RETURN

Entre las Nubes.

A cientos de metros, entre las nubes y en aquella pequeña cabina del lujoso Jet dos jóvenes se besaban apasionadamente. Olvidándose de las personas que los rodeaban e incluso del mundo Wang Yibo y Xiao Zhan se habían sumergido en el otro.

Envuelto entre los fuertes brazos, sumergidos entre los cálidos labios, sintiendo la tibieza y el cosquilleo del roce de las lenguas, escuchando como las respiraciones agitadas se escuchaban en un perfecta y sincronizada armonía.

En su vida pasada Wang Yibo nunca había podido resistirse a los besos de Xiao Zhan, a su toque fuerte, su ligera brusquedad, a ese aroma masculino que desprendía cuando su emocionado cuerpo empezaba a calentarse, a como sus labios eran devorados con intensidad casi al punto de ser consumido.

Amaba perderse entre los fuertes brazos, ser sostenido con firmeza, ser presionado, sometido, consumido por aquel hombre el cual era dueño de un brío único y voraz, en verdad era imposible para el rechazar aquello.

Al parecer en esta vida también sería imposible resistirse, aunque ahora quien cargaba aquel brío, quien sostenía con firmeza, presionaba y sometía era él no podía negar que se encontraba fascinado.

Sostener a Zhan entre sus brazos, consumirlo lentamente, apretar su delgaba cintura entre sus manos y escuchar sus gemidos de placer era igual o más divino que sus experiencias pasadas.

A pesar de que él chico era unos pocos centímetros más alto que él podía sentirlo pequeño entre sus brazos, diminuto, frágil, como un delicado cuerpo que debía ser tratado con el más grande cuidado para no ser quebrado. Era emocionante, excitante, era grandioso.

Ambos se besaban con ansías pero a la vez sin prisa, acercando sus cuerpos, atrapados en aquel pequeño espacio el cual parecía perfecto para ellos. Las manos empezaban a volverse inquietas, las respiraciones aún más agitadas, los roces eran más pronunciados.

La pierna del pelinegro se deslizó entre las piernas del castaño irrumpiendo de forma atrevida, presionando aquel lugar tan sensible y fácilmente perturbable, provocando que su dueño emitiera un gemido mezclado con un suave gruñido el cual a oídos del pelinegro se había escuchado más que excitante.

La mano de Yibo se empezaba a deslizar debajo de la camiseta de Zhan, sus dedos calientes palpaban lentamente su piel recorriendola, haciéndolo agitarse. Pronto los largos dedos alcanzaron aquel puntiagudo y despierto pezon, deslizó suavemente su pulgar por aquel sensible lugar y escuchó aquel gemido, casi sollozo resonando entre sus labios.

Fue justo en aquel momento, cuando aquel sonido libidinoso llegó a sus oídos que Yibo fue golpeado por la realidad, cortó el beso de forma rápida dejando a un Zhan jadeante y ansioso que lo veía fijamente a los ojos.

- Lo siento...- Susurró mientras apartaba su mano de pecho de Zhan.- No debí hacerlo, creo que sobrepase los límites, lo lamento Zhan.

- Continúa...- Susurró.

- ¿Que?.- Estaba perplejo.

- Por favor...- Llevó su mano a la nuca de Yibo.- Continúa...- Se acercó a sus labios y los lamio.

- Zhan, debes entrar en razón, solo estas así debido a los nervios y la ansiedad, no quiero que después te sientas culpable o triste si...

- No lo haré...- Negó.- Prometo que no me sentiré triste.- Besó su cuello.- Prometo que no te culparme...- Deslizó su lengua suavemente por la manzana de adán de Yibo.- Así que...continúa...- Llevó la mano de Yibo de regreso a su pecho.- Sigue tocandome, no dejes de hacerlo...- Recostó su frente en su hombro.- No se porqué razón pero tengo esta necesidad de sentirte, de que me toques...- Sollozo.- Quizás me estoy volviendo loco, la verdad justo ahora no me importa, no quiero saber porqué sucede...- Volvió a deslizar su pierna entre las de Yibo.- Solo quiero que me toques.