Cuidado...

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Se levanto la pequeña y se fue directa a su hermano, saltando en la cama, ambos, Albert y yo nos empezamos a reír con los ojos cerrados, nos daba ternura estar en la situación de una nena de 4 años saltando por la cama... me estiré, y sentí unas manos en mi abdomen, y era imposible que fueran las de Hilda, era Albert, me encantaba recibir su tacto, su olor, esa sensación, que solo él podía darme...
-Bajare con la pequeña a desayunar, no salgas, si quieres puedes venir ahora... -negué con la cabeza y me volví a acurrucar.

1 hora más tarde.
Albert

-Entonces Mi es tu nodia y yo soy su cumada? -decia la nena con dificultad, entrando a la habitación. Vi que Mi todavía seguía dormida así que no encontré un mejor despertar que Hilda y yo nos tirásemos encima...
-uuu.. -fue lo único que dijo Mi, supongo que le molestaría que estuviéramos encima de ella, pero no hacía nada, solo dormía.
-Venga! Que soy tu cumada! -decía Hilda, a mi se me escapó una risa y a Mi le salió una sonrisa de boca cerrada, que solo ella sabía hacerla, porque era la única que con verla reír... reía yo, como tremendo pendejo.
-Ya voy... cumadita... -se empezó a reír y yo la seguí.
-Escucha, eh, abre los ojos... -le dije.
-Dime -dejó un pequeño beso en mis labios que hizo que no me salieran más palabras.
-emmm... si, eso, vístete, hoy a las 8am cogeremos el vuelo.
-Que hora es?
-Las 6:30am -ella asintió y se metió en la ducha, la seguí, Hilda estaba descansando para el vuelo, así que se quedó dormida.
-Es de mala educación no invitarme... -dije mientras hacía que ella sonriera

-Vale, ven, pero nada de tocar, entendido? -me dijo con la ceja levantaba y totalmente seria.
-Que remedio... pero un beso aunque sea uno te lo doy. Y si no estás dispuesta pues te doy dos... -ella negó con la cabeza mientras se reía.

Ya estamos en la ducha, se que me dijo que nada de tocar, pero por dios, tiene un cuerpo tan bonito, que me hace estar en completa paz, me hace ser feliz. Caricias, besos, enjabonarnos, risas, más besos... después de eso salimos.

7:45
-Bajad del coche, os espera Make. -les dije dejando un pequeño beso en los labios de Mi.
-Y... y tú? -me pregunto casi temblando Mi.
-Yo iré ahora también, pero tengo que hacer una llamada... -asintió y me besó, salieron del coche y por fin pude hacer esa llamada.

Llamando a Serch...
-Tio menos mal... estas bien?
-Si, el negocio ese, dámelo, no están de broma y no voy a permitir que le hagan daño a Mi o a mi hermana.
-Emm... vale, te mando los archivos?
-No solo pásame el número del S.Chunck.
-Okey, cuídate hermano.
-Igual..

Salí del coche en busca de ir a por mis niñas, pero algo me detuvo, vi sangre, solo rezaba para que no fuera de ninguna de las dos mujeres de mi vida. Corrí hacia ese charco, parecía que no era de ahora, como si fuera de hace horas. Entré rápidamente a el avión privado, las vi, tomando un colacao, me dio la vida volver a verlas, había entrado muy rápido, lo que hizo que las asustara.
-To... todo bien? -me pregunto Mi levantándose de su asiento muy despacio.
-Vi un charco de sangre, pensé que era de ustedes, perdón, pero no puedo perderlas. -le dije abrazando a Mi fuertemente mientras lloraba en su hombro, era real, no podía perderlas, si algo malo les pasase... no seguiría con mi vida.

3 horas después
-Señor estamos aterrizando. -vino Make a comunicarme, tenia a Mi apollada en mi hombro y a Hilda en sus brazos, podríamos ser una linda pareja y familia...
-Despierta cariño... -le di un pequeño beso en su cabeza y eso hizo que abriera los ojos.
-Buenos días -me dijo sonriente posando un beso en mis labios.
-Vamos a bajar ya... -ella asintió pasándome a la pequeña a mis brazos, ella se iría al baño, creo. Teníamos a 5 agentes, 3 de ellos llevaban toda la vida conmigo, protegiéndome, los otros 2 los contraté hace menos de un día para poder estar más seguros.

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