En Lunae, se dice que las almas gemelas están destinadas a encontrarse, pero ¿qué ocurre cuando una de ellas sabe exactamente dónde encontrar a su otra mitad, pero el miedo al rechazo la ciega? ¿Y si su alma gemela es una pedante, grosera y seductor...
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El día de Evanna estaba yendo en caída libre, después de la escena en el baño, claro. Los espasmos aún llegaban a su cuerpo al recordar lo sucedido, no podía creer que en serio había pasado.
Probablemente aluciné, o tal vez sigo soñando. Idiota.
Las piernas de la rizada se apretaban entre ellas mientras escuchaba a su nueva amiga hablando de sus descubrimientos semanales.
—¡Ayer me topé con un vampiro muy amable!—La peliverde saca un cuaderno y lo deja sobre su banco. Están esperando a que comience la clase de Mundanos en el Reino Mágico —Le pregunté cómo podía salir en el día sin morir en el intento y se burló de mí como por media hora.
Los pensamientos de la rizada se vieron interrumpidos por el dato que le acababa de soltar su amiga y soltó una carcajada.
—Nunca va a dejar de ser gracioso que los mundanos crean que el sol mata a los vampiros. Y aunque los pobres no se pueden broncear, no tienen que discriminarlos y creer eso, ¡groseros!
La peliverde rodó los ojos y le dio un zape a su amiga.
—Cállate estúpida, acabo de llegar aquí y me estoy acostumbrando. Pero The Vampire Diaries y Crepúsculo de verdad me hicieron creer que tenían que usar un anillo para no morirse o que brillaban como aluminio, estúpidas series adolescentes...
La risa de la castaña no se hizo esperar, pero fue interrumpida por una tercera voz.
—Es fascinante como los mundanos crean sus mundos imaginarios con los pocos datos que han llegado a conocer de Lunae, es fascinante, sencillamente fascinante.
Era la profesora, la señorita Lewis, una joven bruja que parecía enamorada de la humanidad, su cabello era largo y castaño, bastante esponjado. Sus cafés ojos analizaron a sus alumnas por cortos segundos y siguió su andar hacia su escritorio.
—Conozco Crepúsculo, fui a tu mundo hace unos años y estaban vueltos locos por esa película, pero no sé cuál es la otra que dices— Se encogió de hombros y la peliverde abrió los ojos exageradamente.
—¿No has visto The Vampire Diaries y te haces llamar licántropa? ¡Que vergüenza!
—Pero-
—¡Pero nada! Hoy iré a tu casa y veremos la primera temporada, y no te estoy preguntando.
La castaña solo le sonrió y asintió, el tema que le había estado comiendo la cabeza en la mañana volvió de golpe.
Y tuvo una gran idea.
—Oye Carly, ¿no quieres ir a una fiesta?—La miró con ojos de cachorro e hizo un puchero— Me invitaron y no quiero ir sola, ven conmigo porfaaa.
La ojiazul frunció le ceño y volteo los ojos.
—¿Cuándo?
—Viernes, probablemente como a las 12 am tengamos que estar allá.
—Mmm...— Carly comenzó a acariciar su propia barbilla mientras pensaba— Bueno, igual no tengo nada que hacer. ¿Quién te invitó?
