{CHAPTER ELEVEN} Vendetta

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||VENDETTA||

||VENDETTA||

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Sus acompañantes se dispersan a su alrededor, apuntando con sus cañones. Phiri Dun-Ra recoge el extremo del lazo que aún llevo alrededor del cuello y se encoge de hombros mirando a su compañero mogo. Luego baja la mirada hacia mí.

- Supongo que así es como se sintieron tu hermana y tú cuando se cargaron a todo el mundo en nuestra nave -Luego suelta un ruido parecido a un ronroneo y añade- ¿Disfrutaste tanto como yo ahora?

Le da un tirón al lazo. Intento llegar a mi hermana ignorando el dolor del lazo. Quiero intentar aunque sea alcanzar su mano... Su rostro esta pálido, la vida la ha abandonado. Veo el trazo del lazo Voron sobre su cuello. Si me ha aparecido otra cicatriz, ni lo he notado con tanto dolor que siento: emocional y físico.

Lo siento.

Lo siento.

Lo siento.

Te fallé.

No pude protegerte.

Mi gemela, mi otra mitad. El vacío se siente inmenso. Como si se hubieran llevado gran parte de lo que soy.

Esto es mi culpa.

No debí haberla traído.

Logro sostener su mano medio segundo: su fría y sin vida mano. Antes que Phriri tire del lazo obligando a seguir con nuestro camino. Mientras nos alejamos no puedo dejar de mirar a Alysa. Mi hermana fallecida... Lo único que me consuela, es que no sufrirá más esta tortura.

Seguimos avanzando. Cuando pasamos junto a Bertrand y Fleur, alargo el brazo hacia ellos. Sé que es inútil, pues no tengo acceso a mis legados mientras esté bajo el control de Phiri Dun-Ra, pero aún albergo la esperanza desesperada de poder insuflar en ellos mi legado sanador. Mis dedos apenas llegan a rozar el hombro de Fleur. No ocurre nada, y Phiri enseguida me fuerza a seguir adelante. Tomamos el pasillo por el que han huido Nigel y Ran. Los mogos probeta vuelven a encabezar el grupo. De momento, lo único que puedo hacer para ayudar es ralentizar el paso de los mogos. Haciendo caso omiso del canto afilado del collar de Voron, sigo a Phiri tan despacio como puedo.

Cuando empiezo a marearme, me doy cuenta de que no es del todo una estrategia defensiva. Estoy perdiendo mucha sangre. Llegado a un punto, me desplomo. Al caer, impacto en el suelo con el codo y oigo un crujido en el hombro. Es tanto el dolor que siento, estoy tan desorientado, que ni siquiera tengo claro que aún me encuentre en Patience Creek.

No puedo creer que vaya a terminar así.

Aunque si sucede no me importaría. Ya he perdido todo.

He perdido la fe.

Al menos, si muero, podré volver estar con Alysa y con Henri.

El estruendo de la lucha resuena por toda la base. Oigo disparos y gritos a lo lejos. Ecos de batallas perdidas. Nos quedamos en los pasillos más tranquilos, a la caza de rezagados.

SOY EL NÚMERO DIEZ °Legados de Lorien x Teen Wolf°Where stories live. Discover now