Tormenta.

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- ¿Acaso no me dijiste que no debería de intervenir?.- La diosa se paseo alrededor de su esposo el cual sonreía con nerviosismo.

- Fue un poco...un poquito.

- ¿Un poquito?.- En ese instante estaba alterada.- Dime una cosa...¿Quien eres?

- ¿Ah?.- Estaba confundido.

- Pregunté quién eras.- Se cruzó de brazos.- Responde.

- Soy el dios de la Luna...- Jugó con sus manos como si fuera un niño regañado.

- Exacto ¿Y cuál es tu función?

- Estoy a cargo de elaborar el hilo rojo del destino.- Habló entre dientes y con un dejo de vergüenza.

- ¿Y desde cuando te ha tocado a ti manejar el destino de las personas?

- Mi diosa...puedo explicarlo.

- Claro que lo vas a explicar, acabo de enterarme que mi esposo se tomó atribuciones y por si mismo ató a dos almas.

- Querida...

- Se supone que el destino de Song Cain ya estaba decidido, pero tu decidiste reescribirlo así sin más.

- Pero es que me pareció injusto.- Se acercó y rodeo la cintura de su esposa con sus brazos.- Tanto en esta vida como en la anterior ese chico ha acumulado un buen Karma ¿Por qué su destino debe ser tan cruel? ¿Por qué debe tener un destino solitario y sin amor?

- Entiendo que te parezca injusto pero...

- Lo que hice fue atar a dos almas que en verdad se necesitaban y que eran perfectas para el otro ¿Vas a negar que no es así?

- Bueno...

- Ese chico Fang Yun tampoco merecía estar atado a una persona abusiva y que lo haría sufrir en esta y todas las vidas que se encontraran. Por sus buenas acciones y sus corazones puros tanto Song Cain como Fang Yun merecían ser premiados, por eso lo hice, por favor perdoname esta vez mi amada esposa, te prometo que no lo volveré a hacer.- Hizo un puchero.- Por favor.

- Bien.- Suspiró.- En realidad el destino de Song Cain era un tanto injusto, debo admitir que hiciste algo bueno.- Lo apuntó.- Pero si lo vuelves a hacer te juro que...

- No lo volveré a hacer.- Besó su mejilla.- No me gusta hacer enojar y mi preciosa Diosa.

- Nosotros no podemos intervenir en la vida de los mortales, debemos dejar que todo fluya.

- Si...- Sonrió con ironía.- Dejar que todo fluya y no intervenir ¿Acaso crees que no se lo que hiciste con el dios de la lluvia?

- Yo...yo solo fui a visitar a mi hermano.- Se tensó.

- Si y de paso le pediste que enviara una tormenta para atrapar a esos dos.

- ¿El te lo contó?

- Me lo contó.- Asintió.

- Ese idiota, siempre tan chismoso.

- Ahora estamos a mano.- Se acercó a su rostro y besó sus labios.- Mi niña travieza.

Asi como existen las almas que están destinadas a encontrar su otra mitad en todas las vidas y momentos también existen las almas que están destinadas a la soledad.

Song Cain era una de estas almas, era una persona el cual estaba destinado a llevar una vida en soledad, su destino había sido escrito desde su creación, viviría el resto de sus días aferrado y recordando un amor que nunca llegó a ser suyo completamente.

RETURNWhere stories live. Discover now