V

1K 133 2
                                    

Agradecí al cielo que a Lee le hubieran asignado una misión de tres días

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Agradecí al cielo que a Lee le hubieran asignado una misión de tres días. No solo tendría más tiempo para entrenar con Kai y Mako, sino que también podría procesar y superar todos los sentimientos que me habían atormentado desde aquella ocasión tan patética y embarazosa.

Kai me recogió por la mañana y ambos pasamos por Mako. Después de detenernos para presenciar uno de sus tantos inventos -para ser exactos, unos aparatos de comunicación muy poco realistas-, nos dirigimos al campo de entrenamiento número 2, donde usualmente nos reuníamos con nuestra sensei.

-Se ven muy frescos -dijo ella en cuanto nos vio llegar-. De acuerdo, muéstrenme qué tanto han mejorado.

Los entrenamientos con Hatsumi-sensei consistían en pelear con ella. Siempre nos había dicho que no se consideraba una kunoichi muy hábil, lo que significaba que si nosotros no podíamos derrotarla, eso nos convertía en unos mediocres.

Los tres nos reunimos para repasar nuestra nueva estrategia mientras la jonin estiraba su cuerpo en medio del campo de batalla.

Después de confirmar que los tres entendíamos el plan, Mako y Kai corrieron hacia los árboles mientras yo avanzaba hacia mi mentora. Había tenido mis dudas al principio, pero después estuve convencida de que sí funcionaría.

-Así que ahora tú atacarás primero -declaró con una pequeña sonrisa sin moverse de su lugar. Ella no estaba enterada de mi entrenamiento con Lee, lo cual era un punto a mi favor: me estaba subestimando.

No respondí y me lancé a pelear. Patadas, golpes, movimientos nuevos que le había copiado al chico de cejas gruesas. Aunque pudo esquivar todos mis ataques, noté que se sorprendió mucho. Había bajado la guardia por un segundo, lo cual significaba que era el turno de Kai.

Escuché sus pasos acercándose detrás, así que me agaché lo suficiente para que él pudiera saltar frente a mí y atacar a Hatsumi-sensei con su katana.

Cuando Kai estuvo peleando delante de mí, levanté la mirada para confirmar si nuestro plan estaba funcionando. Sorprendentemente, sí era así. Hatsumi-sensei concentraba toda su atención en esquivar las rápidas embestidas de Kai, olvidándose casi por completo de Mako.

Aquí entraba su contribución al equipo. Siempre se le habían dado muy bien los jutsu estilo de agua, y mencionó que había estado trabajando mucho en pulir sus habilidades. Kai y yo no sabíamos lo que planeaba hacer. De hecho, nunca nos lo decía.

-Confíen en mí- dijo-. Solo deben mantenerla ocupada para que yo pueda atacarla por la espalda.

Lo vi a lo lejos. Noté que sacó algo de un bolsillo interno de su chaqueta y se lo metió a la boca. Lo masticó un poco mientras hacía unas posiciones de manos y se preparaba para lanzar su ataque.

De un segundo a otro, el campo de batalla se llenó de un líquido espeso de color gris claro. Kai y yo retrocedimos para evitar que nos tocara.

-¡Tarda 5 segundos en secarse! -nos gritó Mako desde el otro lado del lugar. Kai y yo permanecimos fuera de su alcance por ese tiempo. Luego, cuando nos aseguramos de que el extraño líquido había secado, nos acercamos al lugar donde habíamos peleado anteriormente para asegurarnos de que Hatsumi-sensei había caído.

La vimos tendida sobre el césped, cubierta por la dura sustancia y luchando por escapar. Kai y yo chocamos los puños en forma de celebración, pero entonces Hatsumi-sensei se desvaneció en una bomba de humo.

-¡Mako, era un clon de sombra! -gritó Kai, alarmado.

Pero era demasiado tarde; la sensei ya había aparecido detrás de él y lo sostenía con firmeza mientras apuntaba con un kunai a su cuello.

-Rayos, perdimos de nuevo -susurró Kai. Ambos nos dejamos caer de rodillas sobre el suelo, arrepintiéndonos mucho después, pues nos olvidamos de la sustancia dura como cemento que había lanzado Mako.

Nos lamentamos en silencio mientras ellos se acercaban a nosotros.

-Se condenaron a sí mismos cuando me perdieron de vista para corroborar sus planes -explicó ella mientras Mako nos ayudaba a levantarnos-. Llevan más de un año siendo un equipo, ya deberían conocer sus estrategias como las palmas de sus manos.

-Pero...

-No hay justificación para su mediocre actuación -interrumpió-. Aunque debo admitir que han mejorado.

Los tres sonreímos. No la habíamos vencido, pero sus palabras nos reconfortaron un poco.

-Tu estilo de taijutsu se me hace familiar -dijo, dirigiéndose a mí.

Rayos, ya lo sabe, pensé.

-Yo...

-Mientras entrenes con el chico y no con el viejo, todo está bien -sonrió y achinó los ojos -. No soportaría que Gai se robara a mis estudiantes.

-¿Qué piensan de mi nuevo invento? -intervino Mako para desviar la atención hacia él.

-Cierto, ¿Qué rayos fue eso?-preguntó Kai.

-Admiren... ¡mis píldoras de cemento! -exclamó con una enorme sonrisa mientras sacaba un pequeño frasco de su chaqueta. Dentro de él había unas cuantas esferas pequeñas de color gris.

Kai le arrebató el frasco y lo miró de cerca con una expresión muy graciosa en el rostro. Estaba tan desconcertado como yo.

-¿Cemento? ¿Expulsaste cemento... por la boca?

-Verán -comenzó a explicar-. Si yo tuviera el kekkei genkkai de agua y tierra, entonces sería capaz de producir esa sustancia sin ayuda de las pastillas. Pero no lo tengo, así que tuve que hacerlas yo mismo. Siempre digo que...

-Si no tienes la ventaja, entonces créala- completamos Kai y yo. Mako asintió sonriendo y Hatsumi-sensei se rio por lo bajo.

-Son muy tiernos. Por favor, no crezcan.

Después de practicar nuestro jutsu de sustitución y los clones de sombra por un par de horas más, Hatsumi-sensei nos invitó a comer BBQ solo "porque estuvimos muy cerca de vencerla".

Mientras veíamos el satisfactorio proceso en que los trozos de carne cambiaban de color sobre la pequeña parrilla frente a nosotros, Mako nos hablaba de lo orgulloso que estaba de su nuevo invento.

-Sí, es muy bueno -dijo la sensei-. Pero debes hacerles saber a tus compañeros cuál es la desventaja de tu jutsu.

Mako trató de negar que su jutsu tenía un punto débil, pero terminó admitiéndolo después de el par de interminables minutos que tomó su discusión con Kai.

-¡Bien! Lo diré- bufó-. La desventaja de mi jutsu es que gasta mucho chakra. Es por eso que solo puedo usarlo una o dos veces al día.

Esa fue una tarde muy agradable. Comimos, hablamos y reímos hasta que el dueño del lugar nos echó de ahí ya muy entrada la noche.

•••

𝑓𝑙𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑡𝑜 [𝗻𝗲𝗷𝗶 𝗵𝘆𝘂𝗴𝗮] ハスの花Where stories live. Discover now