Él, es el alfa dominante más rudo y popular de la escuela. Capitán del equipo de futbol americano, y considerado el número uno en todo menos en el estudio.
Ella, una simple omega como cualquier otra tratando de sobrevivir la preparatoria. Reservada...
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El tan esperado día de la fiesta había llegado, todos los de la institución estaban más que emocionados porque ya sea de noche. Ese fue el tema en estos últimos días, por lo que ya tenía más que harta a la omega. Meztli caminaba con pesadez por los pasillos llenos de estudiantes, riendo y platicando, esperando para que la primera hora de clases iniciara. Se sentía cansada de escuchar a todos hablar del mismo tema una y otra vez. Aun no sabía que tenía de especial el asistir a aquella fiesta. O sea, todas eran lo mismo, sexo, alcohol, drogas, y bailar descontrolados. Nada especial a decir verdad.
Aunque, por otra parte, también estaba agradecida con todo esto de la fiesta ya que gracias a que Axel era el anfitrión, su atención estaba en otras cosas y no en ella. La chica no sufrió ningún tipo de acoso o burla durante toda la semana, gracias a que todos estaban muy enfocados con la gran celebración de la noche, que nadie se molestaba en voltearla a ver. Ella no era la atención de nadie por ahora, y eso traía más tranquila a la chica.
Sus amigas no le volvieron a insistir a que fuera con ellas a la fiesta, lo cual agradeció bastante porque hubiera sido un martirio para ella. Ni siquiera volvieron a mencionar el tema de la fiesta frente a ella. De alguna manera pudo disfrutar de algo de tranquilidad en esta semana. Algo que no sentía en meses.
-Paz y tranquilidad.
La chica se estiro en su lugar, inhalando profundamente para luego soltar todo el aire relajándose al instante. Se sentía tan relajada en ese momento que podía quedarse dormida ahí mismo. Y más sabiendo que era un viernes por la mañana.
Ahí se encontraba Meztli, sentada en su lugar de siempre esperando el comienzo de la primera clase. Aún faltaba una hora para que la clase comenzara, pero siempre fue alguien que le gustaba estar mucho antes de la hora de entrada. Se puede decir que es un hábito que tomo durante los años y que sigue cada día sin falta. La tardanza para ella no era una opción.
Decidió sacar sus audífonos de la mochila para colocárselos y recostar su cabeza en el escritorio. No era de dormirse en la escuela por más sueño que tuviera, pero hoy se sentía muy relajada por lo que el sueño le gano. Al menos nomas seria por unos cuantos minutos.
Por otro lado, Julián iba caminando por los pasillos que apenas y mostraban señal de vida. La poca gente que se encontraba ahí se sorprendía de ver al alfa tan temprano. Todos sabían que ese chico no era de asistir a sus primeras clases y mucho menos ser puntual. Era muy temprano a decir verdad, pero ahí estaba. Hasta Julián se sorprendió de él mismo, se levantó automáticamente sin esperar a que su alarma lo despertarse. Obvio intento dormirse otra vez pero no pudo por lo que a regañadientes se dignó a vestirse e irse a la escuela. No tenía nada mejor que hacer, se aburría estar más en su casa llena de soledad que en la escuela. Ninguno de ambos lugares era de su agrado, pero si tenía que escoger uno elegiría la institución. Al menos ahí había personas que le ponían atención.
Las chicas que se cruzaban en su camino intentaban llamar su atención liberando más de sus aromas. Sin embargo el alfa solo pasaba de largo ignorándolas por completo. No tenía ganas de involucrarse con alguien en ese momento, aún era muy temprano. Y luego esos aromas no le atraían por completo, solo lo hostigaban dificultándole el respirar.
