XLI. Anhelos

930 88 5
                                    

XLI. Anhelos





Abigail.

        La temporada navideña siempre ha sido especial para mi y para mi familia. Gracias a mis padres, mis hermanos y yo crecimos amando la cuenta regresiva hasta Noche Buena. Georgina y Aldo se habían encargado de hacer que año tras año fuera especial. Que estuviera lleno magia y cargado de mucho amor. Recuerdo cómo despertabamos esa última semana antes de Navidad emocionados. Despertábamos a mis padres todas las mañanas antes de que el sol saliera, y corriendo llegábamos hacia el árbol de navidad para contar los regalos que iban apareciendo con cada despertar. Cuando tuve edad suficiente para valorar todo lo que mis padres se esforzaron por hacer, y para que hoy en día a pesar de todo lo que había pasado en la vida de cada uno de nosotros, siguiéramos amando y esperando la fecha, me prometí que intentaría hacer lo mismo para mi hija. Y ansiaba hacerlo, era de los momentos que más anhelaba. Siempre habíamos sido mi futuro hijo y yo. Pero ahora todo figuraba de manera diferente, los colores, las imágenes, los deseos y anhelos en mi mente y en mi corazón incluían a un hombre maravilloso y a una niña preciosa igual a los dos. Y no lo cambiaba por nada en el mundo.

         Esta primera navidad con Harry había sido... diferente. Dios. Creo que nunca en mi vida me había planteado que realmente pudiera llegar a sentirme en casa con alguien mas fuera de mi familia, pero Harry se había encargado de hacerme ver lo equivocada que estaba día tras día desde que había aceptado lo que sentía por él. Harry se sentía así. Un hogar. Y yo estaba feliz. Era raro cuando lo pensaba mirando hacia atrás y recordaba lo que por años creía que quería. Porque si de algo estaba segura era de que ahora no podía imaginarme no anhelando una vida con él. Claro que podría hacerlo si las cosas no resultaban bien, pero sinceramente no era algo en lo que me gustaba pensar. Ahora solo pensamientos positivos, ¿verdad?

         Estaba segura que esta navidad no solo había sido diferente para mi. Si no para mi familia también y para la de Harry. Sorpresivamente, mi madre se las había ingeniado para ponerse de acuerdo con la madre de Harry a nuestras espaldas. A diferencia del plan que ella me había contado a mi, todo cambio cuando me enteré que Anne, Gemma y Michal nos estarían haciendo compañia en Noche Buena. Así que hubo casa llena estas fiestas. Fue diferente y la verdad tardamos un par de horas hasta que realmente creí que todos estábamos cómodos, pero fue... lindo. Se sentía como que nuestra familia se había extendido de la noche a la mañana. Y de solo pensar que el próximo año habría dos pequeños humanos con nosotros la emoción crecía.

         La vida era realmente buena conmigo. Y no estaba segura de qué había hecho para que fuera así, pero me aseguraría de agradecerlo todos los días de mi vida.

         Miraba al cielo con una sonrisa cuando sentí un cosquilleo en el cuerpo al ser consiente de la presencia de Harry acercándose detrás de mí. Giré mi cabeza sobre mi hombro en el momento en que sus brazos me rodearon, reí cuando su rostro se enterró en mi cuello besándome ahí.

         —¿Qué estas haciendo aquí, amor? Ya casi da media noche, vamos con la familia.

         Puse mis manos sobre su agarre y lo apreté más, amando sentir su calor contra mí. Regresé la mirada al cielo y suspiré.

         —Estaba agradeciendo por la vida que estoy viviendo.

         Sentí la sonrisa de Harry aparecer.

         —¿Agradeces por mí?

         Reí.

         —Entre otras cosas...

         —Bien. ¿Te molesta si te hago compañía?

         Negué.

          —Claro que no. De hecho, creo que te haría bien agradecer un poco también.

El Donante | hsOnde histórias criam vida. Descubra agora