feliz cumpleaños, Neji

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[ESTO NO ES PARTE DE LA HISTORIA ORIGINAL, SOLO ES UN ESPECIAL POR EL CUMPLEAÑOS DEL REY]
3/jul

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–...¿Qué?

–Ven aquí, por favor. ¡Solo tomará unos minutos!

–Pero, señor-

–Vamos, eres la primera persona que pasa por aquí en dos horas. Necesito a alguien que haga de modelo.

–Es que, yo...

-Ayúdame, por favor. Deseo que mi negocio prospere, y para eso debo tener muestras de mi trabajo para que la gente crea en mi talento.

La chica aleatoria que casualmente había decidido tomar esa calle para volver a su casa, se vió atrapada en un dilema. No es que tuviera el tiempo contado o estuviera comprometida a hacer algo, simplemente no era precisamente de su agrado posar frente a una cámara.

Pero es que el hombre se veía tan necesitado.

–Está bien, lo haré.

El moreno casi salta de la emoción. Tomó a la niña del brazo y la encaminó al interior de su ameno establecimiento.

–¿Cuál es tu nombre, jovencita?

–Satō, señor. Yuriko Satō.

–¡Qué hermoso nombre! Bien, Yuriko. No te haré perder demasiado tiempo, así que solo haremos unas pocas tomas. Tengo un kimono en el armario, seguro que te queda. ¿Podrías intentar ponértelo? Esperaré afuera.

Yuriko estuvo a punto de decir que no. Eso implicaría aún más trabajo. Pero ya estaba ahí, ya no podía retractarse.

–Claro.

El hombre le entregó a Yuriko un kimono blanco con arreglos rojos y salió de inmediato del lugar, cerrando la puerta detrás de sí.

Yuriko se puso el kimono, dobló su ropa y la dejó en una mesita de madera que encontró. Le llamó al señor para avisarle que estaba lista.

La puerta se abrió de golpe. El hombre entró casi corriendo, la euforia reflejándose claramente en su lenguaje corporal.

–Oh, Yuriko, ¡Te queda muy bien! A propósito, encontré a otra persona para que me ayude. ¡Pero qué suertudo soy! Ven aquí, jovencito. Entra.

A Yuriko casi se le escapa un grito cuando vio a Neji Hyuga entrando en el local. De inmediato se giró y fingió acomodar su ropa para evitar verlo a la cara.

–Dijo que no tenía a nadie. Satō está aquí. Me voy.

–¡Espera, espera! Por favor, solo quédate un momento. Solo tomaré una foto de los dos y podrán irse.

Yuriko se encogió aún más. Nada de eso debería estar pasando.

–Tengo cosas que hacer.

–¡Por favor! Es la primera vez que tengo tantas personas dispuestas a ayudar. Siempre subestiman mi trabajo por mi apariencia. Solo... Quiero probarles que puedo tomar fotos buenas, aún cuando todos en mi familia se oponían a que comenzara este proyecto.

Neji soltó un suspiro pesado. De no haber sido por la mirada desconsolada que cualquiera -incluso sin byakugan- podría ver, él se habría ido de inmediato.

–Bien. Pero que sea rápido.

–¡Excelente, perfecto! Qué suerte que ya estés vistiendo una yukata... ¿Ibas de camino al festival?

–No es de su incumbencia.

–¡Ah! Tienes razón –soltó una sonora carcajada–. Bueno, bueno. Hagamos esto, entonces. Yuriko, ven aquí.

Yuriko se vio obligada a dejar de fingir que estaba ocupada con su ropa. Suspiró, se dió la vuelta y caminó hacia los dos hombres en la habitación.

–Párense ahí, frente al fondo rosa.

Neji se movió primero. A Yuriko le tomó unos pocos segundos llegar a donde se le había indicado, pues sus pies se sentían muy pesados.

Una vez estuvieron frente al fondo rosa, a unos treinta centímetros el uno del otro, el hombre destapó el lente de la cámara en el tripié y echó un vistazo.

–Mmm, acérquense más.

Yuriko dió dos pasos al frente.

–¡No, no! Quise decir, acércate más a él, Yuriko.

La chica comenzó a sentir mucho calor de pronto. Obedeció al fotógrafo, volvió a su lugar y se acercó un poco al castaño.

–Tengo prisa, señor –dijo Neji de pronto.

–¡Claro, claro! Solo deben acercarse y tomaré la foto.

Neji no vaciló. De un momento a otro, acortó la distancia existente entre ellos. Abrazó a Yuriko por el hombro pegó el costado de su cuerpo al de ella.

–Listo. Hágalo ya.

–Oh, pero... No se ve muy bien. Trata de recargar un poco tu cabeza en la de ella, ¿Quieres?

Neji lo hizo rápido. Él de verdad tenía prisa.

Las piernas de Yuriko comenzaron a temblar. Ella solo esperaba que Neji no se diera cuenta de eso.

–¿Y bien? ¿Por qué aún no toma la foto?

–Oh, ¡Voy, voy! Solo una última cosa, lo juro. ¿Podrían...? ¿Podrían tomarse la mano? Creo que se vería bastante estético.

Neji puso los ojos en blanco. A ese paso, jamás llegaría a tiempo.

–Eh... Sí –murmuró y levantó su mano en la espera de que Yuriko hiciera lo mismo. Ella comenzó a mover su mano, pero lo hacía de forma muy lenta. Neji se desesperó. Acercó su mano a la de Yuriko y la tomó por su cuenta.

–¡Perfecto! Tomaré la foto ahora.

El hombre no mintió esa vez. Tomó la foto y les dirigió una sonrisa a ambos jóvenes.

–Eso fue todo. Muchas gracias a los dos.

Neji no respondió. Solo soltó la mano de Yuriko y salió del establecimiento echando humo por los oídos.

El hombre salió del lugar. Yuriko volvió a ponerse su ropa y dobló el kimono en cuatro partes.

El fotógrafo volvió a entrar.

–Bueno, me voy –dijo ella.

–¡Muchas gracias, Yuriko! Espera, no te vayas. Te daré una copia de la foto.

Yuriko iba a decir que no. Pero cuando menos lo esperaba, ya tenía un pequeño ejemplar de la fotografía en sus manos.

La acercó a su rostro y la miró con atención.

Esa realmente era una buena fotografía.

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𝑓𝑙𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑡𝑜 [𝗻𝗲𝗷𝗶 𝗵𝘆𝘂𝗴𝗮] ハスの花Donde viven las historias. Descúbrelo ahora