La oportunidad

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-Lo jodes tu! Con tu puta actitud... -decía Albert.

Apareció la enfermera, la rubia, la que pedía a gritos que Albert se la tirara.

-Que haces esta noche? -le dijo Albert. No me lo creía, delante de mi, estaba ligando con esa... ejem...

-De momento cenar contigo... -dijo ella sonriente. -No me valió con la anterior noche... quiero mas...

Se olvidaron completamente de que estaba presente, al menos ella, Albert tenía cara de muerte, quería morirse, sabía que algo andaba mal, y así fue.

-Bonita... llévate al padre de mi hijo, que solo es eso, usar protección, no tengas un hijo con esta escoria. -el asintio, ella asintió y se fueron, tan pichis... cogi al bebé que estaba llorando.

-Ya... ya mi vida... no llores mas, yo llorare por ti... shh... -decía mientras las lágrimas se apoderaban de mis mejillas, no era capaz de controlarlas, éramos felices, éramos. No se lo que paso, solo se que me desmaye, y aparecí en la UCI.

Albert

Había dejado claro a la rubia esa que no pasaría nada, que solo lo hice para que Michelle sintiera lo que yo sentí. Escuché a doctores y enfermeras entrar y gritar en la habitación de Mi, el bebé lloraba, cuando intente entrar, me lo prohibieron.

Horas más tarde, me encontraba en la sala. Fría, oscura, dolorosa, vacía...

-Familiares de la señorita Michelle? Repito, familiares de la se...

-Si! Aquí! -grite corriendo hacia el doctor.

-Mira, le comento, ha sufrido un ataque epiléptico, no sabemos cual ha sido el motivo, así que ella bajará a la UCI, y el niño se quedará en maternidad, puede hacerle compañía, aún no está sedada...

-Gracias.

Entre, la vi, era gilipollas, yo, lo era, y lo soy, por culpa de mis celos no fui capaz de decirle que la amo.

-Dejame. -me decia.

-Porfavor, espera.

-Me haces daño, no te quitaré de ver a Ulises, pero no te acerques a mi... déjame ir. No somos nada Albert, solo tenemos en común un hijo, ya, pasa página, como yo lo haré

-Me mata, que digas que ya no somos nada... como te atreves a llamarme nada si lo éramos todo, la puta perfección e ilusión, que ahora carecen unos pocos, me faltara, levantarme y ver tu rostro a mi lado... y me extraña poco el "déjame ir, pasa página", pero que página voy a pasar, si de nuestro cuento ya no queda nada.

-Albert... déjalo porfavor -decía llorando

-No puedo, no puedo dejarte...

-Hazlo por tu hijo...

-Michelle, ya no corremos riesgos, somos nosotros, tus hijos, tú y yo. Nadie más.

-No es por el riesgo, tú no confías en mi, piensas en cada rato que te soy infiel, no podemos estar juntos... que nos amemos no quiere decir que tengamos que estar juntos.

-No me digas eso, dame una oportunidad, la última, y te juro que si te fallo te dejare ir...

-Albert... está bien... -la bese, seguía en la UCI, pero decidí ir a hablar con el S.Chunck tenía que aclarar un par de cosas con el...

-Pasa hijo... -me dijo adentrándo en su casa -Dime... de que querías hablar.

-Tengo una familia, no quiero que les hagan daño...

-Sabes que mientras pagues lo que debía tu padre...

-No tengo ese dinero.

-Pues trabaja para mi.

-Mira... se como funciona esto, entro, trabajo, cubro la deuda, y luego me amenazáis con mi familia... no, encontrare ese dinero...

-Esta bien. Lo quiero mañana.

-Eso es imposible, son más de 2 millones de dólares, no puedo.

-Si trabajas para mi te lo dejo en 100.000 dólares, en cuanto hayas pagado esa deuda, serás libre.

-Como puedo saber que es seguro lo que me estás diciendo...

-Porque firmarás un contrato donde lo diga, te lo llevarás a tu casa, y mañana a las 17:30pm volverás a mi casa con una respuesta.

-Esta bien.

Estaba saliendo de su casa cuando recibí una llamada.

-Si?

-Hola, le hablaba para decirle, que la señorita Michelle... está bien, se ha recuperado, y está estable.

Hacia unas horas que la había dejado en la UCI, como podía ser que estuviera bien...

Ceci

Recibi una llamada de mi padre. Me marcó, me marcó tanto, que tuve que irme del hospital...

-Dime... -conteste seca.

-Solo quiero decirte que te quiero.

-A que viene eso?

-Me voy a suicidar cariño, no es por tu culpa, es por la de tu madre.

-Papá! Papá no lo hagas! No!

-Lo siento...

-Papá?! No!! Joder!! -sentí un disparo, empecé a llorar, estaba segura de que era mi culpa, lo estaba.

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