XXII. Ex mejor amigo

2.5K 168 41
                                    

XXII. Ex mejor amigo

Abigail.

            Sentía mi corazón ir a mil por hora, estaba teniendo miles de sensaciones que no sabia que extrañaba y algunas otras que no sabía que se podían sentir sin la necesidad de ir más allá, con solo tener sus labios sobre mi cuello y sus manos sobre mi cuerpo. Mientras sus manos se desplazaba hacia arriba sentí como una de ellas emprendía su camino debajo de mi blusa, acariciando mi barriga hasta llegar a mi sostén, quemándome a su paso. Solté un suspiro cuando Harry dio un ligero apretón, provocándome jalar su cabello.

            Mi cabeza no dejaba de dar vueltas y vueltas, besándolo y sintiendo el calor que su cuerpo emanaba, no podía dejar de fantasear en cómo sería dejarme llevar y hacerlo con Harry, hacerlo aquí y ahora. Sus labios regresaron a los míos y solo podía pensar en que si estaba provocándome todo tipo de sensaciones sin la necesidad de quitarnos la ropa cómo sería tenerlo por completo al desnudo.

            Harry soltó un gruñido cuando sus dedos se las arreglaron para colarse dentro de mi sostén, rodear mi pecho y dar un apretón...

            Entonces reaccioné.

            Lo que estábamos haciendo estaba mal. No podía permitir que esto pasara. No. De ninguna manera. Seguir adelante con esto ponía en riesgo todo lo que pudiéramos estar estableciendo para nuestra hija. Joder. Me golpee mentalmente por haber siquiera reaccionado a las manos de Harry.

            Dejé de besarlo y poniendo una de mis manos entre nosotros empecé a alejarlo suavemente lejos de mí.

            —Wow...— soltó Harry en un susurro apenas nuestros labios se separaron, mantenía mis ojos cerrados temiendo tener que enfrentar los suyos. Empecé a alejarme más de él y en el proceso me obligué a abrirlos. Él seguía inclinado sobre mí, sus labios tenían un tono rojizo y el brillo en sus ojos no había desaparecido, si era posible parecía haber aumentado.

           Le sonreí nerviosamente mientras lo observaba enderezarse, dejando una distancia considerable entre nosotros, pero no tanta como me hubiera gustado. Me removí en mi lugar incómoda por no saber qué decir, rebuscando en mi interior un tema neutral para darle un giro a la situación. Torpemente coloqué mis manos sobre mi vientre y lo masajeé en señal de mi nerviosismo.

          Me aclaré la garganta y solté:

          —¡Caray! Amelie no deja de moverse. — reí nerviosa, bajando la mirada.

          Esperé unos segundos por una respuesta de Harry, que me indicara que podíamos seguir como si nada hubiera pasado. Aunque sí que había pasado.

          —Quizá a ella le guste... — su voz. Jodeeeer. ¡Su voz! Ronca, profunda, una melodía para los oídos.

         Tragué saliva y volví a mirarlo.

          —Que le guste, ¿qué?

          —Que su papá besé a su mamá.

          Solté una risa nerviosa. No sabiendo qué decir.

          —Harry... esto no, joder...

          —Tranquila, Abby. No te preocupes. — soltó, enderezándose por completo y alisándose su ropa. — Fue el shock del momento, nos tomó por sorpresa y la emoción pudo con ambos. Esta bien, Abby. Estamos bien.

          Asentí, queriendo creer lo que Harry me estaba diciendo como la única verdad. Tenía lógica. ¿Verdad? Sin embargo, no pude ignorar por completo la punzada de algo que sus palabras ocasionaron en mi pecho. Forcé una sonrisa y me senté derecha en mi lugar, miré mi barriga y sonreí. Esto era lo mejor para ambos. Ignorarlo.

El Donante | hsWhere stories live. Discover now