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Nuestro Lugar.

- ¿Tienes frío?

- No. Esta ropa que elegiste es la adecuada para el clima.

- Traté de que fuera la más cómoda.- Cain tomó un trozo de leña y la lanzó al fuego.- Pensé que a estas alturas estarías agotado por todo lo que caminamos.

- En realidad no.- Suspiró.- Ha pasado mucho tiempo desde que caminé en la naturaleza. Fue un paseo agradable.

- Me alegra que lo hayas disfrutado, era lo que quería.- Se quedó viendo el fuego.

- ¿Puedo preguntarte algo?

- ¿Que cosa?

- Tu...- Hizo una pausa.- ¿Has hablado con Zhan?

- ¿Sobre qué?

- Sobre esto...- Jugó con sus manos.- Sobre nosotros.

- No creo necesario que tenga que explicar algo.- Sonrió con la mirada baja.

- Pero tu y él...

- Lo nuestro llegó a su final.- Suspiró.- Nuestra historia ni siquiera estaba destinada.- Levantó la mirada.- El ahora está con quien debería y yo...- Tomó la mano del Yun.- También.

- Hablas como si estuviéramos en una relación.- Hizo una mueca.

- Aún no...pero se que pronto lo estaremos.- Sonrió con picardia.

- ¿Es que no sientes dolor por esa persona que dijiste una vez amar? ¿Será que en realidad nunca te importó tanto?

- En su momento sentí mucho dolor, incluso puedo decirte a la cara que algunas veces la nostalgia me golpea al pensar en el pasado pero...- Hizo una pausa y sonrió.- No se...desde hace un tiempo me siento...liberado.

- No entiendo.

- Yo tampoco.- Soltó una carcajada.- ¿Y tu? ¿Todavía piensas en esa persona?

- Pienso...- Asintió.- Pienso en el cada vez que quiero golpear algo para descargar mi ira. Antes pensaba que ese imbécil era el gran amor de mi vida, que era con quien quería estar.- Sonrió con suavidad.- Que cuando lograra conquistarlo sería feliz, resulta que sólo era una estúpida ilusion. Por suerte desperté de ella.

- Quizás nuestros corazones han decidido avanzar.- Acarició con su pulgar la palma de la mano de Yun.

- A lo mejor es eso.- Sonrió.

Sentados bajo un gran cielo negro y estrellado Song Cain y Fang Yun se tomaban de las manos en silencio mientras observaban las calientes llamas agitarse en la fogata.

Aquel día habían dado un largo paseo en por la montaña en busca del lugar indicado para acampar. Luego de un largo recorrido lograron llegar al lugar el cual consideraron más que perfecto.

Un lugar claro, rodeado de vegetación, entre enormes árboles y con un claro arroyo que se expandía libremente. Un lugar desierto y tranquilo para dos personas que necesitaban estar en soledad para poder encontrarse con ellos mismo y quien sabe...tal vez entre ellos.

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-  Yo quiero ir a acampar.

- ¿Qué?

- Dije que quiero ir a acampar, así como lo hacen los mortales.

- Mi Diosa...- Pestañeó.- ¿Acampar?

- Si, bajo la luna. Quiero sentarme en el pasto, ver las estrellas.- Levantó la mirada y sonrió.- Y disfrutar de la paz de la noche.