III

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"Cuando estuviste aquí antes, no pude mirarte a los ojos".

Me tomó un tiempo acostumbrarme al entusiasmo de Lee al entrenar

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Me tomó un tiempo acostumbrarme al entusiasmo de Lee al entrenar. Por lo general no soportaba a las personas ruidosas, y él no era la excepción. Al principio me veía en la necesidad de retener mis enormes ganas de pedirle que se callara, pero con el tiempo terminó agradándome muchísimo y contagiándome su energía positiva.

No solo aprendí técnicas de taijutsu con él, sino que también retomé una que otra ideología de vida que él compartió conmigo. Fue por eso que ese muchacho extraño con ojos redondos y peinado de jícara me hizo muy fuerte física y emocionalmente, y es algo por lo que estaré agradecida eternamente.

No me tomó mucho tiempo comprender que si Rock Lee fuera una planta, probablemente sería un bambú.

>>Bambusoideae [バンブソイデ科 ] es el nombre botánico de la planta que pertenece a la familia de las poáceas o gramíneas. Cuando la caña es leñosa, adquiere el nombre común de bambú.
Cuando presentan un tallo alto y recto simbolizan el camino de la iluminación espiritual. El bambú además representa la fuerza y la estabilidad.

Si tuviera que describir a Lee en una palabra, sería fuerte. En todos los aspectos posibles.

Habíamos quedado en entrenar por las mañanas siempre y cuando las sesiones no interfirieran con las misiones que nos asignaban. Como apenas éramos genin, no nos encomendaban muchas, y cuando lo hacían eran todas de rango D. Así que nos veíamos muy seguido.

-Tu cabello corto es una gran ventaja para ti -comentó una ocasión en que mis piernas dejaron de responderme al tratar de igualarlo en su "rutina ligera de pierna". Estaba recostada sobre el césped y él hacía lagartijas a mi lado.

-¿Eso crees?

-Sí. Nosotros los que usamos taijutsu debemos tener despejado el camino, ¿sabes lo que digo?

-Sí, entiendo.

En realidad, la verdadera razón por la que mi cabello era corto era porque no me gustaba. El que fuera demasiado grueso y de un color tan oscuro y opaco me había causado mil inseguridades durante mi infancia, así que decidí dejarlo tan corto como fuera posible para no ser capaz de mirarlo de reojo y revivir esos sentimientos que había enterrado hacía mucho tiempo.

No le dije eso a Lee. Simplemente le agradecí por todo lo que hacía por mí.

En ese momento apareció su equipo. Gai-sensei, Tenten, y él.

Recuerdo vívidamente el sentimiento de vergüenza que me inundó en ese instante. Las miradas de los tres se dirigieron a la chica extraña que no podía ni ponerse de pie. Me maldije a mí misma por dejarme llevar y no haberme ido de ahí antes de que ellos llegaran.

Lee me presentó con ellos. No me sorprendió que no me hayan recordado de la forma en que yo los recordaba. Después de todo, siempre había sido un fantasma.

Con una fuerza sobrehumana de dudosa procedencia logré ponerme de pie y los saludé de lejos. Les dije que debía irme porque tenía una misión y me alejé lo más rápido que pude, y cuando estuve lo suficientemente lejos de ellos me desplomé en el suelo porque mis piernas temblaban como gelatina.

Sí, la causa principal de eso era el entrenamiento con Lee. Pero muy en el fondo sabía que eso lo había provocado él.

Neji Hyuga; el niño prodigio, el mejor de la clase y también el más guapo. Por mucho tiempo lo observé desde el rincón de la clase. De alguna forma lograba sorprenderme más cada día; mientras él crecía, yo me hacía más y más pequeña. No era que le tuviera rencor por eso. Al contrario, yo lo admiraba mucho. Era precisamente por eso que cada vez que él estaba un poco cerca de mí, sentía la gigantesca necesidad de salir corriendo. El hecho de que fuera tan fuerte, tan talentoso y tan atractivo era meramente intimidante, pues solo me recordaba lo pequeña e insignificante que era yo. Fue por eso que ni siquiera fui capaz de mirarlo a los ojos en esa ocasión. De haber sido así, probablemente me hubiera desvanecido en el aire.

Lo siguiente que pasó no fue agradable en lo absoluto. La condición en que me encontraba por llevar mi cuerpo al máximo en el entrenamiento, sumado con los nervios y la vergüenza que acababa de experimentar me hicieron vomitar detrás de un arbusto.

Agradecí al cielo que ellos no estaban ahí para ver eso, especialmente Neji. Pero estaba muy equivocada; después supe que Lee se había preocupado por mí y mi extraño comportamiento y le pidió que usara su byakugan para asegurarse de que volviera bien a la aldea.

Así que sí, Neji Hyuga me vio vomitando.

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𝑓𝑙𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑡𝑜 [𝗻𝗲𝗷𝗶 𝗵𝘆𝘂𝗴𝗮] ハスの花Where stories live. Discover now