IV. 5 Semanas

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IV. 5 Semanas.

Abigail.

El sonido insistente del timbre me hizo saber que Cassim había llegado. Saqué el pastel que había preparado del horno y lo puse sobre la mesa para esperar que se enfriara, y tras asegurarme de que todo estuviera en orden fui a recibir a mi prima. Quité el cerrojo y abrí la puerta, ahí estaba ella con Nach dormido en sus brazos.

—¡Cass! Pasa, pasa. — Me sonrió y al pasar por mi lado se estiró para saludarme con un beso en la mejilla. Cerré la puerta detrás de nosotros.

—Gracias al cielo que se durmió. Necesito unas horas de paz. — susurró y soltó una risa. Por lo que sabía Nach era un bebé al que le gustaba tener la atención de mamá todo el tiempo.

Dejamos instalado al pequeño en mi habitación y nos sentamos en la sala. Sonreí. Estaba emocionada y rebosante de alegría por lo que estaba a punto de contarle. No sabía cómo iba a reaccionar debido a que no había querido contarle nada de mi cita con Harry, ella no tenía idea ni siquiera de sí había tenido oportunidad de hablar con él en la fiesta de compromiso. Mordí mi labio inferior.

Se dejó caer en el sillón, se quitó los zapatos y se acomodó mirándome mientras achicaba sus ojos.

—¿Por qué tienes esa expresión rara en tu rostro? — preguntó frunciendo el ceño, divertida. Sonreí.

—Es solo que... estoy feliz, Cass. Nunca lo había estado tanto, nunca así. — tomé un almohadón del sillón y lo puse sobre mi boca para sofocar mi gritó. Cassim giró sus ojos y me golpeó con uno de ellos.

—Tonta. Dime qué es. — Subió sus pies al sillón contagiada por mi emoción. No podía esconderlo más.

Aquí voy.

Tomé mis dedos de la mano izquierda y tiré de ellos con la restante, nerviosa, emocionada.

—¡Estoy embarazada! — solté en un grito. Sus ojos se abrieron ante la sorpresa y se tapó la boca con sus manos. Estaba completamente estupefacta, abrió y cerró su boca una y otra vez hasta que finalmente encontró su voz.

—¡Oh por Dios! ¿Lograste que Harr... ¿Por qué no me lo dijiste antes? — Se acercó más a mí y me sostuvo de las manos. Una enorme sonrisa adornaba su rostro. — ¿Cuándo sucedió? ¿De cuánto estas?

Me levanté y corrí hacia el librero del lado derecho, tomé el sobre amarillo y me acerqué nuevamente a mi fiel compañera. Lo abrí y saqué la ecografía que me habían entregado el día anterior.

—Tengo 5 semanas, ¡Míralo! Es hermoso. — Señalé el brillito en la imagen y Cass rio como tonta ante mi emoción. Ella estaba emocionada también. — No hace falta decirte que eres la primera en saberlo y que quiero mantenerlo así, por lo menos hasta que pase los 3 meses, ¿de acuerdo?

Asintió frenéticamente.

—Por supuesto, no tienes que preocuparte por eso. — Sus ojos se llenaron de lágrimas y se abanicó el rostro. — Joder, Abby. ¡Estoy tan feliz por ti! Después de desearlo tanto, realmente está sucediendo. ¿Cómo te sientes?

—Lo sé. Joder, Cass. No tengo palabras, estoy encantada, pero, no voy a negarte que estoy muerta de miedo también. Voy a ser mamá... — Puse mi mano sobre mi vientre, aunque aún no se sintiera cambio alguno, solo la misma pancita que siempre me acompaña, sintiendo el peso de lo que eso significaba.

El Donante | hsUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum