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La verdad del Corazón.

- ¡Oye!.- Zhan lo perseguía.

- Hoy mi día apuntaba a ser tranquilo.- Yibo caminaba a toda prisa.

- Te pregunté qué hacías aquí.

- Te escuché las 5 primeras veces.

- ¿No me vas a contestar?

- No tengo porque hacerlo.

- ¿Me estás siguiendo?

- Ya quisieras, a todo esto.- Se detuvo.- ¿No se suponía que deberías de estar trabajando?

- ¿Acaso te importa?

- Tienes razón.- Se dio la vuelta.- No me importa.- Tomó su bici.

- Oye...Wang Yibo...

Yibo subió a su bici ignorando el llamado de Xiao Zhan, no quería quedarse un minuto más allí mucho menos escuchar a aquella persona, se suponía que se había escapado a aquel lugar para relajarse y no pensar en nada, pero ahora estaba allí frente a frente a la fuente de sus dolores de cabeza.

Al notar que el hombre de pelo castaño estaba reacio a tener alguna interacción con su persona Zhan se detuvo, tampoco pretendia perseguirlo o inisistirle, tenía dignidad y no la perdería así que se dio la vuelta para marcharse pero un fuerte tirón de su brazo lo hizo regresar.

El enorme mastín de repente había empezado a correr tras la bici de Wang Yibo, era como si aquel inocente animal había podido reconocer al hombre que se alejaba. Tirando y soltando aullidos de desesperación el mastín arrastró consigo a Zhan quien trataba de forcejear para detenerlo.

El sonido de un golpe seco hizo que Yibo detuviera su marcha, miró hacia atrás y se encontró con Zhan quien estaba sentado en el suelo con la ropa sucia y sujetando su tobillo derecho mientras se quejaba.

- ¡Estúpido León!.- Zhan le gritó a su mascota.- Yo soy tu maldito dueño ¿Por qué corres tras un extraño?

- ¿Te lastimaste?.- Yibo se acercó.

- No, sólo quise sentarme en el suelo para observar el paisaje.- Habló con ironía.

- ¿Puedes levantarte?.- Trató de tomar el brazo de Zhan.

- ¡No me toques!.- Alejó la mano de Yibo con agresividad.- No necesito tu maldita ayuda.- Trato de levantarse y volvió a caer sentado.- ¡Carajo!

- Te lastimaste el tobillo.- Se coloco en cuclillas frente a Zhan.

- Gracia por el diagnóstico doctor sabelo todo.- Rodó los ojos.

- Vamos...- Tomó su brazo.- Te ayudo.

- No quiero...

- Solo cierra la boca y dejate ayudar ¿Piensas quedarte todo el día en el suelo?

-......

- Bien...- Lo levantó en brazos.

- Puedes dejarme en uno de los bancos del parque llamaré a mi papá para que venga por mi.

- Está a punto de llover.- Levantó la vista.- ¿Vendrá a tiempo?

- No lo sé, yo me las arreglaré.

- Vamos...- Caminó hacia su bici.

- ¿A dónde me llevas?

- Me estoy quedando cerca de aquí, iremos allí y podrás llamar a tu papá para que venga por ti.

- Pe...pero.

- No hagas conjeturas ni te hagas ideas locas, te estoy dando una mano porque por mi culpa te accidentaste, no estaría bien que te dejara en la vereda de esa manera, además eres la pareja de mi amigo.