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Thadeas contuvo el aliento mientras miraba a Callidora que se debatía entre si aceptar o no su explicación. El hecho de que Carli la desafiara con sus palabras, parecían no haberle afectado en lo más mínimo. 

—Parece que no sabes muy bien lo que haces —contestó la bruja de manera odiosa tambien a su nemesis. —¿En serio quieren que crea que ambos vienen de otro tiempo? —Callidora lo enfocó. —¿Y que tu eres hijo del señor Thöme? Debo verme realmente patetica ante tus ojos si piensas que voy a creerte.

Thadeas maldijo en voz baja. ¡Lo único que le faltaba ahora era que ella fuese con Thöme y lo pusiese en su contra diciendole ideas absurdas sobre una supuesta traición!

—Tranquilamente podrías ser uno de los seguidores de Claude Sneider y estar aquí para acabar con la vida del General Corfú. No voy a creerte. 

Thadeas sintió como un puñal en su corazón esa acusación. No obstante, era de esperarse, tanto Thöme como Callidora no se fiaban de muchas personas. 

—Hablo en serio —repitió. —Soy uno de los hijos de Thöme. Yo... —él carraspeó, —quería conocerlo. Solo una vez al menos. Queria hablar con él y saber como habia sido. 

Callidora entrecerró sus ojos. Las palabras eran más que obvias.

—¿Entonces en tu futuro, el General Corfú muere? —atacó sin piedad. Thadeas palideció. Miró a sus alrededores y sin dejar que sus estúpidos sentimentalismos afectaran su raciocinio, asintió. —¿Cuando? 

—No lo sé —fue honesto y no dejó que la vergüenza nublara su confesión. —Es una batalla perdida desde el inicio ya que le tienden una emboscada. Eso es lo único que conozco. Tanto yo como mi hermano nunca quisimos indagar demasiado en ese asunto —contó. —Además, nos regimos por la filosofía de que "si no fue en tu año, no te hace daño" para referirnos a asuntos relacionados con mi padre. 

Callidora enterró uno de sus pies en la arena.

—¿Y pelearas a su lado cuando llegue ese momento? —levantó la vista y para horror de Carli, Thadeas asintió de nuevo. —Viniste a nuestro tiempo por algún motivo, pero no puedes alterar el rumbo del destino. ¿Estás seguro de que podrás lidiar con ello? 

—¿Por qué crees que no podría? 

Carli oyó el intercambio de palabras y se sintió terrible por su jefe. ¿Cómo podría Thadeas hacer frente a la muerte de su padre después de vivir toda una vida sin él? Era cruel, simple y llanamente malicioso... y era su culpa. Ella lo había enviado a este tiempo para hacerlo nada más que sufrir.

Callidora la miró bajar la mirada y sonrió. Bien, tal parecía que su rival tenía un talón de Aquiles. 

—Vamos entonces. Confiaré en ustedes, pero ante la menor sospecha... los asesinaré—dijo ella. —Y oigan bien a mis palabras, nisiquiera les daré oportunidad de volver a su tiempo. Estoy decidida a acabar con ustedes si traicionan mi confianza o la del señor. 

Ambos, Carli y Thadeas asintieron a su amenaza. 

—Mi señora y su esposo fueron hasta el pueblo por víveres. Ella tenía antojos de carne de conejo. 

Los tres comenzaron a caminar rumbo a la casa de los Corfú. Thadeas se adelantó un poco y tomó con cuidado el brazo de Callidora. Carli por su parte, tuvo que morderse con fuerza la lengua para evitar lanzar alguna pulla.

—¿Me ayudarás a convencera Thöme de dejarla quedarse? —la señaló como si se tratase de un perro callejero que un niño había traído a casa. —Por favor, Callidora. Ella ha venido por mi, no puedo dejarla a su suerte. Me sentiría fatal si algo le sucede. 

ThadeasWhere stories live. Discover now