El Donante | hs

XXXII. Moquito

XXXII. Moquito

        Había tenido un fin de semana muy intenso. Aunque no estaba segura de que intenso definiera exactamente lo que había pasado, pero a falta de una mejor palabra, la tomaría. Joder. Y es que ¡Madre mía! Había cogido con Harry, joder, entre otras cosas, esta era la que no podía apartar de mi mente. Podía recordar todo a la perfección, y al hacerlo solo lograba que mi cuerpo se erizará y deseara tener a Harry a mi alcance otra vez. Joder, de solo pensarlo me daba calor. Y cómo no, él tenía un físico para chuparse los dedos, unas manos que wow, una lengua que uff, y un amiguito que ¡Dios mio! Una parte de mi se reprochaba no haber sucumbido a sus encantos antes, pero otra me decía que había hecho bien en esperar, el problema es que estaba en peligro porque no iba a querer parar.

         El corazón se me aceleraba cuando lo recordaba a él. Cuando recordaba la manera tan seductora de provocarme, sus miradas, sus palabras, sus movimientos. Entendía que no lo conocía de esa manera porque no queríamos cruzar la linea, pero ¿ahora? No estaba segura de que podría volver a mirarlo de la misma manera. Amaba ser el objetivo de sus atenciones. Un escalofrió sacudió mi cuerpo cuando recordaba el momento en que le había pedido a Harry tiempo para asimilar todo y su respuesta había sido solo no evitarle que me besara cuando quisiera. Hecho.                     

        Cass entrecerró los ojos en mi dirección, evaluando mi rostro. Reí regresando a mi presente, acababa de contarle por encimita lo que había pasado el fin de semana con Harry, y estaba claro que ella no me creía para nada, y mi sonrisa imborrable no ayudaba a que me viera sincera. Pero no podía dejar de hacerlo.

        Cuando Cass siguió sin decirme nada no pude continuar con su silencio.

        —¡No puedo creer que no me creas! Llevas insistiendo con esto desde hace mucho y ahora que pasó, lo dudas. — solté fingiendo estar ofendida. Sus labios se fruncieron, continuando con su evaluación. Giré mis ojos y levanté mis manos entre divertida y frustrada. Me crucé de brazos y esperé, hasta que lentamente su expresión empezó a cambiar y sus ojos se abrieron con asombro.

        —¡Joder! No estas mintiendo.

        Empecé a reír y negué.

        —¡Claro que no! Cass, es verdad...— sujeté mi cabeza en mis manos sintiendo la adrenalina de todo lo sucedido. — A ver, ¿Cómo te lo digo? Harry y yo cruzamos la linea, nos acostamos, él metió su p...

        Llevó sus manos a su boca, cubriéndola y dejando salir un gritito emocionado.

        —¡Mierda! Lo sabia, joder. Lo sabia, Abby. — su sonrisa se extendió y aplaudió. — Tu no quisiste que te lo presentará antes, pero caray, yo sabía que ustedes se gustarían. Era solo cuestión de tiempo, pero estaban destinados a estar juntos.

        Sonreí y giré mis ojos.

        —Tampoco exageraría tanto Cass. Esto tan solo acaba de pasar y... ni siquiera sé qué somos ahora, pero él...

        Me quedé callada y me moví inquieta.

        —¿Qué?

        —Me dijo que me quería.

        El solo decir esas palabras sentí las malditas mariposas revolotear por todo mi estomago, seguramente molestando a Amelie en el proceso. Los ojos de Cass se abrieron.

        —¿Qué? ¿Te lo dijo?

      Asentí, sintiéndome nerviosa, emocionada, feliz...