CAPÍTULO 30

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Dejé de sentir las manos de Zayn. Levanté la cabeza para ver como se dejába caér en el suelo, apoyando la espalda en la pared de atrás mientras que dejaba caer las lágrimas que había estado escondiendo. Yo tampoco podía dejar de llorar, verlo a él tan mal y que todo fuese mi culpa, me rompía el corazón, de la misma manera que yo había roto el suyo.

- Claro, eres libre de irte, de hacer lo que quieras.- Dijo en un susurro, aunque se le quebró la voz al final, lo cual hizo más complicada la decisión de levantarme de aquel suelo de madera. Cogí mi maleta y empecé a meter todo lo que era mío sin ningun orden en concreto. En todo ese tiempo Zayn no se había movido, solo se quedó mirando a la nada o mirando lo que hacía mientras que de vez en cuando alguna que otra lágrima recorría sus perfectas mejillas, que al igual que las mías, estában empapadas. Cerré la maleta metiendo mi última camisa y me giré a donde Zayn se encontraba.

- Ya...- Se me quebró la voz aunque me obligue a seguir.- Ya me voy.

- ¿Volveras?- Sus ojos perforaban los míos como otras muchas veces habían hecho, pero esta vez no se sentía tan bien como las otras, ya que esta vez me estaba alejando de ellas.

- Sí, si que lo haré. Siempre lo hago ¿no?- Intenté sonreír aunque el intento acabó en una mueca rara, al igual que la de él, quien seguía mirándome.

Le dí la espalda como pude, cogí la maleta y empecé a bajar las escaleras, pero antes de llegar al salón, unos brazos me pararon. Me dí la vuelta para encontrarme con Zayn cogiéndo mi muñeca para dejar al descubierto la pulsera que me regaló.

- No la tires, por favor.

- No me la quitaré.- Contesté con seguridad, eso era en ese momento lo único que tenía algo de sentido en mi vida, la prueba y la certeza de mi amor por Zayn. Volví a darme la vuelta para enfrentarme a cuatro pares de ojos observándome.

- Te llevo a casa.- Se ofreció Harry, al cual agradecí con una sonrisa.

- Adiós chicos, hasta otra.- Me despedí sin querer hacer todo un drama de eso.

- ¿Te vas?- Preguntó Niall.

- ¿Esque no lo ves?- Contestó Louis mientras le dába un amistoso golpe en la cabeza. Liam miró a Zayn y luego a mí. Dió dos pasos, los cuales nos separaban, y me abrazó en uno de sus cálidos abrazos.

- No sé lo que pasa, ya se lo preguntaré a Zayn esta noche, pero si me necesitas para algo solo llámame, ¿de acuerdo?- Susurró en mi oído, a lo que asentí.- Y no te alejes mucho de él, por favor, eres lo mejor que le ha pasado en la vida, no lo había visto así desde que recuerdo, le has devuelto la vida, no se la quites.

- No tenía planeado hacer eso, voy a volver ¿vale?- Volví a susurrar, a lo que asintió con una sonrisa. Me dí la vuelta para salir de la casa detrás de Harry, el cual cargaba con mi maleta. Me metí en el coche y poco después hizo su entrada Harry. Empezó a conducir en silencio, no dijo nada hasta que llegamos a mi apartamento, que fué después de unos 40 minutos.

- ¿Estás bien?- No sé exactamente la razón, pero estaba enfadada con él. Se suponía que era mi mejor amigo, que yo era su mejor amiga, vale que Zayn también lo fuese, pero no habría pasado nada si me preguntase eso nada más entrar en el coche.

- Claro.- Dije saliendo del coche y abriendo el maletero. Harry no salió en todo ese tiempo, cuando ya tenía todo listo y el maletero cerrado, esperaba encontrármelo fuera del coche, para despedirse por lo menos, pero todo lo que hizo fue mandarme un simple saludo por la ventanilla y salir disparado al trafico Londinense. No pude evitar que se me escapase alguna que otra lágrima, así que llorando como una idiota, cargando con una maleta que pesaba más que yo y a las 0:30 de la noche, entré en mi apartamento. No me sentía en casa, estába frió, vació. Seguí llorando mientras que me ponía mi pijama y me metía en la cama al mismo tiempo que ponía la alarma para la mañana siguiente. Nada más tirarme en la cama me quedé dormida, llorar me dejaba exhausta.

Unos fuertes golpes en la puerta me despertaron en mitad de la noche. Me levanté algo desorientada pero conseguí encender la pequeña lámpara de mi mesilla y salir a la sala para poder abrir la puerta. Nada más hacerlo, me encontré con Harry que venía más borracho de lo normal cuando sale de fiesta. Pero era lunes, no tenía sentido.

- ¿Que haces?- Dije mientras que le pasába un brazo por la cintura para evitar que se cayese.

- Lo siento, soy un idiota. Yo... yo creí que lo habías dejado, que lo habías abandonado, igual que lo hizo Perrie y no podía pensar ni soportar que mi mejor amiga le hiciese eso a mi mejor amigo y pues me enfadé, sin razón lo sé, porque cuando llegué a casa Zayn me contó lo que pasó, pero no lo sabía cuando te traje.- Eso era más o menos lo que entendí, porque con la borrachera que llevaba eran más las palabras que se tragaba y balbuceába que las que se podían medianamente interpretar.

- Ya bueno, lo habrías sabído si lo hubieses preguntado.- A pesar de su aspecto y situación, seguía enfadada con él.

- Lo sé y créeme cuando te digo que lo siento, de verdad.- Fué lo último que dijo antes de que le fallaran los pies y casi se cayese.

- Bien Harry necesitas una ducha.- Lo arrastré hasta el baño donde le desnudé por completo, no había nada que no había visto antes, lo metí en la bañera y empecé a mojarlo, poco a poco, con agua fría. La única reacción que tenía de Harry fueron algunos que otros gruñidos o quejidos raros. Después de unos 10 minutos, ya estaba despierto, que ya fué bastante teniendo en cuanta el estado en el que había venido. Cogí una toalla y se la puse alrededor de la cintura cuando se levantó con mi ayuda.

- ¿Estás disfrutando de esto verdad?- Dijo mientras que ponía una de sus famosas sonrisas coquetas. Bueno por lo menos hablaba y no solo gruñía. Yo solo rodé los ojos, le senté en el borde de la bañera y fuí a por algo de ropa. Por suerte Harry había pasado mucho tiempo en mi casa así que tenía alguna que otra que se había dejado algunas noches. Cuando entré al baño, estaba recostado en el váter vomitando. Me acerqué a él y le sujeté la cabeza mientras que acariciaba su espalda intentando tranquilizarlo un poco. Después de un rato y un gran vaso de agua, ya estába mucho más lúcido así que le puse un pantalón de chándal negro y una camiseta blanca de algodón, la cual había sido usada mayormente por mí.

- Vamos Harry, te llevo a la cama.

- Gracias y lo siento, por todo, lo siento.

- Tranquilo no pasa nada.- Conseguí meterlo entre las sábanas, fuí a apagar todas las luces de la casa, recoger el baño y me metí junto a él. Nada más hacerlo, Harry me abrazó y yo me acerqué a él, abrazándolo por la cintura.

- Vuelve con Zayn, estas haciendo que esto sea más difícil todavía.- Dijo en un susurro, sabía que no estaba ni soñando ni divagando porque ya estaba bastante sobrio.

- ¿De que hablas Harry?

- Hablo de lo que siento, Marel. Hasta ahora podía medianamente soportarlo, porque estabas con él y bueno, no podía hacer nada y pasaba mucho tiempo contigo.- Rió un poco, fué como un pequeño suspiro.- Todas esas horas que hemos pasado juntos los tengo guardados, son como mis mejores momentos, los momentos que he pasado con la persona que quiero.

- Harry no te entiendo.

- Vuelve con él, necesito que vuelvas con él para que deje de sentirme como lo hago, prefiero sentir esa impotencia de no poder tenerte. Te quiero Marel, pero no en la manera en la que un chico debería querer a su mejor amiga, así que por favor, vuelve con él, necesito que me hagas ese favor cuanto antes, para que yo así pueda seguir con mi vida, para que siga intentando olvidarte, para que siga intentando convencerme de que no te quiero.

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