Él, es el alfa dominante más rudo y popular de la escuela. Capitán del equipo de futbol americano, y considerado el número uno en todo menos en el estudio.
Ella, una simple omega como cualquier otra tratando de sobrevivir la preparatoria. Reservada...
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-¿Así que viniste cuatro ojos?-preguntó burlón el moreno frente a ella, acorralándola contra la pared del salón.
Meztli lo miro con temor, temblaba del terror que sentía recorrer por todo su cuerpo. Jamás se imaginó que Axel sería capaz de acosarla estando frente a muchas personas. Pues si bien el salón se encontraba con la mayoría de estudiantes ya que la hora de inicio estaba por llegar.
La omega había tratado de perder un poco más de tiempo a propósito para que así no tuviera que estar sola en aquel salón con la posibilidad de que aquel alfa moreno apareciera. Pero vaya que no sirvió de nada ya que aun así hacía de las suyas, sin ninguna pizca de vergüenza.
-Jamás creí que serias tan valiente o más bien tonta, para aparecerte por aquí.-rio muy cerca de su cara, mostrando sus colmillos en una sonrisa torcida.
Meztli trataba de alejarse de él pero le era imposible ya que estaba completamente atrapada contra la pared. Ella trataba de suplicar con su mirada a alguien para que le ayudara, sin embrago todos evadían su mirada o fingían no saber lo que estaba pasando.
Todos tenían miedo de aquel alfa dominante, y más por su aroma amargo que estaba emanando de él. Era claro que era una señal de advertencia de que no se entrometieran en su asunto.
No querían problemas o ser las siguientes víctimas de Axel Guzmán.
-D-déjame en paz A-Axel-tartamudeo con miedo ante la cercanía del alfa, a lo que este sonrió aún más grande. Se podía ver la malicia en su rostro, lo gozaba a más no poder.-No entiendo el porqué de h-hacerme esto.
-Sera mejor que no hables o te ira peor.-apretó con fuerza su mentón sacándole un leve quejido, evitando a que pudiera alejar su rostro del suyo.-No lograras nada tratando de zafarte de mí. Soy y seré tu peor pesadilla hasta que yo quiera.
Y sin más Axel la soltó bruscamente haciendo que la omega perdiera el balance casi cayendo al suelo pero se pudo mantener en pie gracias a la pared detrás de ella. Pudo escuchar como este se alejaba riendo junto a su grupo de lamebotas, porque eso eran, eran solo sus perros falderos.
El resto de los estudiantes solo vieron a la chica con pena o hasta con burla, yéndose a sus respectivos asientos sin importarles lo mal que se miraba la contraria. La primera hora estaba por comenzar y el maestro por llegar.
Meztli se sentía horrible, sentía tanta rabia por haberse dejado vencer por el temor. Dejo que la humillaran otra vez, otra vez aquel alfa había hecho con ella lo que quisiera, y otra vez nadie le ayudo. Sentía una gran impotencia porque siempre era lo mismo. Su maldito lado sumiso siempre salía a flote a pesar de que su omega no se presentara, no la sentía completamente, pero si sabía que ese miedo emanaba de su loba.
Se enderezo y sin más salió del salón a paso veloz sin importarle perder la primera hora de clase, ya no le importaba nada. Solo quería escapar de ahí, se sentía muy mal y no quería que nadie le viera así.
