IX. Reuniones

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IX. Reuniones

Harry

—De acuerdo, damos por finalizada la reunión. Liz, recuerda enviar los reportes a ventas, por favor. — Liz asintió amablemente y salió detrás de los demás hombres y mujeres debidamente trajeados. La reunión había salido excelente, los números en la compañía solo aumentaban y todo eso se debía a un buen trabajo en equipo.

          Junté los documentos frente a mí y los metí dentro de mi carpeta. Moví mis hombros tratando de liberar un poco de la tensión que sentía y me puse de pie rumbo a mi oficina. En el camino me encontré con Eric, mi abogado, y entró conmigo, tenía noticas. Cerró la puerta detrás de él y yo tome asiento en mi escritorio, esperando que el hiciera lo mismo y me ayudara a poder salir de este martirio.

—Tengo el número de Abigail Rovira. — Me entregó una hoja tamaño carta en la cual venia su nombre completo, fecha de nacimiento, correo electrónico, número de celular, el número de su trabajo y la dirección de su casa. Wow. — Es más de lo que pediste, lo sé. Pero creí que quizás podrías necesitarlo.

—Eres el mejor. Muchas gracias, Eric. — Respondí contento. Después de la fiesta de la hija de Cass no había vuelto a saber de Abigail, hacia dos semanas de eso ya. Para mi mala suerte debido al shock del momento había olvidado por completo pedir su número telefónico o alguna manera de poder comunicarme con ella. Había estado esperando su llamada para confirmar una cita en la que pudiéramos hablar, para que pudiera aclarar mis dudas, decirme que papel jugó Cass en todo esto, saber si una de mis amigas más queridas había actuado a mis espaldas. Y lo más importante, también necesitaba hablarle, hablarle de... lo que estaba sintiendo con respecto al embarazo.

—Nos vemos a la próxima, cualquier cosa, ya sabes dónde encontrarme. — Chocamos nuestras manos y se dio la vuelta para salir de mi oficina.

          Tenía que hablar con Abigail. Antes, mi motivo principal para buscarla era saber si estaba embarazada, pero eso ahora ya lo sabía, lo comprobé con mis propios ojos y no, no, claro que eso no había calmado para nada mis ansias, por el contrario, solo las había aumentado.

          No podía explicar con palabras lo que sentí cuando la madre de Abigail me hizo tocarle el vientre mientras el bebé se movía. Joder. El estomagó me había dado un vuelco y el corazón me había explotado de alegría al sentir a ese bebé, mi bebé. Porque eso era cierto, quizá no fue concebido de la manera tradicional, pero eso no quitaba el hecho de que mi sangre estaría en sus venas.

          Esto estaba siendo más grande que yo, estaba teniendo un peso que jamás en la vida creí que llegaría a tener. Pero sabía que todo tenía una razón, y estaba recibiendo mi merecido por actuar de manera tan irresponsable, desinteresada y vil. Joder, ahora tendría que atenerme a las consecuencias y a luchar por tener una oportunidad en la vida de mi hijo.

****

          Cerré mi laptop y miré la hora en mi celular, marcaban las 9:26 pm, acaba de finalizar una junta y me sentía agotado, las cosas no estaban saliendo muy bien con la compañía en Los Ángeles. Masajeé mis sienes y busqué entre mis cosas la hoja que Eric me había entregado esta mañana. Intentaría llamar una vez más a Abigail, previamente lo había hecho, cuatro veces para ser exactos, sin obtener respuesta. Estaba empezando a creer que quizá Eric se había equivocado pero el mensaje del buzón era un saludo personalizado con su voz.

           Observé su nombre en la pantalla y llevé el pequeño artefacto a mi oreja una vez más.

           Ring

El Donante | hsWhere stories live. Discover now