· V e i n t i c u a t r o ·

57.7K 5.9K 1.5K
                                    


Jax no dijo nada cuando nos encontramos en la casa los días siguientes

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Jax no dijo nada cuando nos encontramos en la casa los días siguientes. Ni de la pizza con piña, ni del pollo frito. Mucho menos sobre la cita con su primo, algo que yo tampoco quise sacar a colación.

Angelo se había portado genial, y no se podía decir que hubiese salido mal, pero...

No había química.

Por mucho que él fuese un chico increíble, no encontraba ese gancho que tenía con Jax. Quizás fuese porque seguía albergando sentimientos por él, pero lo cierto es que sabía que no podía estar con otra persona si no iba a dedicarle mi corazón de verdad.

Coincidimos en algunas comidas y compartimos sonrisas. También volvió a entrenar con Angelo y conmigo, aunque no me desmayé ni tropecé. Fueron mucho más despacio para que yo les siguiera el ritmo y los tres trotásemos a la vez.

Pero nunca, nada de la cita.

Una cita que, depende de cómo lo mires, había salido mejor o peor de lo esperado.

Angelo y yo descubrimos que no estábamos hechos el uno para el otro en forma de pareja, al menos por el momento, pero sí como amigos. Eso era algo positivo.

Y por mi parte, que la rivalidad amigable con Jax continuaba a día de hoy. Si yo le mandaba piña, el me atacaba con pollo frito.

Por eso, los días se sucedieron sin más. Con Jax yendo a trabajar al bar mientras se turnaba para arreglar la furgoneta, sus primos menores escaqueándose de la casa a primera hora para ver a sus amigos, y Angelo llevándome a la playa junto con Chiara para enseñarme a nadar.

Cada día que pasaba más empezaba a sospechar que, al igual que yo no había olvidado a Jax, Angelo no lo había hecho con Chiara. Aunque estaba pendiente de mí, me hacía bromas, tenía paciencia para que mi culo no se hundiese en el fondo del mar... Se notaba que había cierta predilección por ella.

Eran ciertos gestos, formas, maneras de mirarla. Cuando la sonreía al coincidir sus miradas, aunque él estuviese enfadado. O como apartaba su pelo detrás de la oreja porque sí, mientras hablaban.

Simplemente se veía. No estaba ciega.

Y empezaba a imaginar que él tampoco lo era con Jax.

Por eso el día que él accedió a venir con nosotros a la playa, anunciándonos que tenía la mañana libre, sentí que me atragantaba con el desayuno.

Pero Angelo se alegró mucho, y Chiara más aún al verlo, pues corrió a abrazarlo. Solamente yo parecía incómoda.

Agarramos nuestras cosas para la playa y subimos a las motos, yo detrás de Angelo.

Una vez allí dejé caer mi vestido suelto sobre la toalla antes de recogerlo del suelo y guardarlo en la mochila, para acto seguido tumbarme sobre la toalla. Todo ello siendo consciente de la mirada de Jax sobre mí, provocando que me ardiera la sangre.

Una Perfecta Oportunidad © 30/03/2023 EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now