XXVIII. Subasta

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XXVIII. Subasta



Me quedé mirando al hombre frente a nosotros e inmediatamente me enderecé. No tenía idea de por qué pero me sentí tensa, sentí como todo el ambiente cambio a nuestro alrededor. Instintivamente coloque una mano sobre mi barriga, no había notado que Harry seguía tocando así que mi mano fue a dar sobre la de él. Él hombre siguió el movimiento y se aclaró la garganta.

—Hola, hijo.

Harry a mi lado se puso de pie lentamente, sentí rarísimo cuando saco suavemente su mano de debajo de la mía. Lo observé salirse de la silla y rodear la mesa para acercarse a él. Veía todo en cámara lenta. Se pusieron de frente, Harry era más alto que él, pero la mirada intimidante de su padre era igual a la que había visto en él la primera noche que lo conocí. Después de unos segundos que me parecieron eternos se dieron la mano.

—Hola, papá.

Su padre torció el gesto en una sonrisa de lado y lo jalo a un abrazo. Jodeeeer. Ni siquiera me había dado cuenta de que estuviera sosteniendo la respiración. Masajeé mi panza y me recargué en el respaldo de la silla, ni siquiera sabía por qué estaba tan preocupada de que no se llevarán bien.

—Quiero presentarte a alguien. —dijo Harry cuando se separó. Ambos miraron en mi dirección y me puse de pie. Harry estiró una mano hacia mí cuando estuve mas cerca de él, me dedico una suave sonrisa que correspondí al situarme a su lado. — Papá, ella es Abigail Rovira. Abby, él es mi padre Des Styles.

Sonreí amablemente y estiré una mano en su dirección que él inmediatamente correspondió.

—Un placer conocerlo, Sr. Styles.

—El placer es mio, Abigail. — se quedó callado un par de segundos, mirando mi panza. Yo miré a Harry, preguntándole con la mirada si estaba bien y él asintió levemente. — Si me permites decírtelo no estaba seguro de que me estuvieras diciendo la verdad o si estabas bromeando conmigo. Pero, ¡Aquí está!

Asentí.

—Aquí estoy. — respondí.

—Pues, muchas felicidades. A ambos. ¿Ya saben qué será?

Sentí la mano de Harry en mi espalda. Desde nuestra llegada lo había hecho varias veces ya, estaba empezando a parecerme algo tan normal.

—Es una niña. — dije suavemente. Y no sé si fue mi imaginación pero pude ver una pequeña lucecita pasar por sus ojos que se fue al instante en que parpadeo.

Elevó sus cejas y una sonrisa de lado se asomo.

—¿Tendré una nieta?

—Así es, papá.

—Felicidades, de verdad. Tu madre debe estar que escala las paredes de felicidad, ¿no?

Harry vibró junto a mi, en una risa reprimida.

—Sí, esta muy emocionada con la llegada de... de nuestra hija.

Fruncí levemente el ceño y miré a Harry de reojo al notar como se detuvo de decir el nombre de Amelie, pero él no me miró. Des asintió y tras decir unas palabras más se despidió de nosotros. Harry respiro profundamente y dejó salir el aire.

—¿Estas bien?

Asintió.

—Sí. Ven, vamos a sentarnos.

El Donante | hsOnde histórias criam vida. Descubra agora