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El tiempo pareció ir más rápido después de haber recibido tan devastadora noticia.

Sin detenerme a pensarlo, me puse de pie y tomé todo el valor que creí tener para enfrentar a Hatsumi-sensei. Me sentía muy valiente, pero todo eso se esfumó apenas la vi a los ojos.

Ella era una persona muy intimidante. Tanto, que me hizo olvidarme de lo que iba a decir sin siquiera dirigirme una sola palabra.

-¿Qué sucede, Satō? ¿No estás de acuerdo con mis términos?

No, no lo estaba.

-Eh... yo... s-sí -balbuceé, ahora sintiéndome muy ridícula.

La verdad es que, después de esa absurda intromisión, llegó a mi mente el recuerdo fugaz de aquello que me había propuesto a mí misma esa misma mañana: recuperar el control que tanto me hacía falta. Y es que, la única razón por la que reaccioné de esa manera era porque no quería alejarme de mis dos mejores amigos.

Una vez más me estaba dejando llevar por mis emociones. Era egoísta e infantil. Me enojé conmigo misma y quise tirar de mis cabellos para calmarme, pero los cuatro seguían mirándome con atención.

-¿Y bien? -insistió la rubia.

Tragué saliva y apreté mis puños. Por dentro temblaba de miedo, pero me mostré segura de mí misma en el exterior. Vi a Mako y a Kai abrir mucho los ojos, y a mi maestra enarcar una ceja. Naoki, por su parte, parecía extrañamente conmovida por mis acciones.

-Yo... creo que será difícil afrontarlo, pero confío en que usted ha tomado una buena decisión. Gracias por encargarse de ponernos en el buen camino, de verdad lo aprecio mucho.

-Ya, déjate de sentimentalismos, Satō -gruñó-. Mejor váyanse de mi casa y duerman bien. Nos vemos mañana a primera hora en la puerta principal de Konoha. También tú, niña rara.

Asentí con la cabeza. Yo ya tenía planeado acompañarlos a la puerta, aún si nadie me pedía que lo hiciera.

-Bueno, bueno -comunicó Mako tras ponerse de pie-. ¿Nos vamos ya? Tengo mucha hambre. 

-Sí, vamos -acordé.

Aún con la sangre hirviendo por mis recientes emociones fuertes, caminé a toda velocidad hacia la salida.

¿Ya dije que me sentía muy ansiosa? Bueno, entonces no debe ser muy difícil creer que olvidé abrir la puerta y me estampé de cara contra la superficie dura.

El impacto debió ser descomunal, pues apenas me aparté un poco fui capaz de ver la pequeña marca que había dejado mi frente en la madera ahora ligeramente agrietada.

-¡Yuriko! -oí exclamar a Mako-. ¡¿Qué rayos le pasa al mundo hoy?!

Me giré a verlos. Se habían levantado del piso y me miraban como si fuera un alienígena.

-¡Vámonos ya! -volví a decir, me volví hacia la puerta y esta vez la abrí, justo como una persona civilizada lo haría.

En ese momento no hubo efectos secundarios por el golpe. En circunstancias normales, tal vez los habría. Pero esa no era una circunstancia normal. Eran mis últimos momentos con mis mejores amigos antes de separarme de ellos por un año y medio. Tenía mucha prisa por convivir con ellos tanto como me fuera posible, y eso aumentó mi adrenalina en grandes cantidades.

Salí de la casa con Kai pisándome los talones. Detuvo mi andar al tomarme del brazo y me obligó a girarme hacia él para así observar de cerca mi rostro. O, para ser más específica, mi frente.

-Estás actuando extraño otra vez -murmuró con voz severa-. Tienes que calmarte un poco, Yu...

-¡MÍRATE, SÓLO TE FALTA UN MORETÓN EN EL OTRO PÓMULO Y TENDRÁS UN TRIÁNGULO DE HEMATOMAS EN LA CARA!

𝑓𝑙𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑡𝑜 [𝗻𝗲𝗷𝗶 𝗵𝘆𝘂𝗴𝗮] ハスの花Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang