𝑓𝑙𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑡𝑜 [𝗻𝗲𝗷𝗶 𝗵𝘆𝘂𝗴𝗮] ハスの花

XIII

¿Por qué Neji mentiría sobre algo así? Bueno, esa fue una cuestión que, curiosamente, no me atormentó tanto como esperaba durante mi estancia en el hospital.

Se suponía que mi única tarea era dedicarme a descansar -especialmente mi garganta- para que mis cuerdas vocales volvieran a la normalidad y poder ser dada de alta. Pero me fue imposible hacer eso, pues las personas entraban y salían de mi habitación y me hacían las mismas preguntas, una y otra vez. Y aunque traté de hacerles entender que no podía responder, ellos insistían y yo terminaba hablando.

No fueron muchas las personas que fueron a verme. Pero me sentí abrumada de todos modos.

Apenas se fue Lee, apareció una Ino muy molesta.

-¡Yuriko! -gritó encolerizada, caminó rápido hacia mí y me lanzó con fuerza un ramo de flores a la cara.

-Hola Ino, ¿cómo estás? -murmuré con inocencia tras apartar las plantas de mi rostro.

-¡¿Cómo estás?! ¡¿En serio?! ¡Eres una idiota, Yuriko, eso es lo que eres! ¡¿Tienes idea de cuán asustada estaba?! ¡No, claro que no! Estabas muy ocupada siendo una heroína, ¿no es así? ¡¿Qué rayos estabas pensando al sacrificarte de esa manera?! Sabes que pudiste haber muerto, ¿verdad? ¡Responde a mis preguntas!

Comencé a explicarle mi situación, pero ella me golpeó con una fuerza sobrehumana en el brazo y siguió regañándome por un par de minutos más sin darme la oportunidad de excusarme.

-¿Ino?

-¡¿Qué?!

-Gracias por venir a verme. Eres muy dulce.

Su respiración volvió a la normalidad. Me sonrió con ternura y me dio un fuerte abrazo. Luego arregló un poco su largo cabello rubio, el cual estaba tan perfecto como siempre, y se sentó a un costado mío en la camilla.

Me asustó mucho su repentino cambio de humor.

-Era en serio lo de que eres una idiota.

-Oh, vaya... eso es lindo.

-Tengo que preguntarte... ¿estás consciente de que pudiste haber arruinado la misión por completo? Digo, arriesgaste a la aldea entera por salvar a tu compañero.

Desvié la mirada. Supe de inmediato que ese no sería un tema precisamente fácil de abordar, pero también estaba consciente de que Ino era un hueso duro de roer y no podría evadirla. Así que me tragué mis nervios y volví a mirar directamente a esos penetrantes ojos azules.

-Sí, fue algo muy imprudente, lo admito. Pero es un poco exagerado decir que puse en riesgo a la aldea, ¿no crees? Quiero decir, Konoha está muy bien protegida y...

-No se trata de eso -me interrumpió-. Tuviste suerte esta vez, pero de no ser por los refuerzos, todo pudo haberse ido a la basura.

-Espera un momento... ¿Cómo es que sabes todos los detalles de la misión?