♡Capítulo 66♡

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— ¿Julián? ¿Qué haces aquí?—el alfa volteo a ver con una ceja alzada a la fémina de cabellera azabache que recordaba haberla visto antes; era amiga de Meztli

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— ¿Julián? ¿Qué haces aquí?—el alfa volteo a ver con una ceja alzada a la fémina de cabellera azabache que recordaba haberla visto antes; era amiga de Meztli. —No creí verte por aquí.

Ni él se imaginó, de todos los lugares disponibles, ir a la biblioteca de la escuela. Simplemente creyó que sería un lugar perfecto para tranquilizarse por lo silencioso de esta.

—Bueno, siempre hay una primera vez para todo. —se encogió de hombros volviendo su vista a su cuaderno- lleno de garabatos sin sentido- con poco interés.

Gina estaba desconcertada de ver al chico muy serio en un lugar, que era más que obvio, no visitaba por decisión propia.

— ¿Estas bien?

— ¿De dónde viene esa pregunta?—posó su penetrante mirada sobre su persona, provocando que la chica se encogiera en su lugar; era como si pudiera ver más allá de ella y eso le incomodaba. —No es como si fuera tu asunto.

—Y-yo sé, pero...tienes razón.

Julián soltó un pesado bufido dejando lo que estaba haciendo para volver a ver a la azabache que seguía en su lugar mirando hacia el suelo con un mohín desanimado. Supuso que su estado de ánimo debía ser por lo sucedido con Meztli. Se sentía como un completo idiota al actuar como si la situación no le hubiera afectado-más de lo que debía.

Con todo lo sucedido de la situación de su padre, paso a segundo plano a la omega. Se sintió muy egoísta no haber tratado de comunicarse con ella. Estaba seguro que si fuera al revés, la castaña clara hubiera estado a su lado apoyándolo. Bueno, eso esperaba. Después de todo, la chica logro darle esa confianza que buscaba en sí mismo. Ahora era su turno de estar ahí para ella. La cosa era que no sabía cómo. No estaba enterado de su estado, ni mucho menos de como la consolaría. Jamás había hecho algo así.

— ¿Cómo te llamas?—preguntó hacia la omega, la cual provoco que diera un pequeño respingo por escuchar la grave voz del alfa contrastar contra el silencioso lugar tan de repente.

—G-Gina. —habló tímidamente, bajando la mirada ante la pesada mirada del contrario.

—Eres amiga de Meztli, ¿no?—Gina asintió sin mucha emoción. Recordar a su amiga no le hacía bien últimamente.—¿Cómo esta ella?

Gina apretó sus labios en una línea recta con la vista al piso en todo momento. Como odiaba esa pregunta. Desde lo sucedido con la menor ahora todos parecían preocuparse por ella, como si siempre les hubiera importado su bienestar. Sabía que solo eran una bola de gente hipócrita queriendo saciar sus almas chismosas. A nadie le importaba en realidad por lo que Meztli estaba pasando. Ese infierno que estaba viviendo sola.

Lo que más le lastimaba era que la gente involucrada solo recibió un leve castigo consistiendo de detención por una semana—la cual solo duro tres días ya que no había quien pudiera supervisar los dos días restantes— y pedirle disculpas. Estaba segura que todo eso había sido olvidado y ya no era relevante para nadie. Meztli no se ha presentado por dos semanas y a nadie le importo. Ni a los profesores que decían admirarla por su gran desempeño en sus materias.

Gina haría hacer pagar a todos y buscaría justicia por su propia cuenta. Lo que le hicieron a su amiga no se lo perdonaría a nadie.

— Ella está bien. —soltó secamente.—Todos modos no es como si te importara. Que yo recuerde, no se llevaban bien. ¿Por qué ahora te interesa? Lleva dos semanas sin venir y ¿apenas ahorita quieres saber?—negó con una risa amargada. — Esta de maravilla disfrutando de la vida porque claro que una bola de idiotas no le arruinaron la poca confianza que le quedaba.

—O-oye. —se levantó rápidamente de su lugar al ver como la omega empezaba a derramar lágrimas sin control. Parecía haberse contenido todo este tiempo ese tormento para sí misma. — Tranquilízate. Sé que soy la persona menos indicada para que confíes en mí. Yo sé lo que eh hecho para ganarme todas esas etiquetas hacia mi persona, pero créeme que en serio me importa. Meztli es importante para mí.

Gina le miro con sus ojos vidriosos. Lo que menos esperaba era que ese alfa aceptara preocuparse por alguien más que no fuera él. Siempre fue un egocéntrico egoísta que amaba pisotear a los demás y así alimentar su ego. Amaba demostrar que era superior a todos.

—Sé que estás pensando que soy un idiota sin corazón y-

—No lo pienso. Sé que lo eres. Eres una persona que lo único que trae es problemas. Todo esto pudo haberse evitado si no fuera por ti.

— ¿Por mí?—le miro sin comprender. — ¿Yo que tengo que ver aquí?

—Si no fuera por tus estúpidas fanáticas que siempre están detrás de ti, Meztli no hubiera pasado por ese bochornoso momento por celos. Esa maldita beta lo hizo solo porque no tenía la atención que quería de tu parte.

—¿Beta? ¿De quién diablos...?

Julián sintió la sangre hervir por la furia que lentamente se apoderaba de su ser. Era más que claro quién era esa beta de la que hablaban. En realidad jamás se puso a pensar la razón detrás de su acción, ni mucho menos que él sería el causante de ello. ¿Cómo es que jamás lo vio venir? Bueno, no es como si siempre midiera lo que sus acciones podían ocasionar o que prestara atención a su alrededor. ¿En serio era su culpa?

—Si. Esa maldita beta por nombre Giselle. —gruño bajo.—Si tan solo pudiera ponerle las manos encima la haría sufrir.

—Lo siento, supongo. —Gina miro con estupor al alfa. Eso sí que no lo vio venir. Es decir, Julián, ¿disculpándose? Debía ser una broma. —Nunca fue mi intención que esto pasara. Créeme que si pudiera arreglar todo esto lo haría.

—No. Nada de esto es tu culpa. —tomo asiento en la primera silla disponible, posando ambas manos en su cabeza con angustia. —Giselle lo hubiera hecho de todos modos. Solo busco una excusa para hacerlo, y esa fuiste tú.

— ¿Pero qué es lo que trae contra Meztli?

—Eso...eso ni yo lo sé.

—Gina. —soltó despacito, sentándose al lado de la chica.—Necesito ver a Meztli.

Gina negó con una mueca inconforme. Si tan solo así fuera de fácil ya hubiera solucionado las cosas con su mejor amiga.

—No creo que se pueda. Ni siquiera me quiere ver. A nadie de nosotras. —susurró con desgano. —Veras. Las cosas no van bien en su casa. Esto va más allá de esa fotografía, Julián. El que todos se enteraran que era una omega no es ni la mitad de lo que en serio le está afectando. Es complicado.

Julián no entendió completamente lo que la azabache trato de decir. Era completamente ajeno a la situación de Meztli. Ignoraba que pasaba en la vida de aquella omega, pero tampoco la dejaría sola. No como ya lo había hecho.

—No quita con intentarlo.

Una Historia Muy Cliché- OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora