{CHAPTER FIFTEEN} The Entity

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||LA ENTIDAD||

||LA ENTIDAD||

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SEIS

Los ojos de ocho, dos brasas brillantes de loralita pura, nos evalúan a todos uno a uno. Se entretienen especialmente en Adam, el rato suficiente para que nuestro aliado mogadoriano se ponga nervioso y retroceda un paso. Como Marina, Lydia y Scott, estoy petrificada, mirando fijamente a nuestro amigo, que ha vuelto a algún tipo de forma de vida. Ocho flota por encima del pozo del Santuario, en medio de una columna de energía desatada. No, no solo flota en la energía: la energía es parte de él. O de la cosa en la que se ha convertido. Estoy bastante segura de que lo que hay suspendido ahí no es nuestro amigo sarcástico y bobalicón, pero, sea lo que sea, siento un curioso parentesco con esta entidad, como si la misma energía que la está reanimando fluyera también en mi interior. Es como una descarga eléctrica que me atraviesa cuando uso mis legados. Tal vez me encuentre delante de la esencia de lo que me hace lórica, de lo que me convierte en un miembro de la Guardia. Quizás esté delante del mismísimo Lorien.

- Dos lóricos, un sobrenatural, un heraldo de la muerte y un mogadoriano -dice la Entidad, al cabo, tras completar nuestra valoración. Su voz no se parece en nada a la que tenía Ocho: es como cien voces hablando al mismo tiempo, todas perfectamente entonadas. Los agujeros de energía en los que solían estar los ojos de Ocho vuelven a fijarse en Adam y los labios de la entidad se fruncen, con curiosidad- Aunque no del todo. Eres algo diferente... Algo nuevo

- Esto... ¿Gracias? -responde Adam, retrocediendo otro paso

Marina se aclara la garganta y se acerca al pozo. Tiene lágrimas en los ojos. Avanza con los brazos extendidos, como si quisiera cogerle la mano a la entidad para asegurarse de que es real.

- ¿Ocho? ¿Eres tú? -cuesta oírla con el latido rítmico que procede de debajo del pozo

La entidad desvía la mirada hacia Marina y frunce el ceño.

- No. Lo siento, hija mía. Tu amigo se ha ido

Marina deja caer los hombros, abatida por la desilusión. Lo que se encuentra dentro de Ocho alarga el brazo para consolarla, pero la energía crepita entre esos dos cuerpos y la cosa retira la mano.

- Ahora está conmigo -dice la Entidad, con ternura- Me ha prestado un gran servicio, permitiendo que les hable a través de él. Hace mucho tiempo que no podía expresarme

- ¿Eres Lorien? -le pregunto, encontrando por fin mi propia voz- ¿Eres, cómo decirlo, el planeta?

La e ntidad sopesa mi pregunta. A través de la delgada tela de la camiseta de Ocho, veo iluminarse la herida de la que murió. Desprende una luz de un azul cobalto, como el resto del cuerpo, que rezuma energía.

- Hubo un tiempo en el que me llamaron así, es cierto -reconoce la entidad, mostrando con la mano las tallas luminosas de las paredes- En otros lugares, me dieron otro nombre. Y ahora, en este planeta, recibiré uno nuevo

SOY EL NÚMERO DIEZ °Legados de Lorien x Teen Wolf°Où les histoires vivent. Découvrez maintenant