Él, es el alfa dominante más rudo y popular de la escuela. Capitán del equipo de futbol americano, y considerado el número uno en todo menos en el estudio.
Ella, una simple omega como cualquier otra tratando de sobrevivir la preparatoria. Reservada...
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-¿Dime que estas bromeando, Meztli?
-¿Y por qué lo haría?-le pegunto confundida la castaña clara a su amiga.
-¿Pero cómo pudiste aceptar esa propuesta? ¿Acaso no te respetas? O...-la azabache dejo de hablar para luego mirar a su amiga con terror, lo cual causo más confusión en la castaña clara.-Dime...dime que no has caído en los encantos de ese patán.
-¿Q-qué?-Meztli se atraganto con su propia saliva, tosiendo tanto al punto de ponerse roja de tanto esfuerzo por recuperar el aliento.
- Hey, Gina. Ya déjala en paz.-le llamo la atención una beta de cabellera rizada color castaña obscura en el área de la raíz seguido de un difuminado rubio hasta las puntas, y ojos color avellana, mientras le daba golpecitos en la espalda a la omega de lentes para que dejara de toser.-Sea la razón por la que Ameli acepto trabajar con aquel chico, no nos incumbe. Deberías apoyarla en vez de regañarla.
-Sí, mujer.-concordó una omega pecosa de larga cabellera chocolate claro y ojos ámbar.-Sabemos que Ameli es la que menos se involucraría con ese tipo. Sería la última en caer a sus pies.
-Gracias, chicas.-sonrió Meztli agradecida de tener el apoyo de ellas.-Yo sé que estas preocupada, Gina, pero créeme que nada pasara, o más bien, no dejare que nada me pase. Estoy haciendo esto porque es una buena oportunidad para mí. Esto puede ayudarme a escribir un buen currículo para las universidades y ganar algo de experiencia. Claro que será un reto, pero no dejare que eso me venza.-dijo la omega con toda la confianza del mundo para tratar de convencer a la azabache de que todo estará bien.
Gina asintió levemente mientras soltaba un suspiro de rendición, ella sabía que era una gran oportunidad para su mejor amiga y la apoyaría en todo, pero le daba miedo que su amiga saliera herida. Haría cualquier cosa por defenderla de ese tipo de alfas, no quisiera que dañaran a un ser tan puro como Meztli. No lo merecía... no otra vez.
A pesar de que Meztli y Gina fueran del mismo año, la azabache le ganaba por unos meses haciendo a la castaña clara la menor del grupo. Por ser la menor, era la más consentida y protegida del grupo. La trataban como a un bebé a veces. Solían tomarse muy en serio el papel de hermanas mayores por lo que la sobreprotegían y olvidaban por momentos que eran casi de la misma edad. Sin embargo, eso no era una molestia para la menor, le encantaba que sus amigas se preocuparan por ella y le dieran mimos, pero si podía ser algo cansado en sus momentos.
-Bien, tienes razón.-Meztli le agradeció con un fuerte abrazo y una gran sonrisa en su rostro.-Pero conste que si te hace algo ese idiota, se las verá conmigo.-le advirtió seria a lo cual la chica solo asintió frenéticamente mientras soltaba leves risitas contagiando a la azabache.
Meztli no tenía por qué detenerse por nadie para hacer lo que ella quisiera, pero no quitaba el hecho que de alguna manera quería sentirse apoyada por sus casi hermanas en las decisiones que tomara. Se trataban como familia, pues tenían desde pequeñas conociéndose y aún seguían forjando esa amistad con cada día que pasara.
