Capitulo 17

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La habitación siguiente estaba tan oscura que no pudieron ver nada. Pero cuando estuvieron dentro la luz súbitamente inundó el lugar, para revelar un espectáculo asombroso. 

Estaban en el borde de un enorme tablero de ajedrez, detrás delas piezas negras, que eran todas tan altas como ellos y construidas en lo que parecía piedra. Frente a ellos, al otro lado dela habitación, estaban las piezas blancas. Harry, Ron, Spica y Hermione se estremecieron: las piezas blancas no tenían rostros. 

-¿Ahora qué hacemos?-susurró Harry 

-Está claro, ¿no?-dijo Ron-. Tenemos que jugar para cruzar la habitación. 

Detrás de las piezas blancas pudieron ver otra puerta.

-¿Cómo?-dijo Hermione con nerviosismo. 

-Creo-contestó Ron-que vamos a tener que ser piezas. 

Se acercó a un caballero negro y levantó la mano para tocar el caballo. De inmediato, la piedra cobró vida. El caballo dio una patada en el suelo y el caballero se levantó la visera del casco, para mirar a Ron. 

-¿Tenemos que... unirnos a ustedes para poder cruzar? 

El caballero negro asintió con la cabeza. Ron se volvió a los otros dos. 

-Esto hay que pensarlo...-dijo-. Supongo que tenemos que ocupar el lugar de cuatro piezas negras. 

Harry, Hermione y Spica esperaron en silencio, mientras Ron pensaba. Por fin dijo: 

-Bueno, no se ofendan, pero ninguno de ustedes es muy bueno en ajedrez... 

-No nos ofendemos-dijo rápidamente Harry-. Simplemente dinos qué tenemos que hacer. 

-Bueno, Harry, tú ocupa el lugar de ese alfil, Hermione, ponte en lugar de esa torre, al lado de Harry, y tú, Spica, serás la reina.

-¿Y qué pasa contigo? 

-Yo seré un caballo. 

Las piezas parecieron haber escuchado porque, ante esas palabras, un caballo, un alfil, una torre y la reina dieron la espalda a las piezas blancas y salieron del tablero, dejando libres tres cuadrados que Harry, Ron y Hermione ocuparon. 

-Las blancas siempre juegan primero en el ajedrez-dijo Ron, mirando al otro lado del tablero-. Sí... miren. 

Un peón blanco se movió hacia delante. 

Ron comenzó a dirigir a las piezas negras. Se movían silenciosamente cuando los mandaba. Spica estaba tan nerviosa, que no podía controlar su poder, no podía dejar de escuchar todos los pensamientos de sus amigos.

-Harry... muévete en diagonal, cuatro casillas a la derecha. 

La primera verdadera impresión llegó cuando el otro caballo fue capturado. La reina blanca lo golpeó contra el tablero y lo arrastró hacia fuera, donde se quedó inmóvil, bocabajo.

-Tuve que dejar que sucediera-dijo Ron, conmovido-. Te deja libre para tomar ese alfil. Vamos, Hermione. 

Cada vez que uno de sus hombres perdía, las piezas blancas no mostraban compasión. Muy pronto, hubo un grupo de piezas negras desplomadas a lo largo de la pared. Dos veces, Ron se dio cuenta justo a tiempo para salvar a Harry y Hermione del peligro. Él mismo jugó por todo el tablero, atrapando casi tantas piezas blancas como las negras que habían perdido. A la única que casi no le pidió hacer nada fue a Spica, por ser la reina en el tablero.

-Ya casi estamos-murmuró de pronto-. Déjenme pensar... déjenme pensar. 

La reina blanca volvió su cara sin rostro hacia Ron. 

SPICAWhere stories live. Discover now