Él, es el alfa dominante más rudo y popular de la escuela. Capitán del equipo de futbol americano, y considerado el número uno en todo menos en el estudio.
Ella, una simple omega como cualquier otra tratando de sobrevivir la preparatoria. Reservada...
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—Oye, ¿estás bien, amigo?—le llamo el azabache mientras metía su uniforme mugroso en la maleta deportiva. —Desde hace unos días has estado muy distraído, Julián.
— ¿Pero qué tonterías dices, Noah?—trató de barrer su comentario, y solo proseguir con guardar sus cosas. —Solo estoy algo cansado, ya sabes por todo esto de los entrenamientos.
— ¿Estás seguro? yo no lo diría tanto por eso.
— ¿A qué te refieres?
—Tu estas así desde antes de que empezaran los entrenamientos por las nacionales.—Noah dejo a un lado lo que estaba haciendo para encarar al castaño que parecía querer evitar verlo a los ojos.—Es más, te aseguro que has estado de manera rara desde aquella fiesta.
Julián se quedó quieto por un momento, dejando a un lado lo que estaba haciendo. Lo menos que quería en estos momentos era tener que darle explicaciones absurdas a su enfadoso amigo, ya que ni él sabía que era lo que en realidad pasaba. Para empezar no tenía mucho desde que acepto sentir alguna clase de interés en aquella chica y la cosa era que no sabía a qué tipo de interés se refería.
—Estas imaginando cosas, Noah. —volvió a lo que estaba, cerrando la mochila para después colgársela en su hombro. —Supongo que todo esto de los entrenamientos te ha consumido el cerebro.
—Podre verme estúpido, pero te aseguro que no lo estoy. —enarcó una ceja con enfado, cruzándose de brazos. A veces le molestaba que Julián no tuviera la confianza suficiente para contarle lo que pasaba con él o el valor de abrirse un poco más.
—Si eso dices. —palmeó su hombro con una mirada burlesca, para dirigirse hacia la salida de los vestidores. —Nos vemos mañana, Noah.
No estaba listo para hablar de sentimientos y mucho menos con su amigo, eso era de chicas. A parte que le diría, si todo era tan repentino. El ver a su ex tutora con otros ojos es totalmente loco y aterrador. Sin duda sería un caos en la escuela si se enteraran que el alfa menos domable había sido cautivado por la chica menos esperada, ya que ni era una omega y de su tipo.
Su cabeza pulsaba como un demonio, no sabiendo si era por la escuela o por sus pensamientos con respecto la chica. Se encontraba confundido, pero al menos no tanto como en un principio. Era algo nuevo para el alfa castaño, jamás había sentido tanta atracción por una chica y mucho menos por una que fuera tan reservada, pero eso era precisamente lo que le atraía cada vez más. Quería saber que tanto escondía aquella chica de ojos tristes que se la pasa alejando a todo mundo, y que se la vive detrás de un muro difícil de quebrantar. Y no sabía por qué, pero quería ser el primero en romper ese escudo que la alejaba del mundo exterior.
Vaya... ¿de esto hablaba Noah aquella vez? ¿Esto era estar interesado en alguien? Pensó incrédulo dirigiéndose hacia su automóvil que estaba a unos pocos metros de distancia. Sin duda ya me volví loco.
