PREFACIO

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||THE FIRST THREE DEATHS||



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La primera cicatriz llegó cuando tenía nueve años. Me despertó mientras dormía, al sentirla quemándose en mi carne. Por aquel entonces vivía en Sonora en México, en un pequeño pueblo que no era muy conocido, básicamente estábamos en el desierto pues Tamaulipas quedaba a casi dos horas de donde residíamos. Me desperté gritando de dolor en mitad de la noche, aterrorizada, mientras la cicatriz se grababa a fuego en mi carne. Era la primera señal de que los mogadorianos habían encontrado finalmente, nuestro escondite en la Tierra, y de que estábamos en peligro. Hasta que se presentó la cicatriz, casi había llegado a convencerme de que mis recuerdos eran erróneos, de que lo que me había contado Marcus no era cierto. Quería ser una chica normal con una vida igual de normal, pero entonces supe, más allá de cualquier duda o argumentación, que no lo era. Al día siguiente nos trasladamos a Miami con nuevas identidades.

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La segunda cicatriz llegó cuando tenía doce años. Estaba en clase de natación, casi me ahogó. En cuanto empezó el dolor, supe lo que estaba ocurriendo, lo que le había sucedido al Número Dos. El dolor era lacerante, aunque más soportable que en la primera ocasión. Podría haber permanecido en la piscina, de no ser porque el calor acabo haciendo burbujear el agua de lo caliente que estaba. La maestra que estaba dirigiendo la clase me llevó a toda prisa al hospital. El doctor que estaba en la sala de urgencias vio la primera cicatriz y avisó a la policía. Cuando Marcus se presentó, amenazaron con detenerle por malos tratos. Sin embargo, como no estaba cerca de mí cuando apareció la segunda cicatriz, tuvieron que dejarle en libertad. Nos subimos al coche y nos fuimos a otra parte. Pasaron dos años donde nos mudábamos de lugar en lugar hasta que esta vez nos mudamos a Beacon Hills. Dejamos atrás todas nuestras pertenencias en cada lugar del que partíamos, excepto el Cofre lórico que Marcus se lleva en cada uno de los traslados, treinta y dos en total. La mayoría de ellos debido a que mis Legados, que son poderes que se desatan en cualquier momento, aparecían en circunstancias no muy favorecedoras. Llevo dos años sin mudarme, debido a que Beacon Hills según Marcus era un farol de lo sobrenatural que ayudaba como fachada para desviar la atención de los mogadorianos y no dieran con nosotros, esto me favoreció bastante pues permitió a Marcus tener un lugar seguro donde entrenarme para sobrevivir, si un día él ya no podía estar conmigo.

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La tercera cicatriz apareció hace cuatro meses aproximadamente. Estábamos a mitades de noviembre, yo estaba en clase de Química cuando sentí el dolor lacerante en mi pierna. Era el tercero de los símbolos lóricos, la tercera advertencia. Debido a que estábamos en la sala audiovisual, nadie notaba lo que sucedía; mordí mi labio tan fuerte que sentí el sabor metálico de la sangre. No podía gritar pues sabía que no habría forma de explicar aquello. Y que tendríamos que irnos de inmediato, yo no quería mudarme, no otra vez. Ahora, hay mucho más en juego. Han encontrado al Número Tres, estuviera donde estuviera, y ahora estaba muerto o muerta. Me levante de mi pupitre intentando pasar desapercibida, debido a que en cualquier momento podía haber una emergencia había tomado la costumbre de sentarme cerca de la puerta siempre. Que bueno que tengo esa costumbre, pensé en ese momento. Salvo la mirada de un chico de cabello castaño con lunares en su cara, con el que no me llevaba bien debido a nuestro pasado, nadie más me vio. Corrí en paralelo a la autopista, justo dentro del linde del bosque, alcanzando velocidades mayores que las de cualquier coche. Cuando llegué a casa, Marcus estaba frente a la batería de pantallas y monitores que utilizaba para seguir no solo las noticias de todo el mundo, sino también la actividad policial en nuestra zona. Supo lo que ocurría sin que yo abriera la boca, si bien me remangó el pantalón medio quemado y ensangrentado para ver las cicatrices.

 Supo lo que ocurría sin que yo abriera la boca, si bien me remangó el pantalón medio quemado y ensangrentado para ver las cicatrices

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SOY EL NÚMERO DIEZ °Legados de Lorien x Teen Wolf°Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora