· V e i n t i s é i s ·

59.9K 5.9K 1.6K
                                    


"Pensé que te perdía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Pensé que te perdía..."

Di un sorbo a mi granizado, tratando en enfriar el cerebro al recordar las palabras de Jax.

Y su abrazo, juntándome a él, como si temiese perderme... Como si temiese hacerlo de verdad.

En aquel momento, cuando él me abrazó, cuando me llevó en sus brazos hasta el puesto del médico, cuando me sacó del agua... simplemente me dejé llevar, mientras mi corazón latía acompasado a sus caricias.

Durante unos minutos pensé que nada había cambiado.

Pensé que él me seguía queriendo.

Pero una vez en casa la magia se rompió. Jax regresó a su habitual distancia precavida, con sonrisas y bromas cada poco tiempo, pero respetando un invisible espacio entre nosotros.

Estaba realmente confundida.

Una parte de mí me decía que él continuaba sintiendo algo, como yo... y otra que debía alejarme de una vez por todas, porque no mostraba emociones.

Lo único que era seguro es que no estaría aquí en este momento si él no me hubiese sacado del mar, algo por lo que estaba realmente agradecida.

Y tampoco si Chiara me hubiese hecho el "boca a boca". Angelo había bromeado, una vez pasado el momento de pánico, lo sexy que fue vernos a las dos besándonos.

Se ganó un puñetazo en el hombro por parte de Chiara y mi rodada de ojos, aunque nos reímos con él.

El momento ya había pasado, y todos lo habíamos superado.

Todos, menos Jax...

—¿En serio vas a hablar con él?

Sorbí el final de mi granizado mientras llegábamos a un extremo de la playa.

Después de salvarme la vida y agradecérselo mil veces, Chiara se había reído y aceptado un granizado como recompensa. Aquella era la primera vez que, en realidad, quedábamos las dos solas para pasar más de treinta minutos juntas.

Y había ido muy bien.

Hasta el momento en el que me había mostrado su preocupación porque Jax no quisiese hablar con Angelo.

En realidad yo también estaba molesta, preocupada, inquieta... Angelo no tenía la culpa de nada. Él me había enseñado a nadar y yo realmente debía haber aprendido. Él confiaba en mí, pero... me bloqueé.

Al ver el mar tan profundo y sus olas... Y una gravitación extraña que tiraba de mí hacia dentro en lugar de dejarme salir, pudo conmigo. Tiempo después Chiara me explicó que se trataba de la resaca. Cuando la marea bajaba, tiraba de todo hacia su interior, y justo me había atrapado en aquel momento.

Pero nada era razón suficiente para que Jax se pelease con Angelo. Si alguien tuvo la culpa, fui yo por aceptar nadar a las profundidades. Era una persona adulta, consciente te sus límites... y había decidido ignorarlos.

Una Perfecta Oportunidad © 30/03/2023 EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora