XL. Nellie

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XL. Nellie



Abigail.

        Fruncí el ceño con la mirada fija en la mujer frente a mi. ¿Qué diablos estaba haciendo Nellie aquí, en el departamento de Harry? En plena jodida media noche. La observé. Estaba recargada en la pared frente a la entrada sin darse cuenta de que la puerta a la que había tocado ya había sido abierta. Sus manos estaban entrelazadas enfrente de su cuerpo mientras retorcía sus dedos con nerviosismo. Físicamente se veía diferente a las veces que llegué a verla en la empresa de Harry. Ahora vestía un vestido corto de color verde y unas botas largas negras. Su cabello negro estaba recogido en un chongo y llevaba maquillaje oscuro. Parecía haber estado tomando por el olor a alcohol que la acompañaba.

        Me aclaré la garganta y su cabeza se levantó de inmediato. Ojos soñadores y esperanzados. Mierda. No me gustaba a donde estaba yendo esto. La sonrisa que se había formado en su rostro se borró al instante, cambiando por un ceño fruncido al encontrarse conmigo. Sentí el corazón en el pecho empezar a bombear sangre intentando controlar el presentimiento del motivo de su presencia aquí.

        Me aclaré la garganta de nuevo, tratando de sonar lo más tranquila posible. Como si fuera de lo más normal que ella estuviera aquí tocando a la puerta.

        —Buenas noches, Nellie. ¿Puedo ayudarte en algo?— pregunté de la manera más casual.

        Dio un par de pasos torpes hacia mí con expresión de confusión, comprobándome que efectivamente estaba borracha.

        —¿Qué hac-es aquí? — su ceño estaba fruncido mientras sus ojos me miraban de una manera acusadora. Sus manos ahora estaban en sus caderas esperando mi respuesta.

        Ladeé la cabeza y crucé mis brazos sobre mi panza.

        —Vivo aquí.

        Ella negó. Su mirada estaba caída y sus mejillas sonrojadas.

        —No. Harry vive aquí.

        Entrecerré los ojos y asentí. ¿Qué mierda?

        —Sí, Nellie. Y yo vivo con él.

        Su rostro se transformó en un puchero y levantó sus manos hasta cubrir sus ojos. Mierda. Esto tenía que ser una maldita broma. Volteé hacia atrás, tratando de ver si alcanzaba a ver a Harry desde aquí. Pero no se veía por ninguna parte. Tendría que haber ido al baño o a la habitación. Bufé regresando la mirada.

        —¿Estas bien?

       Nellie quito las manos de su rostro y se limpió los ojos. Por Dios. Estaba llorando. Negó.

       —H-harry se supone que iba a enamorarse de mi. Todo iba bien. Sol.. yo solo necesitaba más tiempo para hacerlo, sé que pu-de haberlo logrado. — lloriqueó. —  ¡Pero apareciste tú! Apareciste con esa bebé, y todo su-su mundo se convirtió en ella... y luego en ti. — sus palabras se notaban llenas de desprecio y dolor. Joder, no tenía idea que Nellie de verdad estuviera tan interesada en él. — E-estoy segura de que si no fuera por esa bebé él no querría nada contigo. S-solo quiere jugar a la familia feliz.

        Fruncí el ceño. Perdiendo toda la empatía que había empezado a sentir por ella.

        —Espera, espera. ¿De verdad intentarás hacerme sentir insegura sobre sus sentimientos por mi? ¿Pero qué diablos te pasa? — ya había tenido suficientes emociones fuertes por hoy, y aunque sabía que no servía de nada intentar razonar con una persona ebria no podía más, y no iba a permitir que esta mujer viniera a querer jugar con mi mente. Estaba a punto de cerrar la puerta en su cara e ir a buscar a Harry, era su problema arreglar cualquier maldita confusión que se hubiera formado. Yo no  tenía porqué aguantar esta mierda.

El Donante | hsWhere stories live. Discover now