CAPÍTULO 10

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Había pasado una semana desde aquella noche de peli y pizza, y debo admitir que durante una semana hubo otras 4 como esa. Estaba encantada con mi nuevo mejor amigo, era increíble estar con él, hacía que el tiempo se esfumase como polvo y me hacía olvidar de todos mis problemas.

Estaba en mi última hora de clase, contando los segundos para poder salir y encontrarme con Harry, ya que hoy supuestamente tenía una sorpresa para mí. Nada más salir, escuche murmuros y algún que otro gritito de alguna adolescente histérica mientras todos miraban hacia una lado del parking. Me acerqué un poco para saber porque se estaba armando todo ese jaleo, y allí lo vi.

Estaba recostado en su gran coche negro, con unos jeans ajustados negros, una camiseta blanca, camisa de cuadros, chaqueta marrón, gorra negra y unas botas marrones. De repente sus ojos encontraron los míos, sonrió y camino hacia mí.

- Hola princesa! ¿Qué tal va tu día?- Preguntó mientras me abrazaba por la cintura y me subía por los aires.

- Va mejorando por momentos!- Reí mientras lo abrazaba por el cuello.

Me dejó en el suelo, cogió mi mano y me llevó hasta el coche. Subí mientras el subía por el otro lado, dejando a todos los compañeros del instituto con la boca abierta y sin poder creérselo.

- ¿A dónde vamos?- Pregunté mientras el arrancaba. 

- Primero iremos a llenar esa barriga y luego daremos un tour por todo Londres!

Empezamos a reírnos y a charlar. Sin darme cuenta ya estábamos delante de un pequeño restaurante, de las que no tienes que hacer reservas ya que siempre ay mesas libres.

- Sé lo que estás pensando, pero es uno de los mejores restaurantes de todo Londres!- Dijo el a la defensiva pero riendo.

- Yo no he dicho nada!- Me defendí poniendo las manos en alto mientras reíamos. Entramos, el lugar era realmente acogedor y el olor... que puedo decir del olor a comida que había. Me recordaba a mi casa, los domingos cuando todos nos juntábamos para comer. Sonreí por inercia. El me vio y apretó fuerte su mano contra la mía.

- Harry! -Una señora mayor, ya de unos 60 años, salió de la cocina, con un delantal sucio pero manos limpias.

- Barbara!- Harry fue literalmente corriendo y con los brazos en alto a abrazar a aquella mujer. Lo seguí sonriendo.- Barbara, esta es Marel, una muy buena amiga.- Dijo mientras me presentaba. En sus ojos pude ver lo orgulloso que estaba de decir esas últimas palabras y en ese momento supe que Harry ya era parte de mi vida, parte de mí.

- Encantada cariño!- Dijo Barbara mientras me apretaba en un fuerte abrazo.

- Lo mismo digo!- Dije ya con poco aire pero sonriendo.

- Ya era hora de que te buscaras una amiga, Harry!- Comentó Barbara mirando con picardía a Harry.

- Barbara solo somos amigos!- Dijo mientras me miraba y sonreía avergonzado. 

Nos sentamos en una mesa del fondo y comenzamos a hablar. Hablamos de las tonterías más grandes del mundo, reímos hasta que no podíamos respirar e hicimos todas las tonterías habidas y por haber. Después de una de las mejores comidas de mi vida (por todo, la comida y la compañía) salimos, no sin antes despedirnos de Barbara y Joseph, su marido y nos dirigimos caminando hasta cerca del río, al London Eye, el Big Ben... 

- ¿Sabes que las directioners ya nos han puesto apodo?- Preguntó el mientras yo disfrutaba de mi helado de frambuesa mientras caminábamos por Notting Hill (lo sé, está en la otra punta, pero con todos los atajos que se sabe Harry para librarse del tráfico llegábamos a todo en cuestión de minutos!).

- ¿Enserio? ¿Y cuál es?- Pregunté algo divertida.

- Marry! -Nada más oírlo los dos empezamos a reírnos como locos. Una pareja de ancianos que pasaba se nos quedaron mirando algo preocupados.

- No me lo puedo creer! ¿Como Marry me?- (que significa cásate conmigo en inglés) 

- Jajajaja! Si, exacto! No sabes todo lo que nos pudimos reír ayer! -Dijo aún sin poder controlarse.

- ¿Como que reímos? ¿Quiénes?- Pregunté algo extrañada.

- Los chicos y yo.- Mi cara de tonta lo decía todo- Estoy en una banda... prácticamente vivo con ellos... hablo con ellos... -Dijo mientras gesticulaba muy ridículamente y hablaba despacio como si yo fuese retrasada. Le di un pequeño empujón.

- Que ya, que ya! Que no soy tan subnormal!

- No se yo...- Nada más decirlo me lancé a su espalda y empecé a golpearlo, no muy fuerte, en la parte alta de su espalda y la cabeza, mientras le ensuciaba toda la cara con el helado que me quedaba.

- Retíralo! Retira lo que acabas de decir!- Yo seguía riéndome y ensuciándole la cara.

- Jamás!- Dijo él riendo mientras me agarraba bien y empezaba a correr. Yo me agarré a sus hombros mientras reía como loca. Llegamos a donde habíamos dejado el coche, me bajó aun riendo y me quitó la bufanda para limpiarse la cara. La mía cambió en el momento.

- Serás idiota! Pero, ¿cómo se te ocurre hacer eso? Eres un egoísta Harry, ¿qué coño crees que voy a hacer ahora yo con esta mierda? -Dije agarrando lo que era mi bufanda, que ahora estaba llena de helado. El no dijo nada, sonrió, se giró y cogió una bufanda que había en el coche y me la colocó al rededor del cuello.

- Podemos llevarla a casa y así limpiarla.- Me sonrió, se giró y se metió en el coche. Yo ya estaba calmada, al fin y al cabo ya tenía otra bufanda y además olía a él. 

- ¿Me vas a llevar ya a casa?- Pregunté algo decepcionada.

- Ya son las 20:45 Marel. Pero no, no te voy a llevar a tú casa. Te llevaré a la mía. Quiero que conozcas a los chicos y ellos también quieren conocerte, así que están preparando la cena. 

- Pero si acabamos de comer un helado.- Estaba deseando conocerlos, pero no quería ser desagradecida no comiendo la cena que ellos mismos habían preparado. Y sabía que en unas horas no podría comer nada después de la comida que Joseph y Barbara nos prepararon y la mitad del helado de frambuesa que me acababa de comer.

- Ya lo sé! Lo he hecho a posta. Se puede decir que los chicos y la cocina... Zayn es bastante bueno, pero últimamente no está muy centrado en lo que hace, ya que su prometida y el pelean bastante y no están muy bien...- Hizo una pequeña mueca para luego girarse y sonreírme mientras seguía hablando.- Hoy, Marel, vas a conocer a One Direction! 

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