XXIX

250 37 0
                                    

Mi respiración se aceleró al escuchar la voz de Kai a mis espaldas.

De inmediato me di la vuelta y lo ví.

Vestía una camiseta blanca de cuello alto y un pantalón de tela marrón que se sujetaba a su cuerpo por medio de unos tirantes del mismo material que, a su vez, sostenían dos katanas en su espalda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Vestía una camiseta blanca de cuello alto y un pantalón de tela marrón que se sujetaba a su cuerpo por medio de unos tirantes del mismo material que, a su vez, sostenían dos katanas en su espalda. Su cabello ligeramente despeinado había crecido considerablemente, pero seguía pareciendo tan suave y sedoso como siempre.

—Hola, Yuriko.

Mi sonrisa se ensanchó de un segundo a otro. Mi respiración seguía acelerándose cada vez más. Mis piernas temblaban un poco. Ocurrían muchas cosas, pero yo no podía moverme. Mi cuerpo no me respondía. Yo estaba paralizada.

Estuve a punto de decir cualquier cosa en voz alta, pero Kai fue más rápido. Cuando finalmente pude reaccionar con normalidad, él ya se había desprendido de sus katanas. Las tiró al suelo y caminó hacia mí. Se tomó unos segundos para mirarme a los ojos y finalmente me abrazó. Rodeó sus brazos por mi espalda y me acercó a él con delicadeza. De forma inconsciente apoyé mi cabeza contra su pecho, una acción que me permitió sentir sus latidos -ligeramente acelerados- contra mi mejilla.

De pronto sentí una de sus manos ir hacia mi cabeza. Frotó un poco mi cabello y luego, como si se hubiera percatado de algo, la bajó de inmediato.

—Hola, Kai —murmuré, mi voz sonando un poco distorsionada contra su pecho.

—Tu cabello... Se ve muy bien.

—¿En serio?

—En serio.

Sonreí.—Bueno, el tuyo también se ve muy bien. Naciste para usar ese corte de cabello.

Una risa que de pronto se volvió ronca llegó a mis oídos.—Gracias, Yuriko.

No fue mucho el tiempo que estuvimos en esa posición, pero sí fue suficiente como para fastidiar a Mako.

—¡Bueno, ya! ¿Podemos ir a comer? Si no, creo que me veré obligado a matarte y comerme tus órganos, Kai.

El ambiente inmediatamente se llenó de risas. Kai se apartó lentamente y volvió a dirigirme una fugaz mirada antes de darse la vuelta y recoger sus katanas del suelo.—No me digan que aún recuerdan eso.

—¿Cómo podría olvidarlo? Ese día encomendé mi vida a ti —respondió Mako.

Después de realizar de forma exitosa el registro de su llegada con Izumo y Kotetsu-san, Mako y Kai comenzaron a adentrarse en la aldea. Yo los seguía, pero me detuve en seco cuando recordé algo crucial.—Chicos, ¿Dónde está Naoki?

—Oh, ella volverá. No sabemos cuándo, pero eventualmente regresará —respondió Kai sin dejar de caminar.

—Pero...

—¡No te preocupes, Yuriko! Relájate un poco, ¿Quieres? —intervino Mako, luego tomó mi muñeca y tiró de ella para hacerme caminar a la par de ellos.

No lo demostré, pero eso me había dolido como el demonio.

—¿Dónde está Hatsumi-sensei, por cierto? Sé que no nos quiere, pero al menos pudo haber venido un momento.

—¡No digas tonterías! Claro que los quiere —dije yo—. Estuvo aquí desde las siete de la mañana, pero tuvo que irse porque le fue asignada una misión.

—Oh, ya veo —respondió Mako. De pronto detuvo su andar, y Kai y yo no pudimos evitar imitar su acción.

—¿Sucede algo? —pregunté yo. Al ver con más atención su rostro, me di cuenta de que el castaño había cerrado sus ojos y sonreía como un bobo.

—Nada, solo... Extrañaba mucho este lugar. ¡Hay tantos olores que estoy identificando ahora! Muero por volver a comer las delicias de Konoha... ¡Ni siquiera sé por dónde empezar! Tal vez debería elegir la opción más cara, ya que estará por la cuenta de Kai.

—Adelante, pide lo que quieras —dijo Kai con tono juguetón—; no será problema para mí, ya que yo sí trabajé durante nuestro tiempo en Kiri.

Mako abrió los ojos y le dirigió una mirada asesina a Kai, para después comenzar a caminar de nuevo a nuestro lado—Eso fue bajo.

Kai soltó una carcajada.—Bueno, tal vez debiste pensarlo bien antes de gastar tanto tiempo en tus asuntos raros.

—No son asuntos raros. Y no me arrepiento de nada, ya verás que te venceré en la competencia de Hatsumi-sensei.

—Sí, sí. Di lo que quieras.

Mako imitó infantilmente las palabras de Kai. Yo volví a reírme; eran justo como los recordaba. Al parecer me había preocupado por nada.

—Oye, Mako, dijiste que no sabías qué hacer primero, ¿Verdad? —dije de pronto.

—Ajá.

—Bueno, tal vez deberías ir a ver a tu madre. Ella te extrañó mucho todo este tiempo.

—No puedo hacer eso, Yuriko. Si voy a casa, ella no me dejará volver a abandonarla en al menos doce horas. Y yo necesito comer algo ahora, y debe ser con ustedes. Dime, ¿Fuiste a visitar a mi madre como te lo pedí?

—Sí, estuve yendo dos veces por semana. Ahora sé mucho sobre ti, Mako Takahashi—murmuré en tono macabro. Kai soltó una carcajada.

Mako comenzó a ponerse rojo de repente—¡Oye, eso es injusto! Me pone en completa desventaja. Deberías estar avergonzada, Yuriko.

—Pues no, no lo estoy —sonreí. Él alzó una ceja.

—¿No lo estás?

—No, no lo estoy.

Me miró a los ojos por unos segundos más y luego apartó la vista. Siguió caminando en silencio por un momento y luego se rió por lo bajo—Has cambiado mucho, Yuriko.

Negué con la cabeza—No digas tonterías. Al menos habla conmigo un poco más antes de asegurar algo de esa manera.

Mako volvió a reírse, esta vez más fuerte y claro—¡Ahí lo tienes! La antigua Yuriko no se atrevería a ser así de directa.

—No, eso no...

—¡Está bien, está bien! Voy a callarme ya.

Sonreí—Oye, tú también has cambiado. El antiguo Mako jamás se callaría así como así.

Escuché las risas de ambos chicos y no pude evitar reírme también. Más feliz no podía sentirme en ese momento.

—Oh, es aquí— dijo Mako tras haberse detenido afuera de un negocio de comida—. Comamos aquí, por favor.

Era el restaurante de BBQ. Él realmente quería comer carne.

Kai y yo no intentamos contradecirlo y entramos al lugar detrás del castaño. Tomamos una mesa que quedaba junto a una ventana que daba al exterior y nos pusimos cómodos. El mesero no tardó mucho tiempo en aparecer y ordenamos la comida.

Escuché a Mako suspirar con exageración —Ah, realmente extrañaba esto—sonrió, golpeó ligeramente el hombro de Kai, que estaba a su lado izquierdo, y luego miró al frente, me miró a mí.—Bueno, Yuriko, es momento de que nos cuentes todo.

𝑓𝑙𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑡𝑜 [𝗻𝗲𝗷𝗶 𝗵𝘆𝘂𝗴𝗮] ハスの花Donde viven las historias. Descúbrelo ahora