Segunda parte de "Una Perfecta Equivocación"
¿Alguna vez pensaste en pasar un verano en Italia? Parece una fantasía cumplida... menos para Olivia James, porque eso significa pasarlo en la misma casa que su ex novio. El chico que le rompió el corazón...
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El olor a tanatorio era desagradable.
A limpio.
A demasiado limpio.
Y a la vez a adiós.
Mi tía me dijo que cuando mis padres murieron yo pasé mucho tiempo dentro de un hospital. Mi madre estuvo en la UCI por dos semanas hasta que tuvieron que desconectarla. Y después de eso me tocó pasarlo en un tanatorio.
Era muy pequeña para recordar nada, o quizás mi cerebro decidió que estaría más protegida si no lo hacía. El hecho es que no tengo memorias de ese momento, pero sí una sensación mala cada vez que entro a un hospital. O a un tanatorio.
Como ahora.
Pero ya no era una niña, sino una adulta, y debía afrontar momentos como aquellos. Ya no por mí, sino por quienes me importaban.
Por quienes sufrían.
Mi rodilla chocó contra la de Chiara. Ella levantó la mirada del suelo para regalarme una apagada y triste. Tenía los ojos rojos e hinchados, probablemente tal como se veían los míos.
Quizás la Nonna no era nuestra abuela biológica, quizás no habíamos pasado tanto tiempo a su lado como sus nietos, pero su pérdida también nos afectaba.
Suficiente como para sufrirla en silencio.
—¿Quieres un café? —Preguntó.
Era la quinta vez que lo decía, así que me limité a asentir.
De camino al tanatorio había tomado la mano de Jax mientras hablaba con mi tía. Ella no podía venir porque no le daban días al no estar casados, pero Tony estaba ya llegando a Italia en el primer vuelo que pudo encontrar.
Tía Jenna no me lo dijo tal cual, pero él estaba muy afectado. Era su madre.
Y se había ido.
Para siempre.
Porque puedes escapar de todo... menos de la muerte.
En mi mente no había dejado de repasar todas las señales. Las miles de pastillas que tomaba. Lo rápido que se cansaba siempre, a pesar de que nos abrazaba y cocinaba, fardando de una vitalidad que ya no tenía. Su interés en la vida, en la juventud, en el pasado...
Desde el primer momento se estuvo despidiendo, pero nunca lo supimos ver.
Los tíos de Jax nos contaron que ella estaba enferma, de ahí todas las pastillas, pero nunca lo quiso decir a sus nietos para no preocuparlos. Había decidido tener un último verano, con todos sus hijos y nietos juntos, por una vez.
