Vinimos diez a la Tierra.
Tenemos el mismo aspecto que ustedes. Hablamos igual que ustedes. Vivimos entre ustedes.
Pero no somos como ustedes.
Podemos hacer cosas que solo puedes imaginar. Tenemos poderes con los que solo pueden soñar. Somos más fue...
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Cuando el amanecer se asoma, y los primeros rayos que atraviesan la ventana, hacen que me despierte. Descubro las sábanas de mi cuerpo, pero cuando estoy por levantarme hay algo que me lo impide, unos abrazos aferrados a mi cintura. Recuerdo al momento que Stiles se había quedado a dormir conmigo. Nos quedamos hasta tarde buscando información sobre la revista, pero no hay números de contacto por lo que adquirir la nueva versión de la revista es difícil. Kira antes de irse con Scott, nos ha dicho que intentaría ver si su padre tiene más ediciones actuales. Intento escabullirme de los brazos de Stiles, pero al hacerlo solo logro que se aferre más a mí y que emita un gruñido. Termino por rendirme, así que uso la telequinesis. Con sumo cuidado intento levantar los brazos de Stiles. Cosa que logro. Stiles se mueve, esta al centro de la cama, ahora acostado boca arriba soltando un ronquido. Sonrío. Lo extrañaba tanto. Ahora sé cómo se sentía Marcus con su esposa. No poder esperar a que sea el día siguiente, solo para volver a ver a esa persona. Me coloco las pantuflas y me dirijo escaleras abajo para ir a la cocina. Para mi sorpresa, me encuentro con Marcus. No sé en qué momento habrá llegado. Esta sentado en la barra tomando una taza de café con un croissant. Al entrar me mira con seriedad.
- ¿Cu-cuando llegaste? -pregunto nerviosa
- Llegué hace dos horas -dice tranquilamente bebiendo un sorbo de su café- Pero no te desperté porque te vi muy cómoda con Stiles...
- Sobre eso... -digo nerviosa
- ¿Me lo vas a contar? -pregunta Marcus
- ¿Contarte qué?
- Lo que está pasando
Me encojo de hombros.
- No lo sé
Él asiente y sigue comiendo su croissant. Cierro los ojos. Todavía huelo a Stiles en el cuello la camiseta de mi pijama verde, y siento sus manos alrededor de mi cintura. Sus labios en los míos, la textura de su cabello al acariciarlo. No puedo pensar en otra cosa que en si ya estará despierto, y en cómo me gustaría que estuviera aún conmigo, aún cuando se que está dormido en el piso de arriba.
- ¿Tú crees que es posible que nos quieran? -pregunto al fin
- ¿De quiénes hablas?
- De los seres humanos. ¿Crees que pueden querernos, pero querernos de verdad?
- Creo que pueden querernos del mismo modo que se quieren unos a otros, sobre todo si no saben lo que somos, pero no creo que se pueda amar a un ser humano del mismo modo que se ama a un lórico -responde
- ¿Por qué?
- Porque, en el fondo, somos distintos de ellos. Y amamos de distinta forma. Uno de los dones que nos dio nuestro planeta es el de amar completamente. Sin celos, sin inseguridades, sin miedos. Sin egoísmo. Sin ira. Puede que albergues sentimientos profundos hacia Stiles, pero no es lo que sentirías por un chico lórico
