Ulises

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6 meses después...

-Acelera subnormal! -Decía Ceci...

-Lo hago, lo hago! -decía Albert nervioso.

-Calmaros... porfavor... calma... -intentaba decir, pero mi hijo daba unas buenas contracciones.

Así es, estoy de parto, en el coche, es que a mi querido novio, no se le ocurrió cosa mejor, que llevarnos al cine, a ver una película, cosa obvia ¿no?, bueno, al caso, de terror... Claro, el niño se cago vivo y quería salir, y aquí estoy, intentando que mi mejor amiga, y que mi novio, no se maten... difícil, pero más difícil es aguantar estos dolores.

-Quieres acelerar!? -chillaba Ceci

-Cállate! -chillaba Albert

-Callaos de una puta vez! -asi fue, calladitos, hasta llegar al hospital, ya que Ceci casi le pega a la enfermera.

-Mira... bonita, mi mejor amiga esta sacando a una criatura por el chumino, o me dejas pasar, o te pego un puñetaz... -le interrumpí.

-Cecilia, no pegues a nadie, no en mi parto... por dios! -decía desde el paritorio.

-Vale! Joder! No se puede ni amenazar... -decía ofendida, preguntaréis, quién estaba contigo en paritorio? Ja, al principio Albert, pero vio sangre y se desmayó, el doctor corrió a reanimarle.

-Saca a ese niño de ahí, y luego si quieres haces un conjuro con Dios o con quien te de la gana para revivirlo, pero sácalo de ahí ya! -grite, el doctor no sabía cómo reaccionar... dolía, como nunca pensé que dolería, anda que en que puto momento no nos acordamos del puto condoncito...

Después de 1 hora, larga, dolorosa... y todo lo contrario a felicidad, ese niño ya estaba en mis brazos, era tan pequeño... que por cierto era igual que su padre, anda que no podía sacar por lo menos mis pestañas... 9 meses aquí, sufriendo, para que ahora se parezca al que está tirado en el suelo, si, sigue ahí, Ceci por fin pudo entrar, empezó a llorar, a reír, a llorar otra vez y así hasta que el doctor la sacó.

Que bipolar es...

Nos subieron a planta, nos preguntaron cómo llamaríamos al niño, ya que lo tendrían que poner en el papelito de que ha nacido.

Mire a Albert, Albert me miro a mi, levante las cejas, levanto las cejas, no teníamos ni puta idea. Solo sabíamos que era niño, y porque se le notaba la gambita...

-Les dejare pensar... -dijo sonriente la enfermera al ver que no teníamos ni idea.

-Y bien?... -dijo Albert

-Como que y bien, ayuda...

-A mi me gusta uno...

-Cual...

-Na, déjalo.

-No ahora me lo dices.

-Que no que no...

-Dimelo!

-Umberto... -No dude en reírme y el hizo lo mismo, pero a carcajada. -es broma, me gusta Ulises, siempre quise ponerle ese nombre a mi h... -le interrumpí.

-Si, me encanta, sii -dije emocionada...

Al cabo de unos minutos entro de nuevo la enfermera...

-Ya sabéis? -dijo sonriente mirando a Albert, con ojos de "empótrame contra la pared" que rabia...

-Si... aquí... eh! -dije haciendo que su mirada volviera a mi.

-Emm... si perdón... cual?

-Ulises -dije fría.

-Perfecto, es hermoso... -decía aún mirando a Albert, y él le devolvía la sonrisa, pero me miraba con ojos de juguetón. -el nombre, es hermoso el nombre. Adiós, perdon. -salio de la habitación en la que estaba, al niño se lo habían llevado para hacer unas pruebas.

-Estás celosa? -pregunto sonriente Albert

-Yo?!

-Ajá, tu... -seguía sonriendo, pero esta vez a unos 4 cm de mi boca.

-No, ni lo más mínimo...

-Ya... -dijo robandome un beso, beso que correspondí, llevábamos el mejor de los tiempos, juntos, sin muertos, sin heridos, sin balas, tan felices, que llegue a creer que estaba en un sueño.

Pasamos la noche en el hospital, Albert se fue a casa, obligado por mi... porque llevaba aquí más de 12h, sin comer, sin ducharse, sin descansar... así que Ceci le hizo el turno.

Llego, y lo primero que hizo fue ver a su sobrino.

-Joder, es igual que Albert... -decía ella mirando al niño.

-Lo se... no me lo recuerdes... -dije riéndome.

-Que tal te tratan, es necesario matar a alguien? -me decía ella sentándose en la butaca del lado de la camilla.

-Para seguirte el juego te diría que si, pero como se que te lo tomas todo al literal... prefiero decir que no. -me reí y ella hizo lo mismo. Me acurruqué a mi bebé, y logré dormir, había sido un día largo.

Albert

Estaba en casa, obligado, yo quería estar con mi hijo, pero no...

Llevas 12 horas sin dormir, ñiñiñiñi, sin comer, ñiñiñiñi, sin ducharte, ñiñiñiñi...

Me hice algo rápido para comer, sin acordarme de que Hilda estaba en casa.

-papi! -me asuste, mucho, enserio, mucho, tire hasta la taza al suelo.

-Cariño... que susto...

-Como está mami?

-Bien cariño, pronto vendrá y conocerás a Ulises... -la pequeña asintió y se fue con Chipre al jardín. Yo seguía preparándome la merienda-cena, hasta que sonó el móvil, otro susto más, no no, si no muero hoy de un infarto, estoy seguro de que no muero nunca.

-Si? -conteste

-Hola... muy buenas, soy la enfermera de antes... -decía riéndose. -la rubia...

-Le ha pasado algo a Michelle?! Al niño?!

-No no tranquilo... solo te llamaba para ver si querías cenar conmigo.

-Mire señorita, a ver si lo entiende... tengo 2 hijos, y a la mujer que amo a mi lado, lo siento, pero si quiero cenar, lo hago en mi casa, y con Michelle. Buenas noches.

Pero y esta? Vamos a ver, entiendo que les guste a todas, porque soy un yogurin, pero yo le soy fiel, a Michelle, vaya rima me ha quedado mientras me hago el tazón de leche...

Estaba intentando hacer otra rima con LECHE, pero no me sale...

Fui a darle las buenas noches a Hilda y me eché en la cama, quizás Michelle tenía razón, y sería muy buena idea quedarse a dormir aquí...

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