Part. 2 Capitulo 20

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Por fin, después de que le prometieran ayuda más veces y con una humeante taza de té delante, Hagrid se sonó la nariz con un pañuelo del tamaño de un mantel, y dijo:

-Tienen razón. No puedo dejarme abatir. Tengo que recobrarme...

Fang, el jabalinero, salió tímidamente de debajo de la mesa y apoyó la cabeza en una rodilla de Hagrid.

-Estos días he estado muy raro-dijo Hagrid, acariciando a Fang con una mano y limpiándose las lágrimas con la otra-. He estado muy preocupado por Buckbeak y porque a nadie le gustan mis clases.

-De verdad que nos gustan-se apresuró a mentir Hermione.

-¡Sí, son estupendas!-dijo Ron, cruzando los dedos bajo la mesa-. ¿Cómo están los gusarajos?

Spica que no entendía muy bien lo que pasaba miro a Harry y este le contesto murmurando: "Es como un gusano que tiene una boca de cada lado".

-Muertos-dijo Hagrid con tristeza-. Demasiada lechuga.

-¡Oh, no!-exclamó Ron. El labio le temblaba.

-Y los dementores me hacen sentir muy mal-añadió Hagrid, con un estremecimiento repentino-. Cada vez que quiero tomar algo en Las Tres Escobas, tengo que pasar junto a ellos. Es como estar otra vez en Azkaban.

Se quedó callado, bebiéndose el té. Harry, Ron, Spica y Hermione lo miraban sin aliento. No le habían oído nunca mencionar su estancia en Azkaban. Después de una breve pausa, Spica le preguntó con timidez:

-¿Es tan horrible es Azkaban, Hagrid?

-No te puedes hacer ni idea-respondió Hagrid, en voz baja-. Nunca me había encontrado en un lugar parecido. Pensé que me iba a volver loco. No paraba de recordar cosas horribles: el día que me echaron de Hogwarts, el día que murió mi padre, el día que tuve que desprenderme de Norbet...-sus ojos se cristianizaron con la grimas que no tardaron en aparecer. Norbert era la cría de dragón que Hagrid había ganado cierta vez en una partida de cartas-. Al cabo de un tiempo uno no recuerda quién es. Y pierde el deseo de seguir viviendo. Yo hubiera querido morir mientras dormía. Cuando me soltaron, fue como volver a nacer; todas las cosas volvían a aparecer ante mí. Fue maravilloso. Sin embargo, los dementores no querían dejarme marchar.

-¡Pero si eras inocente!-exclamó Hermione.

Hagrid resopló.

-¿Y crees qué eso les importa? Les da igual. Mientras que tengan doscientas personas a quienes extraer la alegría, les importa un comino que sean culpables o inocentes.

Hagrid quedó callado durante un rato, con la vista fija en su taza té. Luego añadió en voz baja:

>>Había pensado en liberar a Buckbeak, para que se alejara volando... Pero ¿Cómo se le explicaría a un hipogrifo que tienen que esconderse? Y... me da miedo transgredir la ley...-los miro, con lagrimas cayendo de nuevo por su rostro-. No quisiera volver a Azkaban.

Después de haber visitado a Hagrid, Spica seguía un poco desconcertada con la idea de que un asesino fuera su padre, por lo que aun con muchos pensamientos y luego de haber estado un poco más de tiempo con sus amigos mientras que buscaban la forma de poder ayudar a Hagrid con el caso de Buckbeak.

Ahora se encontraba cerca del bosque prohibido, donde siempre se veía con el perro de color negro. Tomo asiento frente a un árbol y comenzó a jugar con Arminda, mientras que estaban juntas comenzaron a platicar.

Todo aquel que las viera se asustaría, ya que Spica se encontraba hablando en Parsel y eso aunque sabían que ella lo podía hablar, además de que sabían que Salazar Slytherin era su pariente lejano, muchos aun le temían por ello.

SPICAМесто, где живут истории. Откройте их для себя