Vinimos diez a la Tierra.
Tenemos el mismo aspecto que ustedes. Hablamos igual que ustedes. Vivimos entre ustedes.
Pero no somos como ustedes.
Podemos hacer cosas que solo puedes imaginar. Tenemos poderes con los que solo pueden soñar. Somos más fue...
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Han pasado cinco meses desde entonces. Stiles y yo estamos más juntos que nunca, nuestra relación ha mejorado de maravilla. Desde que nos contamos la verdad, hemos hablado. Creo que eso es lo más importante en una relación, la comunicación con tu pareja; fuera del romance, de las aventuras por vivir o los planes por delante que uno quería realizar, sé las inseguridades de Stiles y él sabe las mías porque lo hablamos, porque desde que volvimos a estar juntos hemos tenido charlas importantes como sobre los planes para el último año en la escuela, mis preocupaciones por los mogadorianos y encontrar a mi hermano, o ese tipo de platicas que duran horas donde solo hablamos sobre nosotros. Esas charlas, son las que nos han fortalecido como novios.
Marcus y yo hemos viajado un par de días a Transilvania pues ha llegado una noticia sobre un chico que podía volar, pero resulto ser solo una mentira para atraer turistas, nuestro viaje ha sido en valde. Antes de llegar a la carretera principal, Marcus para la camioneta para poner gasolina. Mientras aprieta la pistola del surtidor, decido echar un vistazo a la guía de carreteras que guarda junto al asiento. Tenemos esta guía desde que llegamos a la Tierra. Tiene unas líneas que unen todos los lugares donde hemos vivido. A estas alturas, las líneas se entrecruzan por todo el mapa de los Estados Unidos, y si revisara el mapa global, no sería muy diferente el resultado. Sabemos que deberíamos deshacernos de ellos, pero la verdad es que es el único pedazo que tenemos de nuestra vida en común. La gente normal tiene fotos, vídeos y diarios; nosotros tenemos las guías. Marcus vuelve a la camioneta. Ha comprado un par de refrescos y una bolsa de patatas. Arranca el motor y se dirige la carretera principal que nos llevará a Beacon Hills. Después, recoge la guía.
- ¿Llegaremos a tiempo para la escriba? -pregunto ansiosa
- Si, Alysa, llegaremos a tiempo -dice Marcus tranquilamente- Te gusta mucho vivir en Beacon Hills ¿no es así?
- Me gusta la idea de hacer amigos, de no tener que cambiar de instituto durante muchos meses, de tener una vida normal..., sí, puede ser. Es lo que estoy teniendo en Beacon Hills. Es una vida bastante chula (sobre todo por Stiles), y por primera vez, desde que estamos en la Tierra, me siento casi normal. Quiero encontrar un sitio en el que quedarme
Marcus se queda pensativo.
- ¿Te has mirado hoy las cicatrices?
- No, ¿por qué?
- Porque no es en ti en quien tienes que pensar. Tienes que pensar en la supervivencia de nuestra especie, que fue exterminada casi por completo, y en la forma de mantenerte con vida. Cada vez que muere uno de nosotros... cada vez que muere uno de ustedes, los de la Guardia, nuestras posibilidades disminuyen. Tú gemelo es el Número Cuatro, el siguiente de la lista. Tienes una raza entera de crueles asesinos persiguiéndote. Nos iremos a la primera señal de peligro, y no pienso debatirlo contigo. Así que te lo vuelvo a repetir, no te encariñes con Stiles o el lugar
