En Lunae, se dice que las almas gemelas están destinadas a encontrarse, pero ¿qué ocurre cuando una de ellas sabe exactamente dónde encontrar a su otra mitad, pero el miedo al rechazo la ciega? ¿Y si su alma gemela es una pedante, grosera y seductor...
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Al llegar al lugar mencionado, la peliverde logró observar como el instituto que tantas alegrías le trajo durante algunos meses ahora se encontraba en profundo silencio y sin alumnos a su alrededor, la incomodidad la invadió al notar como el profesor estacionaba el auto y no bajaba del lugar.
Todo el viaje los dos estuvieron en un profundo silencio, la pobre chica procesando la información que acababa de recibir. Saber de la desaparición de su mejor amiga la hacían querer llorar, de solo imaginar que algo le hubiera pasado.
Sus azulejos estaban cristalizados, mirando hacia el frente, intentando con todas sus fuerzas mantener el líquido en su lugar. Intentando no mostrarse débil, no ante él.
Hollander había prendido la calefacción, pero aún así no podía dejar de temblar, aunque los dos bien sabían que aquel acto no era causado por el frío, sino por la preocupación y el miedo presentes en el cuerpo de la joven.
—Podemos volver después si quieres, cuando estés más calm-
—No actúes como si te importara— Bajó del auto con mucha rapidez y al cerrar la puerta con más fuerza de la requerida una lágrima salió de sus bellos ojos azules, la limpió rápidamente, intentando que las demás se quedaran en su sitio.
Comenzó a dar grandes zancadas con rapidez, acercándose a la escuela. Parecía que el profesor no pensaba bajarse del auto ya que la peliverde logró llegar al lugar y él aún no tenía intención de bajar del vehículo.
Ignoró aquel hecho al ver a una pequeña y delgada figura doblar en un pasillo. Se apresuró a correr hacia aquel lugar. Los pasillos estaban desolados, así que fue fácil para ella llegar con aquella persona.
—¡Oye!
La bajita figura volteó lentamente hacia ella, era Jules, el pequeño ninfo se encontraba con un enorme sweater negro sobre su cuerpo, sus rasgados ojos estaban rojos al igual que sus mejillas. Al ver a la chica corrió hacia ella y la abrazó, con algo de fuerza.
—¡No logramos encontrarla Car!— Dijo sollozando en su pecho— No encontramos a Eva, ella seguro esta asustada, los chicos no logran encontrar su rastro y Tay, una bruja de último año dice que su ubicación esta siendo bloqueada. ¡Alguien la tiene y no podemos ayudarla!
Soltó un gemido lastimero que hizo que las lágrimas que tanto estaba reteniendo la peliverde salieran sin permiso.
Escuchó unos rápidos pasos provenientes del pasillo y sin darse cuenta por lo rápido que pasó, de pronto alguien había separado al joven de su cuerpo y se encontraba abrazándolo en su lugar, con mucha fuerza, protegiéndolo.
—Tranquilo bebé, la encontraremos. Te lo prometo, te lo prometo—El pequeño chico lo abrazó con más fuerza, a pesar de que su cuerpo comenzaba a calmarse, todo lo contrario a lo que le pasaba a Carly, quien no dejaba de llorar y temblar en su sitio.
