XIV. Olive

2.4K 151 10
                                    

XIV. Olive

Llevaba un par de días sintiendo un ligero malestar en todo mi cuerpo, me sentía más cansada de lo normal, no podía comer como lo hacía habitualmente porque la comida no me entraba, mis pies no dejaban de doler al igual que mi espalda. Sin embargo, le atribuía los malestares al estrés por el que estaba pasando: había ocurrido un error en la imprenta que nos retrasó por lo menos 1 mes la próxima campaña, y claramente nadie en la oficina estaba feliz al respecto. Tiempo perdido era igual a dinero perdido.

Mi padre estaba de mal humor, y para ser sincera, todos en general lo estábamos.

La jornada de trabajo pasó más lenta de lo que hubiera deseado, y agradecía inmensamente que por fin hubiera acabado, lo único que quería en estos momentos era llegar a casa, tomar un baño e irme directo a la cama. Para mi mala suerte, los planes eran otros. Emilio había regresado aparentemente con su novia y tenían una noticia que darnos. ¡Genial! Nótese mi sarcasmo, por favor.

Mi teléfono empezó a vibrar a penas puse un pie en casa.

—¿Hola? — respondí.

Hola, Abigail. ¿Cómo has estado? — me sorprendí al escuchar la armoniosa voz de Harry del otro lado. Sonreí a pesar de que sentí como mi estomago se apretaba en un nudo por completo.

No habíamos tenido la oportunidad de quedar nuevamente puesto que nuestros respectivos trabajos nos lo habían hecho imposible, cuando él podía encontrarse yo no podía y así en viceversa. Sí habíamos mantenido la comunicación por medio de mensajes que nos escribíamos con lapsos de tiempo enormes, no me molestaba en lo absoluto pues lo entendía, ambos teníamos responsabilidades y poco a poco iríamos buscando la forma de que esto funcionara. Sin embargo, si habíamos tenido oportunidad de conocer cosas del otro, como por ejemplo ahora sabia de que era su empresa exactamente, sabía su nombre completo, fecha de nacimiento, dónde había estudiado, me había sido enviado su historial médico, la dirección de su casa, entre otros datos que le había pedido y que claramente yo había enviado también, no era mucho, pero por lo menos ya no me sentía en la completa oscuridad sobre su persona. Gracias a eso descubrí que estuvo en la banda estudiantil y que era un genio para todo lo que tenía que ver con la tecnología.

Por mi parte seguía haciéndome a la idea, ya lo sentía más real, pero la incomodidad y ese pequeño nudo en el pecho seguía haciéndose presente cada que recordaba que ahora tendría que compartir la vida de mi hija con él. Mi nuevo mantra para esta situación era dejar que todo fuera a su curso, poco a poco y paso a paso. Él no había sido nada más que paciente con todo esto, y después de lo que hizo por mí, es lo menos que puedo hacer.

—¡Oh! Harry, qué sorpresa. Excelente, todo va bien con la bebé. — me adentré más en casa y dejé las llaves en la mesita de la entrada y me agaché para quitarme los tacones. — ¿Tú como estas?

Subí a mi habitación y al llegar avente mi bolso sobre la cama, tenía el tiempo contado, me daría una ducha rápida y me pondría algo más cómodo, al fin y al cabo, Karen ya me conocía, existía la confianza.

Me alegra mucho escuchar eso. — guardó silencio un momento. — Estaba esperando que quizá pudiéramos vernos este fin, realmente quiero involucrarme más. Y.., hay algo que quiero preguntarte.

Fruncí el ceño, sonaba algo nervioso ante esa última confesión.

—¿Qué sucede? — respondí, ignorando la primera parte, pero anotando que debía responderla después. — Te escuchas algo nervioso.

El Donante | hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora