Él, es el alfa dominante más rudo y popular de la escuela. Capitán del equipo de futbol americano, y considerado el número uno en todo menos en el estudio.
Ella, una simple omega como cualquier otra tratando de sobrevivir la preparatoria. Reservada...
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El lunes había llegado sin ningún aviso y para desgracia de la omega. Meztli sintió el fin de semana pasar con mucha rapidez pues se la había pasado encerrada en su habitación día y noche. No tenía ganas de saber de nada ni nadie. Apenas y miro a sus padres ya que siempre se excusaba que seguía cansada cuando en realidad quería estar sola. No quería aceptar que los estaba evitando, pero de alguna manera estaba resentida con ellos por verle la cara como si nada estuviera pasando.
Le molestaba el saber que ellos sabían de cosas sumamente importantes que la involucraban, pero preferían callar y verle la cara de ingenua. La hacían sentir poca cosa. ¿Acaso hasta sus propios padres se burlaban de ella? Estaba harta de ser el hazme reír de todos y a la que pueden manipular a su gusto. Jamás lo espero de sus progenitores, era los últimos que creería que romperían su confianza al igual que harían algo para dañarla. Se negaba a creerlo, pero era lo único que estaba obteniendo de su parte en estos momentos.
Desconfiaba.
Sin embargo, trato de mostrar su mejor sonrisa al despedirse de sus padres. Tampoco merecían su indiferencia y trato frio. No podía caer en conclusiones sin saber la verdadera razón de tanto secretismo. Al menos esperaba que sus padres tuvieran una buena razón por querer ocultarle cosas o que solo estuviera imaginando cosas y nada de lo que estuvo rondando su cabeza fuera cierto. Sus padres jamás serian capaz de mentirle, pero también estaba la parte en la que entraba aquella mujer asegurando que su familia hizo algo horrible contra la suya. ¿Qué lado debía creer?
Obviamente estaba del lado de sus padres, pero entonces ¿por qué nunca mencionaron nada acerca del tema? Si nada de lo que dijo la mujer era verdad para que tratar de ocultarle lo ocurrido. Claro está que ellos no saben que ella escucho todo lo sucedido y Meztli no se atrevía a sacar la conversación tampoco. Temía escuchar algo que no quería o que trataran de negar todo como últimamente han estado haciendo.
Ya no importaba. Seguir pensando en ello no solucionaría nada al respecto. Sus problemas no se irían con solo indagar en quien dice la verdad o que fue lo que sucedió con ambas familias, porque de lo que si estaba segura era de que algo ocurrió entre ellos.
Ambas familias tenían una historia...una muy turbia y obscura.
Se retiró de su casa a la misma hora de siempre, no sin antes tomarse sus pastillas que por cierto eran diferentes a las que normalmente tomaba. Su madre le había asegurado que el doctor se las había recetado por ser casi mayor de edad por lo que eran más potentes y debían ser consumidas en menor cantidad. No le tomo mucha importancia, mientras le funcionaran todo estaría bien.
Esta vez había decidido por tomar el autobús pues no tenía muchos ánimos de caminar hasta la escuela. Se seguía sintiendo muy cansada y sin mucha energía. Después de un viaje corto en camión, llego a su destino.
Miro detenidamente a lo lejos la entrada de la institución y el bullicio de estudiantes entrar a esta, unos aun adormilados, otros hablando con sus compañeros, y uno que otro con emoción en sus rostros. Meztli en cambio sentía intranquilidad de solo tener que adentrarse y tener que lidiar con las burlas de siempre, sin olvidar al pesado de Axel y la loca de Giselle. Nada le garantizaba que hoy también seria ignorada por ambos.
