iras a esa casa. -dijo Albert.
-Se puede saber porque? -dije
-No permitiré que mi hija conozca a tu puto. -dijo
-Albert...
-No, para ti no soy Albert, soy Chimb. Si quieres ver a mi hija, vendrás a esta casa, con mi supervisacion. -recalco el MI HIJA, me habia matado, y aunque me fui ofendida, no era capaz de parar de llorar, al llegar a casa vi a Georgiy.
-Podeis tomaros el dia libre, Chipre, tu no, quedate. -asintio y vi como el hombre de la noche anterior se iba, habia perdido al amor de mi vida, me hablaba diferente, como si le molestara mi presencia, recibi una llamada, era numero desconocido...

-Hola señorita.
-Si, dígame.
-No se si se acordara de mi, hoy tuve el placer de conocerla, soy la asistente del hogar de Albert, quería proponerle algo.
-¿El que?
-Venir esta noche, a cenar, con su hija y con Albert.
-No creo que se buena ide...
-A las 21:00pm -sentí a Albert hablar.

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