𝟚𝟠- 𝔻𝕚𝕤𝕡𝕦𝕥𝕒

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La cara de todos los presentes era de completo asombro

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La cara de todos los presentes era de completo asombro.

Hollander Kennedy se encontraba sin camisa y con unos pantalones demasiado grandes para él, o al menos eso parecía, ya que estaban acostumbrados a verlo con pulcros trajes. Estaba empapado de pies a cabeza y respiraba con dificultad, mientras que en sus brazos traía a una joven envuelta en una enorme playera de cuadros, parecía estar desnuda.

Los primeros en reaccionar fueron los gemelos, quienes reconocieron al minuto de quien se trataba.

—¡SAM!—Gritaron al unísono completamente asustados.

Al llegar al lado de su mejor amiga, David se la quitó de los brazos a aquel hombre y salió corriendo junto a su hermano rumbo al interior del instituto, intentando que la joven entrará en calor, ya que se encontraba fría como el hielo y demasiado pálida.

—¿Qué pasó? — Fue Jules el que habló, notando cómo su novio no podía reaccionar. —¿Dónde estaba Sam, profesor?

Hollander pasó su mano por su castaño cabello y comenzó a relatar lo sucedido.

—La encontré en las afueras de la manada, estaba inconsciente sobre una roca, en medio de un río. Y-yo creía que estaba muerta, pero no, ella está bien...—Dijo intentando autoconvencerse de aquello.

—¿Desnuda e inconsciente? —Dijo Iván muy enojado.

Pero el profesor ignoró aquella reacción, dirigiéndose a la peliverde, quien no paraba de comprender cómo habían llegado a ese punto.

—Tenía una herida en la cabeza, la encontré en ese estado Iván, te juro por la Diosa que no le hice nada.

El joven se acercó de manera amenazadora hasta el mayor, sin lograr comprender cómo habían sucedido los hechos.

—Si claro.—Susurró—Entonces, dime ¿¡Qué putas estaba haciendo Samantha desnuda en un río!?

Lo empujó con mucha fuerza, haciendo que la joven mundana se asustara y mirara al ninfo, en busca de ayuda, pero él parecía estar igual de enojado que su novio.

—¡Yo jamás tocaría a nadie sin consentimiento!—Tomó la camisa de Iván y lo acercó a su cara, enojado e indignado.–Así qué relájate y mejor ve a ver cómo está antes de crucificarme por salvar a tu amiguita.

Antes de que Iván pueda responderle su novio tomó el mando.

—Amor, quiero ver a Sam.—El chico relajó su cuerpo al acto y miró a su chico—Déjalo, vamos...

El pelinegro miró de mala manera al profesor y se fue con su novio, rumbo al instituto.

Haciendo que todos lo siguieran de inmediato, excepto la peliverde, quien se quedó con el hombre.

—Yo no la toqué. — Susurró en su dirección.

Una ráfaga gris pasó por sus ojos al decir aquello, haciendo que la joven recuerde aquel enorme lobo que vio hace algunas horas.

EnlazadasWhere stories live. Discover now